Encaran naciones tráfico de personas
Foto: Associated Press

Panamá.- Las autoridades de seguridad de Estados Unidos, América Central y Colombia acordaron el jueves adoptar mayores controles para golpear las redes dedicadas al tráfico de personas como parte de un nuevo y más amplio esfuerzo regional para frenar la migración irregular desde Sudamérica al norte del hemisferio.

Al final de una reunión del secretario interino de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Kevin McAleenan y los ministros de Seguridad y Gobernación de Centroamérica y Colombia, se decidió invitar a Ecuador y a México para el próximo encuentro que tentativamente se realizará en un mes en territorio colombiano. Involucrar a Ecuador en estos esfuerzos obedece a que es uno de los países sudamericanos a donde llegan y transitan los millares de migrantes de Cuba, Haití y de países africanos y asiáticos que luego se arriesgan a cruzar por la peligrosa frontera colombo-panameño en su afán de arribar a Estados Unidos.

Aunque en la declaración de tres páginas no se mencionan medidas concretas para desbaratar las organizaciones criminales transnacionales, el documento destaca que “cada país debe tomar la iniciativa de adoptar controles mayores para contrarrestar el tráfico (de personas)”.

“Reiteramos que nuestros países no tolerarán tales actividades”, agrega. “Impulsando los mecanismos de cooperación regional y armonizando nuestras instituciones garantizaremos la no re-victimización de los migrantes”.

El encuentro en Panamá siguió a los realizados meses antes por Estados Unidos y las naciones del Triángulo Norte centroamericano (Guatemala, El Salvador y Honduras) para buscar medidas que detengan la migración irregular de sus países golpeados por la pobreza y la violencia. A pedido de Estados Unidos, esta vez se sumaron Costa Rica y Colombia, por ser naciones de tránsito en el flujo que se da a través de Sudamérica y que incluye el cruce por la jungla de la provincia panameña de Darién, atestada (según las autoridades) de traficantes de drogas, de armas y de personas.

“Las organizaciones criminales (traficantes de personas y de drogas) que estamos tratando de abordar son transfronterizas, no afecta solamente a nivel nacional”, dijo McAleenan al inicio de la reunión. “La única manera en que podemos lograrlo es colaborando juntos no sólo para compartir información sino también para acciones concretas, investigaciones y prohibiciones”.

El gobierno del presidente Donald Trump busca sumar esfuerzos para frenar ese flujo desde Sudamérica, que se suma al de millares de centroamericanos que arriban a la frontera entre Estados Unidos y México en busca de asilo.

Estados Unidos ha firmado este año acuerdos con México y Guatemala para contener la migración desde Centroamérica.

La llegada en la víspera de McAleenan estuvo marcada precisamente por la expectativa de que el secretario interino de Seguridad plantease algún tipo de acuerdo bilateral a Panamá en relación con los centenares de migrantes alojados temporalmente en campamentos en la provincia de Darién. El funcionario estadounidense visitará esa zona el viernes.

El ministro de Seguridad de Panamá, Rolando Mirones, insistió a la prensa durante la reunión que McAleenan no ha propuesto arreglo alguno binacional de momento.

“El interés de Panamá de participar en estas reuniones es cumplir con nuestra responsabilidad como miembros de la comunidad internacional porque este es un problema regional”, dijo Mirones. “Las soluciones que se requieren, no son soluciones bilaterales”.

Panamá está lidiando este año con un nuevo repunte de ese flujo migratorio por la jungla del Darién. De acuerdo con las autoridades de migración, en lo que va de 2019 ya han cruzado esa inhóspita región más de 10 mil migrantes, lo que supera la cifra del año pasado.

“Hay países de los que están saliendo estas personas, esos países tienen que tomar responsabilidad”, señaló Mirones. “Hay países por donde entran estas personas, como Ecuador y Brasil, después pasan a Colombia y de allí a Panamá y siguen subiendo por Centroamérica. Insistimos es un problema regional”.

“Por eso pretendemos que se invite a México después, porque para poder resolver estos problemas, necesitamos que todos estemos en la misma línea”, agregó.

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