Ana Torres Licón: 'Quiero contar historias'
Foto: Net Noticias | Fotografía: Yvoné Vidaña / Gráfico: Náyade Cruz

Ciudad Juárez.– A veces, los caminos que conducen a nuestra verdadera pasión son extraños y nos lleva años reconocerlos, tomarlos y andar por ellos, disfrutando el recorrido.

Algo así me parece que sucedió en la historia que Ana tuvo que vivir, antes de entregarse a su razón de ser: las letras.

“Hablé muy pronto, fui la menor de seis hermanos, así que era indispensable hacerlo, y hacerlo de manera correcta, ya que pasaba mucho tiempo con ellos y eran estrictos conmigo tanto en la manera de pronunciar las palabras, como al armar las frases; sumemos a eso que yo era una niña muy curiosa y al verlos leer, quería tener también ese conocimiento”.

“Recuerdo de muy pequeña que un día escuché el término ‘una grieta en el corazón’, y al no comprender que significaba le pregunté a mi hermano, en lugar de explicarme con sus palabras, me tomó de la mano y me llevó a la enciclopedia para buscar las palabras y así yo las aprendiera correctamente, ese gesto despertó en mí la pasión por los diccionarios”.

“Me gustan las palabras, su sonido… ¡los libros! Mi mamá compraba enciclopedias para que no tuviéramos que ir a la biblioteca, así que desde casa yo viajaba con los libros, me regocijaba en ellos, en su textura, eran como mis juguetes”.

“Cuando fue tiempo de que comenzara a ir a la primaria, una maestra le dijo a mi mamá que yo no tenía la madurez intelectual para inscribirme, porque dibujaba a los animales de colores diferentes a los reales y, además, me salía de la raya al pintarlos y eso es cosa que aún hago, ¡no tengo paciencia! Lo relacionado con la motricidad fina no es lo mío. Afortunadamente, mi mamá hizo caso omiso del comentario y me llevó a la primaria, ahí fui muy feliz, porque ya sabía leer y escribir y tenía mis libros”.

“Mi mamá nos contaba historias, así que yo también quise hacerlo. Desde los siete años escribía historias propias y se las leía a una amiga de mi hermana. Siempre me ha gustado escribir cartas y enviarlas por correo, sigo haciéndolo, aunque ya no se acostumbre”.

Ana Torres Licón confiesa haber sido la clásica nerd que participaba en todos los clubs de su escuela, ganando, entre otros, dos concursos muy importantes, uno sobre textos a la bandera con el que obtuvo como premio su primera computadora, impresora y la Enciclopedia Encarta y el muy conocido “Don Quijote nos Invita a Leer”, ambos en su natal Delicias, Chihuahua.

Pese a su gusto por las letras, estudió contabilidad, luego derecho, porque “estudiar literatura, no me parecía redituable” y por qué no, cursó también una licenciatura en Enseñanza de la Historia.

La Tele Secundaria

Cuando se mudó a Chihuahua capital, para trabajar en un despacho contable, reconsideró las cosas y recordó que siempre quiso ser maestra. “Tomé una plaza en Tele Secundaria, en Guadalupe y Calvo, duré 10 años trabajando en la sierra en diversas rancherías lejanas, poco a poco me fui acercando a poblaciones más grandes, hasta que llegué a Guachochi, fue la época de la violencia. Hice un censo en Parral para solicitar una escuela y mudarme ahí, pero no sucedió. En ese tiempo muere mi mamá. Vivía muy incomunicada y toqué fondo. Hasta entonces fue que pedí mi cambio, pero pasaron tres años antes de que me lo dieran y llegara a Juárez. Fueron 10 años de maestra rural, 10 años en que leí mucho, pero no recuerdo nada de lo que leí en ese tiempo”.

“Desde el primer momento que llegué a esta frontera, amé la ciudad, no me imagino viviendo en otra parte, amo su dinamismo, su gente y la energía que se siente hasta en el aire”.

Y después de todo este tiempo dedicado a la enseñanza, las letras comienzan a volver a ella. Cuando su madre fallece estuvo publicando poemas en la sección de Opinión en un periódico en Parral por dos años, antes de mudarse a Juárez.

El taller de Carmen Amato

Ya en esta ciudad llegó a un taller literario de la poeta Carmen Amato. “Ahí descubrí que no era solo escribir, sino que debía aprender a hacerlo. Un día, tras no ver mucha dedicación al respecto, Carmen me increpó: ‘¿Cuándo te vas a comprometer con la poesía?’ Y en el segundo taller que tomé con ella me hizo firmar una carta compromiso, ‘¡Vamos a hacer un libro!’, me sentenció”.

“Cuando daba clases, buscaba mitigar la soledad, volver a escribir, renacer con más herramientas. Al día de hoy he participado en varias antologías con textos cortos”.

Tiempo después, la escritora Elpidia García revisa el material que Ana había producido en ese período y la motiva a participar en el concurso “Voces al Sol”, de la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez (UACJ), mismo que gana en 2020 con el libro titulado “Oficio de los Muertos”, que se publicó durante la pandemia y no tuvo presentación presencial.

“Al principio de la pandemia me congelé, vivía en una situación constante de nerviosismo, cuando pude controlarlo, comencé a vivir en un mundo virtual, iba y venía entre Delicias y Ciudad Juárez y empecé a escribir otro libro. El resultado es el poemario ‘Un Puñado de Pájaros se Desflora’, que fue publicado en San Salvador”.

“En 2021 decidí asentarme de manera definitiva en Juárez y empecé a escribir ‘Una Mujer Gorda’. La historia es la siguiente: en un taller sobre mujeres consumistas, realizamos un ejercicio con algo relacionado a ‘Cuando Adelgaces Serás Feliz’, el tema me gustó y escribí varios textos. En el Coloquio Internacional de la Gula y el Hambre participé con un cuento de esos, al que le fue bien y entonces recordé que ya tenía escrito más material, eran como poemas en prosa, presenté el material a la editorial Ojo de Cuervo que publica solo a mujeres, les gustó, lo editaron y publicaron en San Salvador. Ellos lo promocionan en Amazon y ferias internacionales. No es un libro autobiográfico, pero de lo que en él se habla, lo he experimentado”.

“Una Mujer Gorda” le ha dado a Ana uno de sus más grandes triunfos personales, la presentación del mismo en el Palacio de Alvarado, en Parral, ciudad que tiene un especial significado en su vida y obviamente en Ciudad Juárez, ambas con excelentes comentarios respecto al contenido de este, su más reciente libro.

La carrera como escritora de Ana Torres Licón se encuentra en un punto ascendente, pasaron años para que esto sucediera. Como les comentaba al inicio, sus pasos tuvieron que recorrer muchos caminos antes de encontrar el que estaba definido desde su infancia, la espera ha terminado y hoy la vemos en donde debe, para poder brillar con sus excelentes textos y cumplir los anhelos que tiene en el tintero. “Aún me falta un libro de cuentos infantiles, que no se parezca a lo que ya escribí, quiero contar historias”.

Y nosotros estaremos pendientes para disfrutarlas.


Colaboración:

Verónica Palafox

www.ytenemosmuchoquedecir.wordpress.com

Imágenes:

Yvoné Vidaña

www.yvonevidana.com


Publicidad
Enlaces patrocinados