Despiden a Isabel Cabanillas
Foto: Samuel Palacios

Ciudad Juárez.- Tristeza, rabia, desesperación, fueron algunas de las emociones marcadas simultáneamente en los rostros de familiares y amigos en el velorio de Isabel Cabanillas de la Torre, artista y activista juarense, quien fue asesinada a balazos la madrugada del sábado en las calles Inocente Ochoa y Francisco I. Madero de la zona Centro.

El incienso en la sala de espera de una funeraria trataba de armonizar el ambiente lúgubre generado por decenas de personas, la mayoría jóvenes, amigos de la joven madre soltera de 26 años. Las coronas florales con dedicatorias rodearon el cuarto donde el calor y la humedad se mezclaban con las lágrimas y sollozos de mujeres que ayer salieron a las calles para exigir justicia.

Al centro de la sala de velación estaba el féretro plateado, cubierto de flores, fotografías, dibujos y dedicatorias. Alrededor se arremolinaban familiares y amigos, entre abrazos, condolencias, y repudio por el asesinato de Isabel. El silencio era apenas interrumpido por la voz de niñas y niños que llegaron al lugar sin conocer a la joven que vendía sus obras artísticas para obtener ingresos y que más recientemente pintó un mural con la leyenda “Ni una más” sobre la calle Bartolomé de las Casas y 16 de Septiembre.

En 2019, Cabanillas de la Torre colaboró con la Red Mesa de Mujeres en el programa Observatorio Ciudadano de Justicia Especializado en Género, donde se monitorea al acceso de las mujeres a la justicia. De acuerdo con datos del Observatorio, el año pasado se registraron 180 homicidios de mujeres, un aumento de 71.4 por ciento en la incidencia de este delito en comparación con el 2018.

Isabel se convirtió en la quinta mujer víctima de homicidio doloso en lo que va de 2020, señaló la organización que dirige Imelda Marrufo Nava, quien también estuvo en el funeral de la joven y exigió a las autoridades esclarecer el caso y trabajar para resolver los otros crímenes que no han tenido una resolución.

Se formó una fila frente al féretro para despedirse de Isabel. Llanto y frustración eran las sensaciones que se vivieron antes de llegar a ella para observar por última vez su rostro, ese que siempre tenía una sonrisa, amable, dispuesta a luchar por los derechos de otras mujeres; esa sonrisa quedó plasmada en dos murales que la comunidad artística pintó frente al Bazar del Monumento y la Panadería Rezizte, lugar donde pasó sus últimos días pintando.

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