En un movimiento significativo en el conflicto en curso, Ucrania ha lanzado un ataque con misiles de largo alcance contra una instalación militar en la región de Briansk, Rusia. Este ataque marca la primera vez que Ucrania utiliza misiles "Atacms" de fabricación estadounidense para golpear territorio ruso, tras recibir la autorización de Washington. El ataque, que ocurrió en la madrugada del 19 de noviembre, ha sido confirmado por el Ministerio de Defensa de Rusia.
El objetivo del ataque fue un arsenal de almacenamiento de municiones en la ciudad de Karachev, en la región de Briansk. Según informes, seis misiles fueron disparados, de los cuales cinco fueron interceptados por las defensas antiaéreas rusas, mientras que uno impactó en la instalación, causando un incendio pero sin dejar víctimas. Este evento ha generado una respuesta inmediata del Kremlin, que ha advertido sobre una posible escalada en el conflicto y ha prometido una respuesta acorde.
La utilización de estos misiles de largo alcance por parte de Ucrania ha sido vista como un cambio estratégico significativo, ya que permite a Kiev atacar objetivos más profundos dentro del territorio ruso. Este desarrollo ha sido posible gracias a la reciente autorización de Estados Unidos, que ha proporcionado a Ucrania estos misiles como parte de su apoyo continuo en la guerra contra Rusia. La decisión de Washington ha sido criticada por Moscú, que la considera una implicación directa de Estados Unidos en el conflicto.
Este ataque ha intensificado las tensiones entre Rusia y Ucrania, y ha generado preocupaciones sobre una posible escalada del conflicto a nivel internacional. La comunidad internacional sigue de cerca estos acontecimientos, mientras ambos países se preparan para las posibles repercusiones de este ataque sin precedentes.