Parteras dan luz y vida en la sierra Tarahuamara
Foto: Cortesía

El camino rocoso, el cansancio, las condiciones climáticas de la Sierra Tarahumara, nada de eso es impedimento para que Mariela Bustillos Pompa, una partera tradicional, llegue a un punto para apoyar a que una mujer pueda dar a luz de una manera más segura. Mariela decidió desde hace cuatro años darle un giro a su vida al convertirse en partera, con ello, ofrece cuidados durante el embarazo, el parto y post-parto a otras indígenas en municipios como Guachochi y Bocoyna, además es acompañante comunitaria, traductora e intérprete en la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol).

“Mi abuela, que en paz descanse, falleció hace dos años y fue ella la que me inculcó la importancia que tiene la labor de las parteras”, dice Mariela, pues el ejemplo y sabiduría de su abuela, que vivió 122 años, despertó su interés para convertirse en una partera y brindar sus servicios de forma gratuita a quien lo necesite.

Bustillos tiene 38 años, es originaria de Rocheachi, Guachocchi, y se crió en la comunidad de Papajichi. Cuenta que comenzó como partera en el seno familiar.

“Mi abuelita me enseñó a acomodar a los bebés y a contactarme con el mundo… con ella aprendí a mirar la Luna e identificar en qué tiempo y cómo tenía que voltear a los bebés". Para Mariela la lucha es constante para preservar y difundir las costumbres de su comunidad rarámuri.
Imagen
Mariela Bustillos | Coepi

En el último año, la chihuahuense ha apoyado en al menos 10 partos, en diferentes comunidades de la Sierra Tarahumara, los cuales le han dejado una gran satisfacción. “Todas las mujeres, después de dar a luz, quedan muy agradecidas conmigo y es algo que aprecio mucho”, cuenta entusiasmada Mariela, como si recordara uno de aquellos momentos.

La figura de las parteras es muy importante para los habitantes de las comunidades de la zona serrana, pues su trabajo no se limita únicamente en ayudar a las mujeres en dar a luz, sino que se convierten en una guía, como dice Mariela, para los niños que llegan a este mundo.

“Otra parte que me gusta es ver a los pequeños crecer sanos, es algo muy bonito ser parte de ese proceso. Los niños que yo atiendo se quedan a mi cargo porque es parte de la cultura: si alguien es partero, las personas lo buscan para que sea su guía durante su vida: tenemos el don de curar con medicina natural”.

Lejos de los hospitales

El trabajo de una partera no es una tarea sencilla, pues durante el embarazo o en el parto pueden presentarse complicaciones y es difícil trasladarse a un hospital para brindarle atención especializada a la embarazada. “Nosotras tenemos mucha responsabilidad en nuestras manos, ya que, a veces, las mujeres son primerizas y no tienen acceso a un Centro de Salud cercano, lo que implica un riesgo”, por fortuna, Mariela no ha vivido una situación compleja como partera.

La chihuahuense considera que es necesaria una unidad móvil para llevar a las mujeres de una manera más rápida a un hospital, “aunque sea tener un vehículo en buenas condiciones, porque como partera puedo caminar por horas, teniendo hambre. Lo que yo hago es por voluntad propia, no vamos por un recurso, lo hacemos gratis, con una voluntad muy fuerte”, comenta sobre las dificultades por las que atraviesa para dar su servicio.

Gracias a su abuela y a las lecciones que se ha llevado en su camino como partera, Mariela comprende la importancia que tienen ella y otras mujeres que se dedican a atender partos tradicionales: “yo soy nueva, apenas estoy empezando, pero he visto la atención que te pone la gente una vez que te identifican. Nosotros somos el primer auxilio dentro de las comunidades”.

Imagen
Cortesía | Coepi
A Mariela le entusiasma bastante la idea de que sus dos hijas pequeñas y otras mujeres de su familia se interesen en la labor de las parteras, pues para ella es muy importante preservar esta práctica en su comunidad. “Yo hablo mucho sobre la importancia que tiene el seguir conservando la labor de las parteras y el trabajo que conlleva. Cuando fui maestra comunitaria, a mis alumnos les llegué a hablar sobre el parto tradicional para que tengan noción de ello”.

La partera asegura que mujeres que viven en la zona urbana y tienen acceso a la mejor atención médica en hospitales, la han buscado para que las ayude a llevar un parto tradicional desde casa. “En ocasiones he ido a la ciudad para atender a embarazadas, muchas prefieren disminuir el dolor con plantas medicinales, es un trato muy distinto al que reciben en un hospital”, concluye Mariela.

Voluntarias Rurales del Imss

Así como Mariela, existen otras mujeres en la sierra de Chihuahua que recorren las comunidades con el único objetivo de preservar sus costumbres con el parto tradicional, además de ser guías de las personas que las rodean.

El Instituto Mexicano del Seguro Social (Imss) en Chihuahua, a través del Programa Imss-Bienestar, cuenta con el valioso apoyo de las “Parteras Voluntarias Rurales” en localidades alejadas y de difícil acceso en la entidad.

En esas regiones habitan etnias indígenas representativas del estado: Tarahumaras, Pimas, Guarijíos y Tepehuanes, por lo que es necesaria la colaboración de personas reconocidas en las comunidades como líderes locales, ya que comprenden, en la misma lengua, los códices culturales basados en el manejo de tradiciones, mitos, costumbres como lo es la partera.

La principal tarea de las parteras es apoyar a las mujeres embarazadas antes, durante y después del parto, así como atender a los bebés recién nacidos, generando con ello una relación no solamente con la mujer sino con su familia.

Actualmente, el programa cuenta con la colaboración de 64 parteras voluntarias en interrelación, ubicadas principalmente en los municipios de Guachochi, Guadalupe y Calvo, Chínipas, Bocoyna, Ocampo, Guazapares, Urique, Madera, entre otros.

Ellas se suman a la participación comunitaria que a la fecha realizan 696 voluntarios rurales de salud, 3 mil 195 voluntarios y 4 mil 207 integrantes de 661 Comités de Salud.

El Programa Imss Bienestar llega a un total de 271 mil chihuahuenses, en 45 de los 67 municipios de la entidad y brinda sus servicios a través de tres hospitales rurales, 144 unidades médicas rurales, dos centros de atención rural obstétrica, tres unidades médicas móviles y nueve brigadas de salud, de acuerdo con información del Instituto.

Con información del Instituto Mexicano del Seguro Social (Imss)

Publicidad
Enlaces patrocinados