Ciudad Juárez.- Durante casi tres meses la Casa del Migrante en Juárez A.C. atendió a 300 personas que llegaron a sus instalaciones como parte del programa “Corredor emergente de movilidad segura” implementado por el Gobierno Federal para coordinar el traslado de personas extranjeras que obtuvieron una cita a través de la aplicación de CBO One desde los estados del sur para pedir asilo al gobierno de los Estados Unidos.

El sacerdote Francisco Bueno Guillén, director del espacio de atención humanitaria de la Diócesis de Ciudad Juárez, informó que fue en los últimos meses del año cuando el Instituto Nacional de Migración (INM) los contactó para solicitar su integración a la red de espacios que recibirían de forma segura a quienes se trasladaban, por lo que se accedió a colaborar con la autoridad.

“De todas las personas que llegaron, 40 se quedaron aquí porque su cita se les canceló y en realidad no han salido porque la respuesta es nula, no hay respuesta para ellos, nadie va a ser recibido hasta donde tenemos entendido. La realidad es que no va a haber una reprogramación ni absolutamente nada para ellos”, detalló el líder de la respuesta humanitaria de la iglesia católica en Juárez.

La atención específica para esa población estaba era de estancias breves de máximo tres días, pues llegaban a la ciudad con la cita programada y acudían ante la autoridad de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) para presentar su caso y la solicitud de asilo humanitario.

“Por parte de grupo Beta fueron referidos a nosotros, que están en concordancia con el INM”, explicó.

El ente federal otorgó insumos de limpieza y quedaron en pláticas la posibilidad de aportar insumos de alimentación en caso de requerir continuar operando el programa durante el 2025, sin embargo, con el inicio de la administración del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, el contexto ha cambiado.

“Ahorita Casa del Migrante tiene para recibir hasta 560 personas, hablando de camas, espacios disponibles para la atención de las personas. Hemos llegado a atender en el pasado (2018-2019) hasta mil 300 personas, esto utilizando otros espacios de la Diócesis en coordinación con el señor obispo”, detalló Bueno Guillén de los preparativos ante la amenaza de deportaciones y las personas que se han quedado varadas.

Los ingresos de usuarios a Casa del Migrante durante el último trimestre han sido principalmente por personas que se acercan y tocan la puerta del albergue, debido a que es la primera opción que aparece al realizar una búsqueda en internet, quienes llegan a la ciudad pueden obtener información de su ubicación y buscar trasladarse por su cuenta.

“Son personas que vienen y tocan la puerta, son personas que llegaron en el tren, por sus propios medios en avión o en autobús”, dijo el entrevistado al puntualizar que algunos de los usuarios también son canalizados por grupo Beta y por el comedor de Catedral donde los Misioneros de San Columbano también brindan atención a quienes se encuentran en tránsito.

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