Chihuahua.- Unas decenas de reses y algunos caballos se aferran a la vida que todavía puede brindar donde fue construida la Presa Las Lajas, que desde 1957 proveía de agua a parte de la región noroeste del estado y cuya capacidad no supera el 2 por ciento al finalizar agosto.

Ubicada en la corriente del Carmen del Distrito de Riego 089, Las Lajas tiene la capacidad de almacenar 83.2 millones de metros cúbicos, aunque al cierre de este mes, apenas llega a 1.5 millones, la más seca de las 10 monitoreadas por la Comisión Nacional del Agua (Conagua).

La sequía extrema por la que atraviesa la entidad, ha provocado que los diez principales cuerpos de agua alcancen el 19.2 por ciento de su capacidad total. Si bien se ha implementado el bombardeo de nubes o estimulación de lluvias, la realidad es que las condiciones no han sido suficientes para que las precipitaciones se presenten y carguen los cuerpos de agua exteriores como subterráneos.

Incluso, meses atrás, la Laguna de Bustillos prendió las alarmas de geólogos, meteorólogos, autoridades de los tres niveles y, sobre todo, a la población circundante al cuerpo de agua, pues mientras unos viven de la pesca otros se dedican al turismo siendo estas su única fuente de ingresos.

Logró salvarse de la sequía total, luego de realizar azolves y limpieza y algunas precipitaciones en la zona alta de la Sierra, pero no ha salido de una zona de extremo cuidado y constante vigilancia.

Un lugar de encuentro casi desierto

La Presa Las Lajas así como su afluente que corre en dirección al sur de la entidad, era un lugar de encuentro de familias cada fin de semana, tanto de locales como quienes gustan de tener contacto con la naturaleza.

De a poco, la costumbre se ha perdido por las nuevas atracciones digitales pero también por la falta de agua que reúne todo tipo de vida.

Así lo atestigua una de las familias que acudió durante el fin de semana pasado.
"Aquí veníamos seguido y si viera, antes se llenaba aquí, había muchos niños y gente disfrutando pero mire, ya no hay nadie", asegura Cristina quien llevó a sus hijos pequeños para convivir con la naturaleza.

La vista, si bien no es tan desértica como del otro lado del cuerpo de agua donde flotan los peces muertos, se ve una verde pradera donde pastan los animales, comiendo los últimos trozos de vida.

Ese espacio, antes estaba cubierto por agua y apenas bajando la carretera que conduce a la comunidad de San Lorenzo desde Flores Magón, las personas podían disfrutar del espectáculo natural.

Hoy solo quedan caminos secos, basura, evidencias de que realizan cambios de aceite a los automóviles en ese lugar y basura que hace mucho tiempo fue arrastrada por el cauce que brindaba esperanza y aseguraba prosperidad en la región.

La sequía inhibió siembras

Los habitantes a los alrededores de Las Lajas, han visto mermada la siembra y, por ende, la cosecha de sus productos.

Dos semanas atrás, al igual que Laguna de Bustillos, Las Lajas atrajeron la atención de México entero, pues inició la aparición de miles de peces muertos, ahogados por la falta de oxígeno que produce el agua en abundancia.

Sin embargo, al bajar los niveles a su mínima expresión, se han ido muriendo…”y lo que falta”, dijo uno de los productores.

El escenario es catastrófico tanto desde el punto de vista ambiental como económico.
Algunos productores voltean a ver a Alex LeBarón González, ex diputado del PRI y ex delegado de Conagua, quien presuntamente concedió concesiones a la comunidad menonita durante su gestión para la extracción de agua sin límite alguno.

También ven a Brenda Francisca Ríos Prieto, expresidenta del Partido Verde en Chihuahua y exdiputada por ese mismo órgano político, quien nunca realizó acciones preventivas para mantener a salvo los cuerpos de agua ni prever un escenario adverso, al grado de llegar a la desaparición de los cuerpos de agua. Ahora es diputada plurinominal por Morena.

Y así, los productores han visto a funcionarios públicos que van y vienen, pero no solucionan nada.

La Comunidad LeBarón enfrenta también una sequía pocas veces suscitada. Conscientes están que integrantes de El Barzón solo se ocupan de evadir su responsabilidad a sabiendas que gente de Martín Solís ha perforado pozos aún y cuando no existen las concesiones, “pero es más fácil echarnos la culpa a nosotros”, señalan.

Piensan recortar ciclo de riego

En días pasados, se avizoró la posibilidad de que el ciclo de riego sea recortado aún más, pues estaría regándose lo acordado, pero hasta antes de finalizar septiembre.
Desde inicio del ciclo agrícola, se acordó reducir en un 60 por ciento la superficie de riego, precisamente por la falta de agua en los principales cuerpos de la entidad.

Es decir, de 10 hectáreas, solo serían cultivables 4 esperando el milagro del cielo para lograr salvar este ciclo y tener una reserva para el siguiente año. Aparentemente, no se logrará ninguno de los dos.

Los productos que se logran de la tierra chihuahuense, estarían en riesgo si las lluvias no aparecen antes de terminar septiembre y aunque los casos como Las Lajas y Laguna de Bustillos son el mero reflejo de la sequía, aún existe esperanza de lograr captar un poco de agua.

La cultura ralámuri está haciendo lo propio con obras innovadoras para su cultura, pero sabe que debe pasar tiempo para lograr infiltrar el agua, atemperar la superficie y lograr condiciones óptimas para humedecer la mayor parte de los 247 mil kilómetros cuadrados que comprende la entidad, contando que la población tenga el máximo cuidado en el uso del agua.

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