Las tumbas del panteón de Dolores
Foto: Net Noticias | Ruth E. González / Adriana Baca

Entre sepulcros y leyendas, en la colonia San Jorge de la ciudad de Chihuahua se aprecia una barda alta con una fachada amarilla, sobre la calle 20 y Hacienda del Torreón. En el arco de la entrada principal se lee: Cementerio Dolores.

El lugar en Día de Muertos sigue siendo uno de los más concurridos, las filas acarrean a familiares y curiosos que llegan a ofrecer flores a sus muertos o a las personalidades que yacen ahí, entre las que destacan varios revolucionarios, incluyendo la viuda del general Francisco Villa, Doña Luz.

Por el pasillo principal se observan algunas de las tumbas más elaboradas y también capillas. El origen del cementerio se remonta al 12 de septiembre de 1912, sin embargo, hay tumbas más antiguas que se mudaron al lugar debido al cierre de otros camposantos como La Regla, de mediados del siglo XIX.

Una larga historia

El primer panteón en Chihuahua era un terreno adjunto a la Catedral, el cual se remodeló en 1759. Antes los chihuahuenses acostumbraban a enterrar a sus familiares en los patios de las casas o en los templos, hasta que esto fue prohibido, toda esta información se encuentra en el archivo histórico de la ciudad.

En 1802, el panteón San Felipe fue el primero en estar separado de los templos. Después el panteón La Merced se inauguró en 1849, en tiempos de una epidemia de cólera que azotó a la ciudad. También ahí, algunos imperialistas como Julio Carranco y Carmen Mendoza fueron fusilados en el lugar, que fue clausurado al saturarse y años después se convirtió en el parque Urueta (1925).

“En 1853 se construyó el cementerio de Nuestra Señora de la Regla, conocido como el panteón de La Regla. Se destinó para acomodar a los deudos de las clases de las acomodadas, pues las familias humildes iban a parar al de La Merced. El panteón de La Regla fue clausurado en 1885, pero se realizaron algunas inhumaciones.

El panteón La Regla fue totalmente arrasado a mediados del siglo XX para construir el parque Revolución. Los restos de algunas personalidades que se encontraban en el panteón fueron trasladados a la rotonda de los Chihuahuenses Ilustres {…} y buena parte fue trasladada al panteón de Dolores y al Municipal”.

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Ruth González / El origen del panteón se remonta al 12 de septiembre de 1912

Un negocio familiar

El cementerio es privado, fue el proyecto de Manuel Rodríguez Chávez y Enrique Jaurrieta Rodríguez. La bisnieta de don Manuel e hija de Enrique compartió en una entrevista para el catedrático y periodista Leo Zavala Ramírez algunos aspectos interesantes del origen del panteón en el libro “Chihuahua, Tres Siglos, Cien Entrevistas”. Aquí un fragmento:

“Fue el primer cementerio privado de la ciudad de Chihuahua; de hecho, su primer nombre fue Panteón Nacional, y con el tiempo, cuando se abrió el Panteón Municipal, al sentir que los nombres eran muy parecidos {…} se le cambió a Cementerio de Nuestra Señora de Dolores”, compartió la arquitecta Alejandra Jaurrieta Barrera en esa entrevista (noviembre de 2008).

Entre otros aspectos Alejandra comentó que el terreno les fue vendido por Luis Terrazas, a condición de que le reservaran un espacio para las tumbas de su familia. El motivo principal de Manuel Rodríguez fue hacer un negocio redituable, eran “buenos” tiempos para hacerlo.

Al momento de la entrevista, la arquitecta y administradora del lugar estimó que el panteón tenía unos 41 mil o 42 mil cuerpos. Es importante notar que varias tumbas comparten su espacio a familiares.

“Yo crecí ahí, mis domingos eran ahí, mi infancia fue ahí; es un lugar que le tengo mucho cariño. Yo siempre he dicho que el amor a la arquitectura nació en ese lugar, en donde hay grandes obras arquitectónicas, grandes obras escultóricas, realmente se siente; mi papá siempre nos dijo algo: que con el dolor ajeno no había que jugar y yo creo uno no lo entiende hasta que está ahí…”.

Y tras hacer un recorrido, cualquiera puede coincidir con la arquitecta, hay esculturas muy impresionantes.

