Chihuahua.- Con la llegada de temperaturas superiores a los 39 grados centígrados a la capital del estado (como históricamente sucede cada verano), esta vez se suma un problema doble: la baja presión en el suministro de agua potable en los hogares y la prolongada sequía que afecta a casi todo el estado, con casi tres años sin precipitaciones importantes.

Ciudadanos cuestionan el actuar de las autoridades, particularmente de la Junta Municipal de Agua y Saneamiento (JMAS), ya que mientras colonias enteras carecen del servicio, en otras el agua se desperdicia a través de fugas no atendidas.

En la colonia Popular, al oriente de la ciudad, vecinos reportaron una mega fuga desde el pasado domingo, sin que personal de la JMAS haya acudido siquiera a revisarla. Los habitantes aseguran que hicieron el reporte en cuanto detectaron el derrame. Aunque les respondieron la llamada y se comprometieron a verificar el problema, hasta el momento no ha habido una sola visita ni reparación. A pesar de que en esa zona no ha faltado el servicio, los vecinos subrayan la urgencia de cuidar el agua.

A unas cuadras, en la colonia Arquitectos, se vive una situación similar. El viernes pasado fue reportada otra fuga, pero no ha sido atendida. La falta de respuesta genera frustración entre los vecinos, especialmente ante la necesidad de preservar el vital líquido. “Y eso que aún no llega la canícula, joven. Deje que nos llegue y ahí va a ser más fuerte el calor”, dijo una vecina de la zona.

Mientras tanto, en el sur de la capital, la situación es aún más crítica. Allí, muchas familias se ven obligadas a comprar pipas de agua debido a la baja presión del servicio, que desde el viernes pasado ha sido insuficiente para llenar depósitos.

Vecinos de las colonias Mármol I, II y III han presentado decenas de denuncias, pero las respuestas han sido promesas incumplidas: que “ya llegará el agua” o que “en breve mandarán pipas”, pero han pasado más de 15 días sin solución. En ese tiempo, una sola persona ha gastado más de dos mil pesos en pipas para cubrir necesidades básicas como el consumo, el baño, el lavado de trastes y la limpieza del hogar.

Los afectados hacen un llamado urgente a las autoridades para atender tanto las fugas como el desabasto, ya que la falta de higiene derivada de la escasez de agua puede convertir los hogares en focos de infección y derivar en problemas de salud pública.

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