Equidad y justicia, los objetivos de Myriam Hernández
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A lo largo de casi dos siglos, la justicia en Chihuahua no tuvo el rostro de una mujer como la mítica figura de la Dama de la Justicia, inspirada en la Diosa griega Themis, que representaba la justicia e irónicamente también la equidad.

Sin embargo, la historia reciente parece haber dado un vuelco total para “dejar atrás esa inercia de que solo varones presidieran el máximo estrado del Poder Judicial estatal”, así reflexiona la recién nombrada magistrada presidenta del Tribunal Superior de Justicia (TSJ), Myriam Victoria Hernández Acosta, quien rindió protesta para el cargo el 12 de noviembre de 2021 hasta el 2023.

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Su llegada a la presidencia del TSJ se suma al arribo de otras dos mujeres que presiden actualmente los Poderes: el Ejecutivo con Maru Campos y el Legislativo con Georgina Bujanda, por primera vez en la historia de la democracia estatal.

“Chihuahua ha sido una marca y un precedente. Nos toca la gran responsabilidad de representar a los tres poderes, entre mujeres, con ganas de trabajar, echadas para adelante en perfecta armonía, en perfecta coordinación con el interés de sacarlos adelante, y yo creo que eso va a ser muy importante: la posibilidad de vernos trabajar y de trabajar bien y de crecer y de servir a todos los chihuahuenses”, explica la funcionaria a Revista Net.

Mujer con trayectoria

La magistrada presidenta es una joven abogada de 46 años, egresada de la Facultad de Derecho de la Universidad Autónoma de Chihuahua (UACh). Originaria de Hidalgo del Parral, lleva 24 años de carrera judicial y recuerda que, más que por ser mujer dentro del sistema, vivió algún tipo de discriminación por llegar muy joven a asumir el cargo de jueza provisional y después como jueza definitiva en el Distrito Judicial de Camargo en 2006.

“A veces el personal cree que no sabes nada, que no tienes experiencia y que no les puedes dar una orden, o que no puedes dictar una resolución… Más que por ser mujer, entiendo que hay mucha problemática, porque llegamos muy jóvenes a estos cargos. A mí no me pasó por ser mujer, afortunadamente nunca he tenido un problema o un obstáculo. Actualmente, del pleno, somos de los magistrados más jóvenes…”, subraya Hernández.
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Algo similar ocurrió cuando en 2014 asumió el cargo de magistrada de la Tercera Sala Civil, sin embargo, la joven jurista se mantuvo firme en su propósito de servir a la población con una verdadera vocación. “Tú sabes lo que tienes que hacer en lo que te toca, como abogada o desde cualquier otra profesión”, explica la magistrada.

Desde entonces a la fecha, le ha tocado vivir de cerca la transformación de una institución fuerte que, no obstante, las situaciones polémicas por cuestionamientos políticos en los que se ha visto envuelto el Tribunal Superior de Justicia, goza de un prestigio construido por el trabajo de decenas de funcionarios y funcionarias que han puesto corazón y mente al servicio de la justicia, a lo largo de 196 años de existencia de la institución.

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Al preguntarle sobre cómo se ha transformado su vida a partir de que asumió el cargo de magistrada presidenta, Myriam Hernández admite que: “es un cargo importante, es un cambio de actividades totalmente diferentes. Yo me he venido desempeñando en todo este tiempo en la actividad jurisdiccional, que es un poco diferente a lo que representa ser la titular del Poder Judicial. Hay aspectos políticos que cuidar, una agenda que atender de eventos a los que no estaba acostumbrada… No puede decirse que alguien esté suficientemente preparado, sino hasta el momento que te toca enfrentar las circunstancias”.

Simultáneamente, con los cambios en su vida pública, la vida familiar y personal de esta mujer, que ha hecho historia en un cargo de gran responsabilidad en el estado, también se ha visto impactada.

“Hay que buscar un equilibrio entre la vida personal y profesional. Afortunadamente, cuento con todo el apoyo de mi familia, que han entendido cuál es la importancia de asumir este encargo. Saben que no podemos quedarle mal a gente, que debemos cumplir con lo que se espera de nosotros: devolver la esperanza, la credibilidad a una institución que ha sido duramente cuestionada en los años recientes”, destaca la funcionaria.

Abrir brechas

Aunque el arribo de más mujeres a los cargos públicos representa un gran avance de la participación femenina en las posiciones de mayor decisión, esto no significa que también esté garantizada la transversalización de la perspectiva de género en las instituciones y políticas públicas.

