Forenses 'rebasados' por el crimen
Foto: Net Noticias | Foto: Ruth González / Diseño: Adriana Baca

Chihuahua.- “No hay crimen perfecto, suena a cliché, pero es cierto. Por más que un criminal quiera deshacerse por completo de un cuerpo siempre va a quedar evidencia”, dice la antropóloga forense Martha Isela Ruiz Torres, y es que, esta frase resume todo lo que un equipo científico respalda en 18 unidades especializadas para ayudar a esclarecer los homicidios en el estado.

Los peritos de la Dirección de Servicios Periciales y Ciencias Forenses (DSPF) de la Fiscalía General del Estado (FGE) son los encargados de realizar los análisis científicos de la evidencia, la identificación y el resguardo de cadáveres, conforman un equipo multidisciplinario. “Somos un apoyo al Ministerio Público (MP), un área técnica y científica. Dentro del trabajo que realizamos está el de llevar a cabo los dictámenes periciales por personal experto en diversas materias”, comparte el Mtro. Javier Sánchez Herrera, director general de la dirección.

Cada unidad cuenta con expertos en diferentes disciplinas: Criminalística de campo, Servicio Médico Forense, Química, Genética, Antropología, Rehidratación de Tejidos, Balística, Odontología, Dactiloscopia, Medicina Legal, Documentos Cuestionados (Grafoscopía y Documentoscopía), Retratos Hablados, Tránsito, Psicología, Avalúos, Contabilidad forense, Ingeniería Civil e Incendios y Peritaje Estratégico.

Pero lidiar con la muerte no es un trabajo fácil, se debe ser un profesional enfocado, tener una capacidad científica y emotiva para ser sensibles con la muerte y todo lo que la rodea, coinciden en entrevistas los peritos de estas unidades. Además de otros aspectos, estos forenses se esfuerzan por lograr y mantener las certificaciones de calidad internacional, es una forma con la que tratan de erradicar el estigma de la desconfianza en las autoridades judiciales, que predomina en todo el país.

Fue por el avance tecnológico y la profesionalización del equipo forense que la “fosa común” dejó de existir, ahora las inhumaciones de no reclamados cuentan con un perfil genético disponible y reposan en un lugar plenamente ubicado.

Revista Net hizo un recorrido por las instalaciones de la DSPF Zona Centro, ubicado en el Complejo Estatal de Seguridad Pública (C4), para conocer el trabajo y condiciones laborales de algunos de los científicos de la genética, los restos óseos, las huellas dactilares, las dentaduras, las armas, la medicina forense y el resguardo de quienes aún esperan volver a tener un nombre.

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Foto: Ruth González | El equipo de Medicina Forense Zona Centro

Forenses y homicidios

Con más de 2 mil homicidios dolosos en promedio al año en el estado de Chihuahua, la FGE Zona Norte (Ciudad Juárez) y Zona Centro (Chihuahua) concentran la mayoría de los casos. Juárez lidera por un amplio margen las cifras, sin embargo, la infraestructura y el equipo Forense están rebasados. “Quisiera decir que somos suficientes, tenemos un equipo muy comprometido, pero obviamente, como en todas las áreas, nos hace falta personal”, reconoce el director de la DSPF.

En cuanto al ingreso y resguardo de cuerpos, no solo el personal está sobrepasado, sino también la infraestructura. Este año suman, hasta el 13 de octubre, mil 330 ingresos para resguardo, es decir, el conjunto de cadáveres, osamentas, restos y partes de cuerpos incompletos. Por zona fueron depositados: 460 en la Zona Centro (ZC), de los cuales 306 son cuerpos completos; en la Zona Norte (ZN) 629, de los que 348 son cadáveres completos. En contraste, las capacidades de las planchas (refrigeradores) es de 128 en la ZC y 80 en la ZN. Aunque de manera óptima las planchas deberían almacenar un solo cuerpo, debido a la saturación que prevalece, se utilizan para almacenar a varios, además el espacio intermedio de las salas es utilizado para apilar cuerpos, son los que se envían al “congelador”, es decir, cuerpos o restos que llevan un mayor tiempo sin ser reclamados o identificados, antes de proceder a las inhumaciones.

