Busca EU poner fin parcial a supervisión judicial especial sobre niños migrantes
Foto: Associated Press

San Diego.– El gobierno de Estados Unidos tratará de poner fin parcialmente a la supervisión judicial de 27 años sobre cómo el gobierno federal cuida a los niños migrantes que viajan sin compañía de un adulto, poco después de elaborar su propio conjunto de medidas de protección contra el maltrato, de acuerdo con un abogado involucrado en el caso.

El Departamento de Justicia ha informado a los abogados que se oponen a la medida que pedirá a un juez federal el viernes que ponga fin al llamado Acuerdo Flores en el Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS por sus siglas en inglés), que asume la custodia de los niños que viajaron sin compañía de un adulto en las 72 horas posteriores a su detención por la Patrulla Fronteriza, según Leecia Welch, directora adjunta de litigios en Children’s Rights, que representa a los niños en el caso.

El histórico acuerdo, nombrado por una niña migrante de El Salvador, Jenny Flores, seguirá en vigor en la Patrulla Fronteriza y su agencia matriz, el Departamento de Seguridad Nacional (DHS por sus siglas en inglés), creando lo que Welch llamó un desmantelamiento “por partes”. Los abogados de los niños que viajaron solos se opondrán a la medida, la cual estaría sujeta a la aprobación de la jueza federal de distrito, Dolly Gee, en Los Ángeles.

El Departamento de Justicia se negó a comentar. De momento, el HHS no tenía comentarios al respecto.

El Acuerdo Flores es una política fundamental, debido a que obliga a que los niños sean entregados rápidamente a familiares en Estados Unidos y establece estándares en los refugios autorizados, incluyendo para alimentos, agua potable, supervisión adulta, servicios médicos de emergencia, inodoros, lavamanos, control de temperatura y ventilación. Surgió de amplias denuncias de maltrato en la década de 1980.

La medida tiene el potencial de tensar aún más la ya complicada relación del presidente Joe Biden con los defensores de la inmigración, mientras el mandatario demócrata lidia con un aumento sin precedentes en los cruces fronterizos en un año electoral. Las detenciones en la frontera han superado los 2 millones en cada uno de los últimos dos años fiscales, incluyendo casi 300 mil niños no acompañados.

Biden ha optado por una aplicación más estricta de la ley mientras los republicanos critican su manejo de la frontera. Su gobierno planea otra norma destinada a negar más solicitudes de asilo durante las evaluaciones iniciales, un posible preludio de medidas más estrictas en la frontera.

La propuesta para deshacer parcialmente el Acuerdo Flores se produce menos de tres semanas después de que el HHS publicó una norma que establece salvaguardas para la custodia de niños. El secretario de Salud, Xavier Becerra, dijo que la norma, que entrará en vigor el 1 de julio, establecerá “estándares claros para el cuidado y tratamiento de los niños (migrantes) no acompañados”.

Welch dijo que poner fin a la supervisión especial puede impedir que los abogados de los niños inspeccionen los refugios del HHS y entrevisten a los niños que estén bajo el cuidado del departamento.

“La única razón por la que querrían hacer esto ahora es porque el programa Flores es una piedra en el zapato”, dijo Welch. “Podemos entrar en sus instalaciones siempre que queramos, podemos hablar con los jóvenes allí, y cuando no cumplen podemos presentar mociones para hacer cumplir la ley, y eso no les gusta”.

Mantener la supervisión judicial para el DHS dejaría partes críticas del Acuerdo Flores intactas, incluyendo un límite de 20 días para que la Patrulla Fronteriza retenga a los niños no acompañados y a los padres que viajan con un niño. Las instalaciones de detención de la Patrulla Fronteriza han experimentado una sobrepoblación extrema tan recientemente como en 2021, y el gobierno federal ha resistido firmemente los llamados a detener a niños y familias más allá de 72 horas.

Cuando el Acuerdo Flores entró en vigor en 1997, el cuidado de los niños migrantes era competencia plena del Servicio de Inmigración y Naturalización de Estados Unidos, que se disolvió seis años después con la creación del DHS. Desde 2003, el HHS se ha hecho cargo del cuidado de los niños que viajaron sin compañía de un adulto dentro de las 72 horas posteriores a su detención. La división se convirtió en una pesadilla en 2018 cuando el gobierno del expresidente Donald Trump separó a miles de niños de sus padres en la frontera sur, y las computadoras de las dos agencias no estaban correctamente vinculadas para reunirlos rápidamente.

En 2014, el aumento de las llegadas de niños sin compañía de un adulto a la frontera provocó un mayor escrutinio del gobierno federal, y la elevada afluencia continúa hoy en día. Los arrestos de niños que viajan solos en la frontera mexicana superaron los 130 mil el año pasado. El HHS entrega a la mayoría de los niños no acompañados a familiares cercanos mientras los jueces de inmigración evalúan sus futuros.

En 2020, un tribunal federal de apelaciones concedió la solicitud del gobierno de Trump para poner fin al Acuerdo Flores para el HHS, pero bloqueó su intento de retirar la supervisión en el DHS. El cambio nunca entró en vigor.

“Durante un tiempo todo estuvo tranquilo y luego empezamos a escuchar rumores de que iban a seguir adelante con su propia normativa, que iba a ser mayor y mejor y compatible con Flores”, señaló Welch.

En octubre, el HHS publicó una propuesta que obtuvo más de 70 mil comentarios públicos. Dio a conocer una versión final el mes pasado.

El HHS dijo el mes pasado que la norma “implementa y va más allá” del Acuerdo Flores. Entre otras cosas, crea una oficina independiente de un defensor de derechos humanos, establece estándares mínimos en los albergues temporales desbordados y formaliza los avances en los protocolos de revisión para la entrega de niños a familias y patrocinadores y para los servicios jurídicos.

Welch dijo que la nueva norma tiene “muchos aspectos positivos”, pero no aborda los albergues sin licencia que son contratados por el HHS, que considera la pieza más importante del Acuerdo Flores. En 2021, el gobernador de Texas, Greg Abbott, revocó las licencias estatales de las instalaciones que cuidan a los niños migrantes.

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