
Ciudad Juárez.– La incertidumbre que ha vivido la familia de Enrique Torres Sabino se ha transformado en temor y exigencia de justicia, luego de que su cuerpo fue localizado inhumado de forma clandestina en esta frontera. A un año de su desaparición, piden que el caso no quede impune.
Enrique, de 44 años, era un padre trabajador que se mudó del estado de Oaxaca a esta ciudad para brindar mejores condiciones de vida a su familia. Luego de vivir seis años en una ciudad reconocida a nivel mundial por su alta incidencia de homicidios, desapareció el sábado 1 de junio de 2024 y, seis meses después, fue encontrado sin vida.
Celina Torres Sabino, hermana de Enrique, emprendió las acciones de búsqueda. Obtuvo una pesquisa por parte de las autoridades de investigación y entregó a la Fiscalía todos los elementos de prueba que ayudaron a ubicar el vehículo de su hermano, así como información sobre una posible ubicación a la que acudió el día de su desaparición.
Dos meses después, sin resultados en la búsqueda, el fiscal general del estado orientó a la señora Celina para que fuera atendida por otro agente del Ministerio Público, con quien se constató que la pesquisa de Enrique no estaba activa, por lo que se generó nuevamente a fin de implementar los protocolos de búsqueda. Posteriormente se emitió una nueva pesquisa, esta vez con una recompensa de 200 mil pesos para quien aportara información útil y veraz para su localización.
En noviembre, las autoridades de investigación intervinieron en un domicilio de la colonia Hacienda Santa Fe, donde localizaron un cuerpo inhumado de forma clandestina. Tras la espera de los resultados de ADN, en diciembre la familia recibió la confirmación de que se trataba de Enrique.
Ha transcurrido un año desde su desaparición y seis meses desde la confirmación de su localización sin vida, y la señora Celina informó que, hasta el momento, la familia no ha recibido ninguna actualización del caso. No tienen información sobre personas implicadas, órdenes de aprehensión contra quienes resulten responsables del homicidio ni nuevos rastreos de información.
Ante esta situación y debido a su denuncia permanente, la familia Torres Sabino compartió con este medio de comunicación que teme por su seguridad al continuar exigiendo que el caso no quede en el olvido, y pidió a las autoridades justicia.
El pasado fin de semana, al conmemorarse un año de la desaparición de Enrique, la familia se reunió en su lugar de origen para celebrar una misa. Ante la falta de justicia que les brinde esperanza de que los responsables pagarán por el crimen, la señora Irma Sabino, madre del fallecido, ha sufrido un notable deterioro en su salud, por lo que la exigencia familiar es aún mayor.