De una capacidad total en el estado de 232 planchas en cuatro Fiscalías de Zona, se ocupan (hasta el 13 de octubre de este año) 730 para cuerpos completos de los mil 330 restos resguardados, es decir, solo en cuerpos completos hay 314 por ciento de más. En el caso de Zona Norte, con 348 cuerpos completos para las 80 planchas, implica una capacidad rebasada de 435 por ciento, la más crítica del estado. En el caso de los restos incompletos que implican refrigeración, deben compartir espacios en las planchas donde hay otros cuerpos, mientras los restos óseos son almacenados en otra área y espacio designado dentro de la DSPF.

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Foto: Ruth González / Mtro César Hernández perito forense
de rehidratación de tejidos y necrodactilia

Los olvidados y las inhumaciones

De las inhumaciones, de enero hasta el 13 de octubre, la DSPF realizó 28 en Chihuahua (Panteón Municipal 4); 121 en Ciudad Juárez (Panteón San Rafael); 73 en Cuauhtémoc (Panteón Municipal 3) y 10 en Nuevo Casas Grandes (Panteón Recinto de Paz). El total en Chihuahua en lo que va del año suman 232.

Para tener un comparativo más amplio, en 2018 se inhumaron 372 cuerpos en el estado (232 en Juárez), en 2019 fueron 378 inhumaciones (250 en Juárez), 2020 tuvo 360 (207 en Juárez), y el año pasado cerró con 328 inhumaciones (257 en Juárez).

Esto no desalienta a los que deben enfrentar el trabajo del manejo de cadáveres. La tecnología y la capacitación han sido la clave para mejorar el servicio forense, la cooperación binacional ha llevado de la mano a este avance. Por ahora, el crecimiento del banco de ADN y la certificación de los laboratorios de Genética son una alternativa para abatir el rezago.

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Net Noticias | Adriana Baca
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Net Noticias | Adriana Baca

Profesionalización vs el estigma

El equipo forense tiene protocolos y procesos estandarizados y cuentan con un manual de calidad, explica el director, esto permite que estén certificados en siete de las 18 unidades, además de 22 laboratorios en todo el estado, próximamente serán 26. La acreditación es por parte de la National Acreditation Board (ANAB), las áreas de Química, Balística, Lofoscopía, Documentos Cuestionados, Criminalística y Genética están certificados bajo las normas ISO/IEC 9000, ISO/IEC 17025:2017 e ISO/IEC 10720/2021. Algo que es alentador para el proceso de calidad que busca la FGE.

“Somos la primera entidad a nivel nacional en compartir nuestra base de datos genéticos a través del sistema CoDIS1 , es un sistema con el que próximamente podrán compartir todos los estados de la República su información genética”, agrega el maestro.

Para ser Chihuahua punta de lanza en esta tecnología, que usa actualmente el FBI (Buró Federal de Investigaciones), la capacitación y las certificaciones ISO fueron indispensables, “nos va a permitir incluso el intercambio internacional de datos para poder hacer identificaciones”.

La cooperación estadunidense incluye a la ATF (Agencia de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos) y al FBI para capacitaciones de personal en investigación, “la base datos de Balística y Genética se dieron dentro del marco legal de colaboración binacional”.

