Ciudad Juárez.- Al conmemorarse el Día Mundial de las Abejas, una especialista que realiza estudios sobre las especies que habitan en la región del Desierto Chihuahuense, en específico entre Samalayuca, Ciudad Juárez y sus alrededores, quien compartió información sobre la importancia de trabajar en la educación y preservación.

La bióloga Danna Cadena, egresada de la Universidad Autonoma de Ciudad Juárez (UACJ) e integrante de la Coalición Voces de la Ciencia Juarense, cuenta con un proyecto en el que realiza divulgación científica (@beesofthe656_) en donde, aborda información sobre abejas nativas, conservación de polinizadores y lo que viven las abejas en entornos urbanos.

En entrevista compartió que es fundamental visibilizar la importancia de un grupo que llega a ser olvidado: las abejas solitarias. Debido a que estas especies representan aproximadamente el 94 por ciento de la diversidad de abejas en el Desierto Chihuahuense (región Juárez) en donde desempeñan un papel crucial en la polinización y en la salud general del ecosistema árido.

“Contrario a la creencia popular, solo ocho especies de abejas en todo el mundo producen miel, todas originarias de Asia, Europa y África. Entre ellas se encuentra Apis mellifera, la especie domesticada y más común en áreas urbanas”, puntualizó Cadena.

Esta información se ha llegado a confundir y genera que la narrativa para la conservación no sea la adecuada, debido a que se ha observado que los esfuerzos se concentran solo en las abejas melíferas.

“Es importante señalar que estas especies no están en peligro de extinción y no son responsables principales de sostener los ecosistemas naturales. En realidad, las especies nativas de abejas, en su mayoría solitarias, son las que enfrentan amenazas significativas”, detalló la bióloga.

Como polinizadoras tienen una función especializada conocida como oligolectia, en el que algunas especies de abejas necesitan del polen de una planta específica para alimentarse y tener descendencia, por lo que las plantas silvestres, entre las que se encuentran especies endémicas o propias de zonas áridas como el Desierto Chihuahuense en el que habitamos, también dependen de las abejas solitarias.

“Las abejas solitarias no producen miel ni forman colmenas con castas (reina, obreras, zánganos), como ocurre con las especies domesticadas. Cada hembra construye y abastece su propio nido de manera individual, frecuentemente en suelos secos y arenosos, donde excava túneles con celdas que contienen huevos y provisiones”, describió la especialista.

De forma detallada Cadena ejemplificó tres casos como las abejas cortadoras de hojas (megachile spp) que pueden adaptarse y nidificar en cavidades en paredes de ladrillo, concreto o incluso tuberías.

Otras, como las abejas carpinteras (abejorros negros), prefieren la madera seca o tocones. Estas especies son organismos termófilos, es decir, dependen de altas temperaturas para su actividad diaria y para el desarrollo de sus crías. Además, su ciclo de vida está sincronizado con las floraciones que ocurren tras las lluvias de verano (julio, agosto y octubre), lo que genera un fenómeno de sincronicidad biológica entre insecto y planta.

“Esta relación está en riesgo por el cambio climático, que altera los patrones de temperatura y precipitación, generando desfases entre la floración de las plantas y la emergencia de las abejas. A ello se suman otras amenazas, especialmente en zonas urbanas y periurbanas, como la pérdida de hábitat, el reemplazo de áreas verdes por construcciones, la falta de reforestación con flora nativa y el uso de pesticidas”, alertó la entrevistada por los cambios en el ecosistema.

La conservación de las abejas solitarias y demás polinizadores nativos requiere de un esfuerzo conjunto entre ciudadanía, instituciones y gobiernos; algunas acciones concretas que se pueden poner en práctica de forma individual o comunitaria se encuentran:

- Sembrar plantas nativas en jardines, patios, parques y espacios públicos.

- Cuidar las plantas nativas ya existentes en la ciudad o reubicarlas cuando sea necesario.

- Evitar el uso de pesticidas y herbicidas, especialmente en jardines y áreas verdes.

- Participar en eventos ambientales locales, como jornadas de reforestación o educación ambiental.

- Reducir el uso de plásticos de un solo uso, que contaminan los ecosistemas y afectan a los insectos.

- Colocar bebedores poco profundos con piedras, que permitan a las abejas hidratarse sin riesgo de ahogarse.

- No matar abejas ni destruir sus nidos; la mayoría no son agresivas ni representan un peligro.

“En este Día Mundial de las Abejas, invitamos a reflexionar sobre el rol de estos pequeños pero poderosos aliados. Conocer y proteger a las abejas solitarias es clave para conservar la biodiversidad y la resiliencia de nuestros ecosistemas, especialmente en regiones tan particulares y sensibles como el Desierto Chihuahuense”, abundó la bióloga Danna Cadena.

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