Las primeras tumbas

Sin embargo, más que el nombre de su fundador, su primera “habitante” es la más popular del lugar. La Srita. Jacinta Zea (julio de 1886 -14 septiembre de 1912) quien inauguró el Cementerio Dolores, dos días después de abrir. A un lado de ella yacen Andrea Zea (14 febrero 1926), y su esposo Manuel Salazar (11 de enero de 1927). En el otro lado está la tumba de María Esther Balderrama, también fallecida en septiembre de 1912, y así, se va llegando a fechas, senderos y nombres de personas que parecen olvidadas. El lugar tiene 110 años sobreviviendo al paso del tiempo, en un costado, el Cerro Grande engalana el horizonte.

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Foto: Ruth González / Tumba de Jacinta Zea, la primera del cementerio
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Fotos: Ruth González

Los revolucionarios

Doña Luz Corral de Villa, la viuda del "Centauro del Norte", tiene una modesta tumba en el lugar. Su aspecto no es bueno, el desgaste y falta de mantenimiento son notorios, pero ahí están los restos de la última esposa del revolucionario, quien donó a la Secretaría de la Defensa Nacional la finca la Quinta Luz, actualmente el Museo Histórico de la Revolución, ubicado en la Calle Décima 3010, en la colonia Santa Rosa.

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Doña Luz Corral de Villa, la viuda del "Centauro del Norte"

Las tumbas de los hermanos del general también están en este panteón. El general Hipólito Villa Arámbula, el menor, yace con la misma pobreza con la que falleció en 1964. El coronel Antonio Villa (18-5-1915), tiene también una modesta tumba, que comparte con su esposa Paulita Palomino (29-12-1984).

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El coronel Antonio Villa y su esposa Paulita Palomino
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El general Hipólito Villa Arámbula, hermano de Pancho Villa

Entre otros revolucionarios destaca la tumba del general Rodolfo Fierro (1915), “Presente, general Villa”, versa una placa sobrepuesta. El general falleció ahogado en una laguna que ahora lleva su nombre en Nuevo Casas Grandes, su cuerpo fue recuperado por un cuñado de Villa, quien lo trajó al panteón de Dolores. Era conocido en la tropa como “El Carnicero”.

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El general Rodolfo Fierro, quien murió ahogado en la laguna homónima

El hombre más leal al Centauro murió a su lado, en la emboscada en Parral, el coronel Miguel Trillo (1 de sept. 1893 - 20 de julio de 1923), su familia le dedicó: “Fuiste el consuelo y alegría de tus padres…”.

No solo los seres queridos del Centauro del Norte están en el lugar, el antagónico “traidor” revolucionario, quien se sumó a Victoriano Huerta tras la Decena Trágica, Pascual Orozco (30-8 -1915), está ahí, en su epitafio dice: “Caíste cuando la patria dolorida te esperaba”. Orozco fue primero enterrado en El PasoFan, Texas, donde vivió bajo arresto domiciliario antes de escapar y ser asesinado en el Cañón del Río Verde, en Culberson.

El santo del cementerio

El sepulcro del padre Pedro de Jesús Maldonado (11 de febrero de 1937), es uno de los más visitados por los católicos. Aunque sus reliquias se encuentran en una urna de madera en la Capilla del Señor de Mapimí en la Catedral, y en otra urna itinerante hay algunos de sus restos, su tumba se llena de cartas, oraciones, flores y fotos cada Día de Muertos. Es el primer santo y mártir canonizado de Chihuahua (1984), por lo que muchos creyentes le piden favores.

El cura fue asesinado durante los conflictos de la Guerra Cristera en el país. Ahora es la tumba de San Pedro de Jesús Maldonado, una de las más populares.

Otros sepulcros que destacan son de los exgobernadores Miguel Ahumada, Rodrigo M. Quevedo, Óscar Flores Sánchez, Óscar Ornelas Küchle. También el del escritor e historiador y exrector de la Universidad Autónoma de Chihuahua (UACh) José Fuentes Mares. Entre las tumbas más antiguas está la de Antonia Parra de Prieto (3 de agosto de 1866).

Así entre miles de tumbas e historias el Cementerio de Dolores comparte paz y encanto a quienes lo visitan, sus puertas cierran puntuales a las 4:00 para evitar robos, dice uno de sus cuidadores. “Se han llevado metales y otras cosas, pero ahora es más seguro”. El hombre se aleja limpiando lápidas y echando agua, le pregunto si en la noche no hay espantos, solo contesta, “yo no vengo nunca de noche”, mientras se aleja y pierde entre los senderos.

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Foto: Archivo Netnoticias
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