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Foto: Ruth González / Hay 22 laboratorios de la DSPF
certificados de manera internacional

La escena del crimen

Los peritos forenses no son los primeros en llegar a la escena del crimen, pero son los que resguardan y analizan lo más importante, la evidencia. “Llegamos para salvaguardar la escena, realizamos la localización y recolección de indicios para ponerlos a disposición del MP que, a su vez, lo pone en el Resguardo Temporal de Indicios que tenemos en DSPF”, este proceso que describe Sánchez Herrera implica el trabajo de los expertos de Criminalística de Campo. De ahí, “los laboratorios hacen el análisis de cada indicio, con su debida cadena de custodia, después de los exámenes necesarios se vuelven a embalar (el resguardo varía de tres meses hasta un año), después se pone a disposición de la bodega general de evidencias”.

Médicos forenses

Además del levantamiento de cuerpos en una escena del crimen, el Semefo se encarga de recibir a los fallecidos por alguna causa accidental o muerte sospechosa, esto es para indagar en lo que ocurrió.

Al ingresar se le da un número que entra a una base de datos estatal. Ese número se agrega a la carpeta de investigación, o bien, a la futura identificación.

La necropsia o autopsia se realiza bajo petición del MP, es la conclusión de una causa de muerte y la estimación de fecha y hora del deceso.

“El equipo de médicos forenses ocupa tres turnos y el fin de semana, más los ayudantes de médico. Somos alrededor de 15 a 20 personas”, dice la doctora Erika Margarita Chávez García, coordinadora de la Zona Centro. “Es un trabajo pesado, ves situaciones dolorosas, pero hay que verlo de manera profesional”.

Los cuerpos se van clasificando en planchas (refrigeradores) para salidas y entradas cortas. Los que van en congeladores son para los no reclamados, no identificados o en estado de descomposición severo.

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Fotos: Ruth González / Mtro Javier Sánchez, director de la DSPF y la coordinadora del Laboratorio de Genética, Mayra Moguel

Identificación de cuerpos

“El Semefo tiene bastante limitado el acceso a la gente, solo el personal autorizado puede entrar, ni siquiera las funerarias”, nos aclara la doctora Chávez. Las identificaciones de cuerpos se dan frente a una computadora. “La identificación debe realizarla el MP. Después de la necropsia subimos los datos y también un seriado fotográfico con los perfiles del cadáver, esos se quedan a la vista del MP, una vez que los familiares acuden a identificar el cuerpo”, explica que solo se les presentan esas imágenes a los parientes, no es necesario que acudan a las planchas.

“Somos médicos, el cuerpo nos dice mucho aún sin vida, ayudamos a resolver muchos casos, de aquí se obtienen también evidencias, se apoya en los perfiles genéticos, somos una unidad bastante importante, de aquí se deriva mucho a las otras áreas y todos trabajamos en equipo y poder ayudar a resolver los casos”.

Las huellas dactilares, dentadura, cicatrices, tatuajes, fracturas, toda la información médica o estética, puede resultar esencial para identificar a una persona. Los forenses deben embalar y resguardar todas prendas y pertenencias de un cuerpo sin identificar.

En el mejor de los casos, comenta el director de la DSPF, las huellas dactilares apoyarán en el reconocimiento. “En Lofoscopía contamos con un motor biométrico que nos permite hacer la compulsa de las huellas dactilares que obtenemos con las bases de datos de cartas de no antecedentes penales y licencias de conducir, además de la de AFIS (Automated Fingerprint Identification System), de personas que ya han sido detenidas antes por alguna autoridad”.

ADN y los genetistas

“Tenemos aproximadamente 4 mil muestras de familias, lo que equivale a 10 mil perfiles genéticos aproximadamente, en la base de datos estatal para personas desaparecidas”, informa el director de la DSPF.

Chihuahua cuenta con una base de datos que se maneja a nivel interestatal e incluso puede darse el intercambio binacional de ser necesario. “Iniciamos con una base de datos de ADN de intercambio con estados como Sonora, Durango, Tamaulipas y Sinaloa. Los cinco estados trabajamos en conjunto y tenemos una buena comunicación”, además de lo que dice Sánchez Herrera, es importante resaltar que solo hay dos Unidades de Genética en el estado, una en Juárez y otra en Chihuahua.

