Ciudad Juárez.- A través de los andadores del Parque Chamizal, Antonio Barrón paseaba con sus hijos José Antonio de 6 años y Ana Isabel de 9 años.

José Antonio pedaleaba en su bicicleta, mientras su padre trotaba junto a él y ocasionalmente le situaba la mano en su espalda para que conservara el equilibrio. Ana Isabel les seguía de cerca en su propia bicicleta.

El cielo se encontraba por completo despejado y la temperatura osciló este día entre los 30 y 35 grados centígrados, un día caliente de junio, sin duda, aunque sin llegar a los extremos a los que está acostumbrada esta frontera en el clímax del verano. Aun así, la sombra de los árboles resultó un refugio perfecto de las altas temperaturas y éste fue un Día del Padre perfecto para las miles de familias que salieron a disfrutar los unos de los otros en los diversos parques de la ciudad.

"Mi esposa ahora está trabajando, así que aproveché en venir con mis hijos un rato a disfrutar del día, ya en la tarde nos juntaremos el resto de la familia y tendremos una carne asada", dijo Barrón.

Un caso similar al de Barrón fue el de Sergio, padre de tres hijos, quien jugaba con ellos con una pelota de futbol soccer unos metros más al norte.

"Venimos porque mi esposa tiene que renovar un permiso en El Paso, pero me está gustando tanto estar aquí que me dan ganas de decirle, ahorita que vuelva, que nos quedemos a pasar el día en el parque, se está muy a gusto, aunque quizá después vayamos a un restaurante o algo, todavía no lo sabemos", dijo Sergio mientras pateaba el balón azul de vuelta a sus hijos.

En todo el parque, el sonido de las cigarras hacía coro a las risas y las charlas alegres de las familias, mientras que el olor de la hierba húmeda por los aspersores llegaba a entremezclarse con los aromas del carbón y la carne de los asadores.

Algunos convivían en grupos de hasta quince personas, mientras que otros eran solo unos cuantos individuos.

Un padre alquiló un pony para pasear a su hija por unos minutos, ella gritaba de júbilo ante la sonrisa de satisfacción de su papá, mientras su esposa les seguía de cerca.

Las pelotas, grandes y pequeñas pasaban de mano en mano de los más activos, mientras que otros más relajados, disfrutaron del mecer de sus hamacas atadas a los árboles de El Chamizal.

Por otro lado, se podía observar una actitud más pragmática a la hora de luchar contra las altas temperaturas en los que habían preparado todo para pasar el día en la Aqua DIF, el parque acuático que se encuentra en las inmediaciones del mismo Chamizal.

De esta forma, más al sur de la ciudad, en el Parque Central se pudo apreciar a otros cientos de familias que eligieron este destino como el más adecuado para un día de campo.

Aquí el escenario no fue muy diferente al de El Chamizal, excepto tal vez por la cantidad de niños persiguiendo patos a las orillas del lago artificial del Parque Central, y claro los que se agrupaban para saludar a través de la reja a la jirafa Modesto.

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