Sobre este tema en particular, la magistrada presidenta explica que se ha trabajado constantemente en la formación de quienes integran el Poder Judicial, para juzgar con perspectiva de género: “hemos trabajado y lo vamos a seguir haciendo, en las capacitaciones y sensibilización de juzgadores y juzgadoras sobre los derechos de todas las personas, sobre temas de inclusión, sobre dónde están las desigualdades”.

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Subraya que su llegada a la titularidad del Poder Judicial, también es una gran oportunidad para otras mujeres, ya que se ha marcado una pauta para abrir brechas para las nuevas generaciones: “creo que este hecho genera esperanza, convicción por todas las compañeras que tenemos años trabajando en la institución, para que otras mujeres puedan acceder a este privilegio de llegar a la presidencia del Tribunal”.

La abogada, quien nos recibió en su oficina en el edificio del llamado Centro de Justicia o “Ciudad Judicial” de la ciudad de Chihuahua, parece meditar por unos segundos sus palabras antes de pronunciarlas para la entrevista. Sabe que estar en una posición como la suya, en medio de cambios importantes dentro del orden político, no resulta sencillo.

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Las miradas están puestas sobre ella, ante la coyuntura que le ha tocado atender. Se le ha preguntado en otras entrevistas cuál será el rumbo del Poder Judicial durante su gestión, a lo que refiere enfatizando en su postura de “buscar equilibrio”, ya que, explica, no tiene interés más que en desarrollar una estrategia que devuelva a la institución el prestigio que le corresponde.

Reconoce que si ha perdido credibilidad el Poder Judicial es porque: “durante todo este tránsito se han vivido muchos sobresaltos, con una intromisión brutal de los otros poderes, por intereses ajenos a la institución”. Esto significa, dice, que la prioridad será trabajar primero en el interior para reconstruir los equipos de trabajo y luego fortalecer la imagen hacia el exterior, para devolverles confianza a las personas en la institución que imparte, que administra la justicia en el estado de Chihuahua.

Hacia la renovación

A partir de su nombramiento, la agenda de la magistrada presidenta no ha dejado de ajustarse para emprender un recorrido por cada una de las sedes del Poder Judicial en el estado. Ha visitado casi todas las oficinas de los diferentes distritos judiciales para dejar claro que su prioridad es trabajar en coordinación con todo el personal que labora en la institución.

En el transcurso de los días, tras su llegada al cargo, también ha podido reunirse con autoridades de los diferentes órdenes de gobierno, entre ellas, con la gobernadora Maru Campos, con quien ha intercambiado opiniones sobre la implementación de la próxima reforma laboral y el proyecto de digitalización de expedientes para el funcionamiento entre la Fiscalía y el Tribunal Superior de Justicia.

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La titular del máximo tribunal de justicia destaca además que insistirá en fortalecer ejercicios como los conversatorios, que han ayudado porque “nos permiten asignar criterios, tanto con la Fiscalía, como con otros entes de gobierno, porque nuestra actividad está íntimamente ligada a la consecución de un buen asunto y queremos que la ciudadanía vea que estamos trabajando realmente, buscando los medios, los mecanismos para que se sienta atendida y para resolver los asuntos que vienen”.

“Tenemos una excelente relación con el Poder Judicial Federal y con otras instituciones. Hemos tenido pláticas muy favorables en busca de generar varios convenios de participación”, afirma la abogada.

Otro de los temas que a la magistrada presidenta le interesan es el relacionado con el manejo de los casos que se judicializan y que captan gran atención de la opinión pública.

“El Poder Judicial imparte justicia y no está para cobrar venganzas o para atender intereses personales… no podemos seguir permitiendo que nos contaminen más las herencias tóxicas”, ha dicho Hernández Acosta desde que rindió protesta.
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Casi para finalizar la entrevista, le preguntamos a la magistrada qué haría si tuviera una “varita mágica” para cambiar las cosas en el Tribunal Superior de Justicia. La jurista, no dudó en responder con claridad:

“Creo que desaparecería algunos años hacia atrás que representan algunos escenarios tormentosos, muy obscuros, en los que ha estado la impartición de Justicia. Incluso desaparecería los tiempos de participación de muchos personajes siniestros del exterior y del interior que vinieron a contaminar y afectaron al Tribunal. Si tuviera una varita mágica, cubriría con una gran esfera todas las facultades del Poder Judicial y generaría una burbuja inmensa para proteger la soberanía y la autonomía de la institución”.
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