A la cabeza del laboratorio de Zona Centro se encuentra la química experta en Genética Mayra Moguel, quien explica que el trabajo general en la unidad comienza al obtener la extracción del ADN, posteriormente la amplificación de marcadores moleculares (que son exclusivos para identificación humana). Una vez que se obtienen estos marcadores genéticos, analizan y compulsan los perfiles obtenidos con las muestras de referencia, lo cual permite a través de un análisis estadístico ponderar la probabilidad de que ese perfil corresponda o no al origen biológico que se está cuestionando derivado de una hipótesis de investigación.

Para comprender mejor esta premisa científica, Moguel explica que “el perfil genético es una serie de características que individualizan a una persona, son tan individualizantes, que nos pueden distinguir entre hermanos”, se puede decir que es una “huella de ADN”, una que cada persona posee de manera única.

La base de datos de ADN CoDIS se actualiza constantemente y es el sistema estandarizado a nivel internacional que ha permitido que personas desaparecidas sean localizadas por sus seres queridos en el estado, el país u otras partes. Con el flujo migratorio ha sido una herramienta muy valiosa para el reconocimiento de personas. “Hemos tenido casos de identificación de ADN a nivel internacional, en donde ha sido en dos vertientes, nos han compartido los perfiles genéticos los familiares de estas personas ubicadas en otros países o nosotros hemos obtenido el perfil genético de la persona desconocida {…} para que puedan ser identificados”.

“Todos nuestros métodos son validados, certificados y acreditados. Las familias deben de tener esa certeza de que trabajamos con calidad y constantemente somos evaluados”.

No todos los cuerpos que llegan a la DSPF requieren de una prueba de ADN para su identificación, la genetista amplía la importancia de los grupos interdisciplinarios y la necesidad de que las familias se acerquen a las entrevistas Ante Mortem (AM), “la certeza radica también en la robustez estadística que nosotros reportamos en un informe pericial, nosotros reportamos probabilidades de que ese resto óseo pueda pertenecer a un grupo familiar”. En cuanto a las muestras de ADN es importante también el parentesco y cercanía biológica de las muestras, “padre, madre e hijos biológicos se consideran de primer orden, de segundo orden hermanos, y de ahí para abajo vamos perdiendo la robustez de información genética”.

“La identificación es un tema muy sensible, es incluso de prioridad nacional desde hace muchos años, en que estamos arduamente trabajando para dar respuestas a la sociedad”.

De acuerdo con la organización civil Movimiento por Nuestros Desaparecidos en México, hay más de 52 mil personas sin identificar en los servicios forenses del país.

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Foto: Ruth González / La antropóloga forense Martha Isela Ruiz Torres

No hay crimen perfecto: antropóloga forense

“La unidad de Genética es de las mejores del país”, dice la antropóloga forense de ZC Martha Ruiz Torres, quien asegura que la certificación que tienen es internacional. Pero, cuando los asesinatos implican ácidos, fuego o algunas otras condiciones severas las y los científicos que “arman el rompecabezas” son los antropólogos forenses.

“No hay crimen perfecto, suena como un cliché, pero es cierto, por más que un criminal quiera deshacerse por completo de un cuerpo siempre va a quedar evidencia, y por lo general son los huesos”. Pero para conocer “hasta el tuétano” humano se necesita de una gran experiencia en campo y contar con una certificación internacional.

“Separamos por segmentos anatómicos, por tamaños, por condiciones estructurales, edad, sexo y empezamos a diferenciar cuál puede corresponder a cada persona, ya de ahí esto migra a otras áreas”. Además, los tejidos óseos pueden determinar incluso si un cuerpo fue quemado antes o después de la muerte. Una pequeña bolsa con polvo y fragmentos óseos hacen toda la diferencia, un caso icónico puede ser el de Ayotzinapa, comenta la antropóloga.

