Tras 'Humberto' reanudan limpieza en Bahamas
Foto: Associated Press

McLean's Town.- Jeffrey Roberts levantó una cortina de color mostaza que estaba en el suelo mientras buscaba pasaportes y otros documentos, en el lugar donde antes estaba la casa de su familia en Gran Bahama.

Después apartó la tela, recogió un par de viejos alicates oxidados y siguió buscando.

"Tenemos que tomar lo que nos da Dios", dijo Roberts en alusión a la tormenta tropical Humberto, que pasó rozando la isla el pasado fin de semana en su ruta hacia el norte, que la llevará lejos de la costa este de Florida.

Para el sábado por la noche, el Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos dijo que la tormenta se encontraba 137 kilómetros (85 millas) al norte de la Isla de Gran Ábaco y avanzaba a 9 kilómetros (6 millas) al norte-noroeste con vientos sostenidos máximos de 97 kilómetros (60 millas) por hora.

Los meteorólogos veían probable que se convirtiera en huracán para el domingo por la noche, aunque lejos de Bahamas y la costa estadounidense para cuando adquiriera esa categoría.

La tormenta cerró brevemente un par de aeropuertos pequeños, hizo que la gente en casas dañadas buscara refugio y amenazó con interrumpir el reparto de suministros muy necesitados, como agua y alimentos.

Sin embargo, como finalmente pasó al norte de Bahamas, Roberts y otras personas retomaron la tarea pendiente: los esfuerzos de limpieza y recuperación en poblaciones devastadas por el huracán Dorian hace dos semanas.

El secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, visitó la isla de Gran Ábaco para respaldar los esfuerzos humanitarios tras el paso de una tormenta que dejó miles de personas necesitadas de comida, agua y cobijo.

"El huracán Dorian ha sido clasificado como de categoría 5. Creo que es categoría infernal", dijo el secretario general, que dijo estar horrorizado por el ``nivel de devastación sistemática".

La cifra de muertos por el huracán se mantenía en 50 personas, con una alarmante lista de 1.300 desaparecidos, aunque las autoridades advirtieron que era preliminar y era posible que mucha gente simplemente no hubiera logrado contactar con sus seres queridos.

La tormenta cerró brevemente un par de aeropuertos pequeños, hizo que la gente en casas dañadas buscara refugio y amenazó con interrumpir el reparto de suministros muy necesitados, como agua y alimentos.

Sin embargo, como finalmente pasó al norte de Bahamas, Roberts y otras personas retomaron la tarea pendiente: los esfuerzos de limpieza y recuperación en poblaciones devastadas por el huracán

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