Artistas sin frontera: Damasco y su obra colosal
Foto: Antonio Calleja

Parte 1 de 3

Observar rostros y expresiones en tamaño colosal, sentir que nos adentramos al corazón de la cultura fronteriza con una mirada, reconstruir los muros a pinceladas o con spray es lo que logran las obras de tres exponentes del muralismo urbano que, aunque distintos en su técnica, convergen en el arte y en el amor por Ciudad Juárez.

La trayectoria artística se refleja en la complejidad de las técnicas, estilos y formas utilizadas por parte de Damasco, Frazetta y Mick, tres artistas reconocidos como exponentes del arte urbano de esta frontera y que han trascendido por el impacto con el que sus creaciones, que los juarenses aprecian en las calles, en los parques y escuelas, en recorridos de los visitantes que han admirado por la dimensión y el detalle de las obras.

El muralismo urbano es un movimiento artístico que tomó fuerza en la frontera en los años 90’s como una forma de expresión e identidad, utilizado por grupos o pandillas, sin embargo, ha trascendido y se ha adaptado siendo una práctica que busca crear "una galería gratuita” en el espacio público.

En esta primera entrega, Arturo Damasco cuenta a Revista Net su experiencia de vida y su forma de sortear las complejidades para lograr sus proyectos.

'El Divo' y Damasco

Crear una obra colosal y emblemática en la avenida Juárez, un mural de 400 metros cuadrados de Juan Gabriel, dio al artista Arturo Damasco una gran proyección a su trabajo como muralista, su obra es un ícono de esta frontera.

El pintor de 38 años, lleva 18 de ellos inmerso en el mundo artístico, es licenciado en Artes Visuales por la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez (UACJ), egresado en 2013, y su técnica es la brocha, el rodillo y el pincel.

¿Dónde creciste y estudiaste?

— Nací y crecí en Juárez, cursé la educación básica en escuelas de esta ciudad, y fue en la preparatoria cuando la maestra Ellie McBride observó mi desempeño en el dibujo y me impulsó a desarrollarme en el arte.

Mi educación fue aquí, mi formación me llevó a hacer una residencia artística en San Pedro Garza, en Nuevo León, de 2006 a 2008. En 2016 estuve viviendo entre Cancún y San Carlos, en una segunda residencia artística. Y desde el 2020 radico en la Ciudad de México, pero mi corazón está aquí y vuelvo; ahorita estoy aquí por trabajo y voy a seguir haciendo cosas desde donde esté y voy a seguir viniendo a pintar murales.

Has crecido junto a tus obras, pero ¿cómo iniciaste en el muralismo?

— Fue literalmente por un accidente. Pinto desde hace más de 18 años obra de estudio, de caballete y en 2011 me invitan a hacer un mural, acababa de tener un accidente, estaba inmóvil de mi mano derecha, es con la que pinto.

Cuando empiezo a pintar el mural, no era tan grande realmente, pero sí me doy cuenta que no necesito la muñeca para pintar, sino mis hombros, mis brazos, la espalda, mis piernas, me sentí más cómodo, todavía durante la terapia, comencé a pintar ya más formalmente los murales y empecé a aumentar el formato, el tamaño, al grado que me dediqué como cinco años seguidos a hacer puro mural y descuidé la obra de estudio.

Comencé a exponer a los 17 años, tuve una primera exposición en la ciudad de Monterrey, en una galería. Después me invitan aquí en el museo de El Chamizal para una exposición individual. A partir de ahí he estado en siete países de Europa, en tres distintas ocasiones, exponiendo y pintando mural.

Yo a la fecha me considero más muralista que pintor de cuadros de estudio.

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Antonio Calleja | Arturo Damasco

¿Qué ha cambiado en el muralismo? ¿Cómo converge con el graffiti?

— Yo podría decirte que cuando yo empecé a pintar los murales, la gente se ofendía, a mí me tocaba que la gente pasaba y te tocaba el claxon o te gritaba cosas, —píntate no sé qué—, creo que sí ha cambiado poco a poco. En lo personal he llegado y he pintado donde me ha gustado y la gente lo ha aceptado bien.

Desde que yo comencé, empecé a trabajar en estudio y luego me brinqué a la calle, no me atrevería a darte una opinión respecto al trabajo que se realiza con graffiti, porque sí estoy muy alejado al respecto.

¿Cómo surge el mural de Juan Gabriel?

— Yo me encontraba fuera del país, esperando los permisos para pintar un mural muy grande en una universidad y era un trámite muy burocrático, se estaban tardando demasiado, ya estaba un poquito inquieto y desesperado.

Me hablan de Canaco y me dicen que, si estoy disponible, les digo que sí y me dicen que está la pared, les respondo: —si me mandas el vuelo, yo mañana estoy ahí—, y me lo mandaron. Al día siguiente dimos la rueda de prensa que iba a ser un mural de Juan Gabriel, que era un retrato de gran formato que se vería desde el otro lado de la frontera. Dio la casualidad que Juan Gabriel había dado un día antes un concierto en El Paso, Texas, él decide visitar la pared, de ahí, el resto es historia.

¿Hubo retos en esta obra?

— Cuando yo iba a comenzar a pintar me subí a la grúa y la gente me bajó literalmente porque la pared, al ser un edificio abandonado, era una pared muy descuidada, la gente se empezó a quejar en los medios, empezó a decir: —cómo era posible que iban a pintar a Juan Gabriel en una pared que se está cayendo—, entonces me bajaron, Municipio subió gente para que restaurara la pared y ese proceso duró como dos semanas.

Después subí yo, duré 10 días pintando solo. Se llevó aproximadamente siete cubetas de pintura, yo utilizo los colores y de ahí mezclo todo.

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Antonio Calleja | Arturo Damasco

¿Cuál ha sido tu aprendizaje en el muralismo, en la pintura?

— Te puedo decir es que siempre he sido constante, siempre he sentido que no tengo opción, de que no sea pintar y siento que eso me ha orillado a hacer cosas buenas y malas. Ha habido fracasos, ha habido logros y así seguirá siendo, pero la insistencia que he puesto en mi proyecto de pintor, creo que ha sido la clave en todo.

De vuelta en Juárez…

Actualmente Damasco trabaja en su mural “Hogar Latiente” dentro de la empresa Bosch en esta frontera. Sobre la obra nos comparte, “básicamente habla de migración, habla de esta mujer que representa esta frontera y que recibe a los que vienen de fuera y les da un hogar”.

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