“Tenemos como autoridad que darles apertura a los equipos independientes para la revisión de nuestro trabajo, los familiares tienen todo el derecho de pedir una réplica o una segunda opinión”.

La antropóloga conoce y ha coincidido con el Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF), “nos hemos dado cuenta, a través de los años, que tanto el equipo de argentinos como nosotros trabajamos con las mismas técnicas y métodos, trabajamos a la par, no es la misma tecnología, ellos cuentan con una de punta y el recurso es una gran diferencia, el caso de Ayotzinapa es de los más claros. Pero a la hora del trabajo, en laboratorio, en materia de antropología básicamente trabajamos con las mismas herramientas y métodos estandarizados”, para la perita el problema es la pérdida de confianza que tiene la población con las autoridades.

La antropóloga considera que la relación con la ciudadanía “va mejorando” con la profesionalización de los expertos forenses. “Ahora tenemos total apertura con las opiniones científicas externas”.

La experta ha participado en un gran número de fosas clandestinas en el estado, comenzó su trabajo en Juárez, en la fiscalía ZN. Asegura que a la hora de irse a casa hay que “quitarse el pensamiento de la muerte, y lo segundo, es el olor”, comparte, “el olor de la muerte es algo que siempre nos persigue, pero también ese aroma es lo primero que ayuda a encontrar una fosa, un cuerpo”. Esta doble sensibilidad en el olfato los convierte en “sabuesos”, pero también en arqueólogos de la muerte.

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Cortesía | DSPF / FGE

La madre que encontró a su hijo

“Todas las fosas clandestinas son difíciles, el nivel emocional y laboral es alto”, dice la especialista en estructuras óseas, pero de todas sus experiencias, la que recuerda de manera emotiva es la de una mujer trabajadora de maquiladora que buscó a su hijo hasta encontrarlo en la zona de Samalayuca.

“Fue una noche muy fría, por febrero 2020, me llamaron para acudir al hallazgo”, la madre del desaparecido pidió a los agentes esperar hasta la llegada de la antropóloga forense. Ella no se iría del lugar hasta que la forense le confirmara que era su hijo. Una mano semienterrada y un rosario verde eran para la madre el fin de una búsqueda perenne.

“Ella iba en el transporte de la maquiladora, como a las 6:00 a.m., su hijo le envió un mensaje para saber si ya mero llegaba. Ese día, cuando regresó a casa, su hijo ya no estaba, su celular estaba ahí. Pensó que había salido, pero pasaron las horas y no regresaba. Testigos aseguraron que alguien llegó por él. Los días se convirtieron en meses. La madre, su hermana y una amiga hacían rastreos por la zona de Samalayuca. Todas las tardes la rutina era la misma, se juntaban y salían a buscarlo. Los meses se convirtieron en años, hasta que un día encontraron algo en el suelo, comenzaron a excavar y es cuando encuentran el rosario verde de plástico del joven”, narra la antropóloga. “En ese momento pidieron el apoyo de la Policía Municipal, los primeros respondientes que solicitaron el apoyo de la Fiscalía. Para la madre lo más importante es que no tocarán la fosa hasta que no llegara la antropóloga”.

Hacía mucho frío, recuerda Martha, recibió la llamada a las 6:00 de la tarde y llegó como a las 9:00 de la noche, venía de la ciudad de Chihuahua. “Lo que me impactó mucho de ese hallazgo es que la señora siempre estuvo ahí con el viento y el frío, al margen del listón amarillo, escuchaba su llanto mientras excavaba. Cuando sacamos el cuerpo y alcanzó a ver los tenis los reconoció…” Los gritos, el llanto, la mano, el rosario verde, los tenis, los años de búsqueda de esa madre, inspiran a la antropóloga cada día a hacer mejor su trabajo. Esa madre nunca se rindió.

“El joven medía 1.95 mts. de estatura, tenía una fractura previa en el fémur, arreglos dentales, los datos de mi análisis más los de genética nos dio el perfil”.

