El Edificio San Luis: un ícono arquitectónico adaptado al tiempo
Foto: Net Noticias | Fotografía: Samuel Palacios / Gráfico: Náyade Cruz

Hotel, club, casa de cambio y ahora un espacio para la exposición de arte, intercambio de ideas y el desarrollo de proyectos. El edificio San Luis en el Centro de Ciudad de Juárez es un testigo mudo de la historia de la frontera, de la Revolución, del auge, la decadencia y el resurgimiento dilatado. Entre sus muros se han mezclado un sinfín de historias dignas de contar.

Ubicado en la esquina de la avenida 16 de Septiembre y Juárez, el edificio de ladrillo rojizo americano data de entre 1888 y 1890. Al igual que su vecino de enfrente, el Muref, el San Luis forma parte importantísima del paisaje urbano del Centro Histórico. Se impone a las remodelaciones totales, los cambios de giro y la voraz necesidad de crear algo nuevo y olvidar el pasado.

Un poco de historia

Eduardo Alonso Del Valle, propietario del inmueble, cuenta que su padre compró el edificio en 1938 cuando era el Club San Luis, uno de los bares más populares de la época. En la parte de abajo se reunían los parroquianos y en la parte de arriba había una decena de cuartos de hotel. Sus habitaciones eran muy codiciadas porque era el único que tenía agua caliente.

La casa de cambio que aún se encuentra en la parte de abajo abrió el 1 de abril de 1944. Tiene 80 años, de los cuales 50, Eduardo Alonso ha laborado en ella. Se ha hecho uno con su lugar de trabajo, invirtiendo en él para darle mantenimiento y remodelarlo pero sin perder ese sabor a sitio histórico. “Nos da mucho orgullo, nos ha costado sostenerlo, pero le agarras cariño… pasa cuando le metes lana a algo que tiene futuro”, dice Eduardo.

Pero ¿por qué se llama Edificio San Luis? Parte de la respuesta se puede encontrar en la réplica de una avioneta que está en la entrada principal de la casa de cambio y que seguramente has visto al recorrer la Zona Centro. En la parte del motor tiene la siguiente inscripción: “Spirit of St. Louis”.

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Réplica de la avioneta Spirit of St. Louis, con la que el piloto Charles Augustus Lindbergh hizo el primer viaje transatlántico sin escalas.

Fotografía:Samuel Palacios

Eduardo Alonso explica que Spirit of St. Louis era el nombre de la avioneta con la que el piloto Charles Augustus Lindbergh hizo el primer viaje transatlántico sin escalas, desde la ciudad de Nueva York hasta París en 1927. Un recorrido por el aire que duró más de 30 horas y que le valió a Lindbergh escribir su nombre con letras de oro en el mundo de la aviación.

Pero no solo el nombre del piloto pasó a ser parte de la historia, también el de la aeronave se hizo popular en Latinoamérica y llegó hasta Ciudad Juárez, donde el antiguo propietario (antes de que fuera adquirido por la familia Alonso) le dio ese nombre y colocó la réplica de la aeronave en la entrada. En su apertura como hotel, tenía el nombre de “Porfirio Díaz” y tras la toma de Ciudad Juárez cambió a hotel “Montecarlo”.

Cultura colectiva

Los cambios para el edificio continúan, ahora con un proyecto cultural: San Luis Contemporáneo, donde Haydee y Aarón Alonso, y Miguel Vargas desarrollan sus ideas e inquietudes en la segunda planta. La concepción de este espacio comenzó en 2018 y fue hasta 2023 cuando abrió sus puertas como una alternativa.

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Samuel Palacios

El arte contemporáneo reposa con el piso de madera antigua o cuelga de la techumbre. Grandes ventanas ofrecen vistas hacia tres direcciones del Centro, una posición única. El ladrillo rojo original rodea piezas de reciente creación. La nueva versión del San Luis es una mezcla de contrastes.

Aarón Alonso, fundador del espacio y encargado de relaciones públicas, explica que el proyecto estuvo detenido por la pandemia y la falta de recursos. Con una nueva inversión se retomó y se comenzaron las adecuaciones, el primer gran reto, ya que la parte alta estaba llena de escombros, grafiti, no había energía eléctrica, había ventanas quebradas y las palomas tenían tomado el lugar.

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Samuel Palacios

Una vez superado ese reto y con el área limpia, el siguiente paso fue definir la misión de San Luis Contemporáneo: un espacio constructivo donde pudieran desarrollarse las artes, pero no desde el punto de vista elitista, sino como una herramienta de ayuda social, cooperativa, alternativa, y con el plus de estar en el Centro.

“Siento que tenemos una responsabilidad muy grande porque estamos en el corazón de Juárez, donde hay mucho movimiento. Somos parte de los espacios alternativos, que surge de la conciencia colectiva de apoyarnos, de darnos un espacio. Queremos sumar a la comunidad”, dice Aarón, quien ha desarrollado su carrera como actor, músico y comediante.

San Luis Contemporáneo da la posibilidad de que quienes tengan una actividad, exposición, obra de teatro, presentación musical o taller, ayuden además con las mejoras del espacio mediante un intercambio. Por ejemplo, si es una presentación o concierto, se puede donar algún porcentaje de las entradas. Si se quiere montar una exposición, se pueden donar equipo, pintura, herramientas o cualquier otro elemento que ayude a la restauración.

El espacio también se ha destacado por abrir sus puertas a exposiciones que utilizan el arte como alternativa para las personas, como “Semilleros Creativos”, que se integró por piezas creadas por niñas y niños migrantes o de colonias del poniente de la ciudad; también “Vibrarte”, que fue desarrollada por jóvenes a través de la fotografía para mostrar su visión del mundo.

Para Aarón Alonso, el recibimiento positivo de San Luis Contemporáneo se debe a dos factores. El primero su ubicación, en el corazón histórico y cultural de la ciudad, rodeado de otros espacios históricos, cerca de la frontera con Estados Unidos, en un sitio privilegiado. El segundo la falta de espacios alternativos para el arte.

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El espacio también se ha destacado por abrir sus puertas a exposiciones que utilizan el arte como alternativa para las personas, como “Semilleros Creativos”

Fotografía: Samuel Palacios

“Buscamos que se unifiquen los espacios culturales, crear comunidad. A futuro, descentralizar las oportunidades. Muchos se van a la Ciudad de México para crecer, pero también decirle a la ciudad de México: vengan a Juárez para que vean que hay mucho qué ofrecer”, dice el artista sobre los planes a futuro.

A corto plazo, el objetivo es resolver las necesidades de la parte alta del edificio, que más actividades se puedan desarrollar sin complicaciones y que la estructura sea segura, sin olvidar la importancia de su pasado.

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