
Washington.- El Pentágono anunció la creación de dos nuevas zonas militares a lo largo de la frontera con México, una medida que faculta a las tropas en activo para detener temporalmente a migrantes e “intrusos”, elevando el papel del aparato militar en la política migratoria estadounidense.
Aunque estas zonas están diseñadas como herramientas legales disuasorias, los resultados han sido limitados. Desde su implementación, solo cuatro personas han sido detenidas en las zonas ya existentes. Además, jueces federales en Texas y Nuevo México han descartado cargos contra varios migrantes al considerar que desconocían estar en zonas militares restringidas.
Aun así, las autoridades han logrado algunas condenas por cruce ilegal y decenas de migrantes se han declarado culpables. Actualmente, hay más de 11 mil 900 efectivos desplegados a lo largo de la frontera.
El expresidente Donald Trump, quien ha hecho de la migración un eje central de su campaña presidencial de 2024, ha defendido esta estrategia como clave para reducir los cruces irregulares, que según datos oficiales, alcanzaron un mínimo histórico en marzo, en parte por el fin del asilo implementado por la administración de Joe Biden y el endurecimiento del control fronterizo en México.
La expansión de las zonas militares reaviva el debate sobre la militarización del control migratorio, el derecho al debido proceso y la efectividad de medidas excepcionales para gestionar fenómenos estructurales.