Ciudad Juárez.- Mientras peritos realizaban una investigación de la masacre en Parajes de San José, a pocos metros se realizaba un ritual de alabanza en un templo cristiano.

La única división entre el templo denominado Iglesia del Gran Yo Soy Jesucristo y la casa donde fueron hallados los cinco cadáveres torturados, con heridas de arma blanca y de asfixia, era el ancho de la calle Costa Brava.

La música religiosa podía escucharse a varias cuadras a la redonda, aún sobrepasado el cordón que delimitaba la amplia escena del crimen.

Algunas personas angustiadas convergieron a las orillas del acordonamiento con la esperanza de poder recibir noticias de sus familiares ausentes.

Dentro de la casa situada sobre la calle Costa Serena fueron encontradas dos mujeres y tres hombres asesinados y en avanzado estado de descomposición.

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