Ciudad Juárez.- En una ciudad azotada por el calor desde principios del mes de febrero y a punto de llegar a su primer día con temperaturas de al menos 40 grados centígrados, la mancha urbana de la localidad cuenta con árboles que hacen su mejor esfuerzo para disminuir los efectos del sol que pega de lleno.
Esto, pues entre los beneficios de plantar árboles se encuentra la posibilidad de combatir el fenómeno denominado como “isla de calor urbano”, el cual magnifica las altas temperaturas en las zonas densamente pobladas debido a sus edificios y a materiales como el concreto, el acero y el cristal que intensifican la sensación térmica.
Árboles vs el calor
De acuerdo con datos publicados por el Instituto Municipal de Investigación y Planeación (IMIP), Juárez cuenta con 10 millones 233 mil 937 metros cuadrados de áreas verdes. Aquellas ubicadas dentro de la mancha urbana terminan por crear “pantallas” contra el calor que auxilian en la disminución de las altas temperaturas.
“En un contexto altamente urbano como el de Juárez, el sol impacta de manera directa en el concreto; eso concentra el calor y tenemos vialidades que llegan a elevar sus temperaturas hasta los 60 o 70 grados centígrados. El concreto retiene el calor aunque el sol se oculte, pero tener arbolado en las vialidades ayuda mucho a mitigar el calor porque generan pantallas con la sombra”, explica para netnoticias.mx Daniel Zamarrón, director de Parques y Jardines.
Además de proveer sombra, la vegetación de esta frontera ayuda a la captación de dióxido de carbono en sus puntos más poblados, como el parque El Chamizal con sus 13 mil árboles y el Parque Central con otros 4 mil ejemplares; asimismo, auxilia en la disminución del consumo de agua para riego.
No obstante, uno de los principales retos para Juárez es plantar vegetación adecuada para el desierto. Dicha necesidad es todavía más evidente e imperante fuera de los sectores urbanizados.
En Juárez no crece de todo
Si bien los árboles se han adaptado dentro de la urbanización gracias a servicios como las líneas de agua tratada y la propia ciudadanía que colabora para su riego, fuera de las zonas pobladas de Juárez, al interior del desierto, dejan de existir las plantas con tronco ante condiciones climáticas que solo permiten el crecimiento de arbustos y matorrales.
“Naturalmente en Juárez no hay árboles. A lo que nos referimos con esto es que los árboles que ya están, existen porque se les cuida y se les da mantenimiento. Mientras más te alejas de la mancha urbana, menos árboles se ven; son únicamente arbustos porque las condiciones del suelo no se dan para que crezca otro tipo de vegetación”, añade Zamarrón.
A las condiciones climáticas se suma la crisis hídrica y la sequía. Esta última ya se cataloga como “extrema” en el 64 por ciento del territorio estatal, incluyendo a Juárez. Es por ello que tanto el IMIP como Parques y Jardines reiteran la necesidad de plantar vegetación que requiera poca agua para su supervivencia.
“Se necesitan árboles que puedan aprovechar el agua del subsuelo, que no dependan tanto del agua de lluvia ni del agua que el mismo ser humano le proporciona al árbol, porque si seguimos extrayendo agua de los mantos acuíferos, vamos a llegar a un punto en el que tendremos que decidir entre si usamos el agua para regar áreas verdes o para el consumo humano”, señala el director municipal.
Dado el incremento en el consumo que se presenta durante la época de calor, en donde existen 370 mil aires evaporativos que consumen hasta 545 litros de agua en un solo día, la Junta Municipal de Agua y Saneamiento estima desde 2022 que el recurso del vital líquido se agotará en 15 años.
¿Qué sí se puede plantar?
Según la paleta vegetal del IMIP, es recomendable sembrar vegetación nativa o endémica de la región como los fresnos, los mezquites, las yucas y las palmas. Sin embargo, ser aptos para el territorio no los exenta de tener problemas en su desarrollo y crecimiento.
“Un árbol urbano llega a enfrentar condiciones difíciles, tales como la compactación del suelo, disponibilidad reducida de agua, microclimas y patrones de viento alterados, además de que sus raíces tienen un espacio reducido para su desarrollo”, detalla el informe del IMIP.
Como prueba de la longevidad de la vegetación que sí es apta para Ciudad Juárez queda la edad de los troncos más longevos de El Chamizal, los cuales suman casi cuatro décadas de vida, siendo plantados en 1987.