“He ido a la granja de cadáveres en Tennessee a un curso de excavación de fosas clandestinas {…} la especialización sí la da la escuela, pero también la va adquiriendo uno con la práctica”.

‘Huesos sí nos hablan’

Las fosas clandestinas seguirán, de eso está segura, pero por más complejo que sea el caso, como en el Tiro de Mina (que inició en 2018), en Aquiles Serdán, el armar los esqueletos y humanizar a miles de fragmentos óseos encontrados a 250 metros de profundidad, es parte del trabajo.

Ese caso la comenzó absorber en Chihuahua, lo que termina en un cambio de adscripción, su colega, el antropólogo forense Marco Morales, tomó la Zona Norte en 2020.

Hay pocos antropólogos forenses en el estado, Martha, Marco y Alma Lilia, de la Comisión Estatal de Búsqueda, también un perito técnico. “Tratamos de estar homogenizados en cuanto a procesos y capacitaciones”. En algunas ocasiones deben trabajar juntos.

En los primeros hallazgos en Aquiles Serdán, 12 personas fueron identificadas (9 hombres y 3 mujeres), entre ellos un padre y su hija. Las tareas continúan, pero se espera este año cerrar con el operativo en el lugar. “En cualquier crimen: los huesos sí nos hablan”.

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Foto: Ruth González / Unidad de Odontología Forense ZC

Expertos hasta los dientes

Una pequeña unidad sale al rescate del equipo forense al momento de identificar a las personas, y es que, además de los huesos, hay otro rastro humano muy difícil de intentar desaparecer, la dentadura.

Para los dentistas forenses la información de los familiares del desaparecido es muy importante, robustece la información pericial que se debe comprobar bajo el método científico. “Los dientes contienen material genético, a pesar de que pase mucho tiempo, si no se puede obtener material genético de un hueso, el diente lo conserva muy bien, porque es un material interno”, comenta la doctora Paola Manzanares de Odontología Forense.

“La gran importancia que tenemos en esta unidad es que podemos acortar tiempos y dar resultados {…} para las familias es difícil comprender un análisis genético, de ADN”, pero explicarles con una radiografía dental, cómo coindice una identidad, les crea confianza.

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Foto: Ruth González | Unidad de Balística DSPF ZC

Disparos, casquillos y tecnología

Los proyectiles de arma de fuego, siempre van a dejar evidencia. “El personal de Criminalística recoge los casquillos en el lugar de un crimen, estos son trasladados aquí, al laboratorio de Balística bajo la petición del MP”, comparte Irma García Vega, coordinadora de la Unidad en ZC.

Aquí la tecnología, de nuevo, hace que el trabajo certificado dé resultados. El equipo se ha venido forjando con ingenieros en Sistemas Computacionales y abogados especializados en Balística desde el 2011. El software IBIS y una serie de microscopios especializados permiten hacer análisis muy precisos sobre el tipo de marca que deja un arma de fuego. “Analizamos los casquillos en un microscopio de comparación, revisamos sus características generales e individuales con la finalidad de establecer las posibles armas que dispararon” y con la base de datos, se localizan a los grupos delictivos que participan en hechos violentos por el tipo de armas.

En busca de resultados

“Somos un área científica, pero además somos imparciales en nuestros resultados y eso es muy importante que la gente lo sepa, que los ciudadanos confíen en que la autoridad está haciendo el trabajo que le corresponde”, comenta el director de la DSPF.

Entre los proyectos de la FGE para enfrentar la falta de infraestructura en el resguardo de cuerpos está el de “los panteones forenses”, que contaría con sus propios terrenos para inhumaciones y un crecimiento importante en el Semefo, las planchas y congeladores de resguardo de cuerpos y restos humanos, el proyecto se tiene aún bajo reserva.

Por el momento, el equipo de científicos forenses no descansa, mientras los homicidios incrementan.

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