El agente Andrés Chávez
En cada retrato del altar de los agentes de Servicios Periciales y Forenses, hay una historia de deber, amor y familia

Fotografía: Ruth González / Gráfico: Náyade Cruz | Foto: Net Noticias
Chihuahua.— Andrés salió a trabajar, se despidió de su hermana, ella le dijo —¡Cuídate Bebé!— y le respondió —Ya sabes carnala, siempre—. Se subió a una unidad de la Fiscalía y no volvieron a verlo.
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En un altar, en la recepción de la Dirección de Servicios Periciales y Ciencias Forenses, más de 40 historias diferentes narran la vida y muerte, de valiosas personas y servidores públicos que han perdido la vida en los últimos años, en cumplimiento de su deber, accidentes o por enfermedad.
Andrés Chávez Díaz tenía 26 años, era el menor de tres hermanos y el único varón de la señora María del Refugio, ella llora en lo que contempla el rostro de su hijo, iluminado por unas velas, rodeado por flores que sus compañeros le han brindado en su memoria. Uno de sus sobrinos está frente al altar con una tableta, reconoce quien era su tío y acompaña a su abuela.
“Tengo todos sus uniformes, a veces abro la maleta que se había llevado ese día, todo está limpio y perfectamente bien doblado”. Bajo el retrato, 06 de noviembre de 1995 - 24 de abril de 2022. A su lado, la foto de un compañero tiene la misma fecha de deceso, ambos estuvieron en la misma unidad que volcó en la carretera saliendo de Casas Grandes rumbo a Juárez.
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“Estuve muy deprimida, hoy me acabo de levantar, no me he querido levantar, he preferido dormir para no pensar”, María del Refugio recuerda que ya pasó el primer año en abril, “no deja de dolerme, soy humana, el saber que ese ser que llevaste en tu vientre, que lo cuidaste desde pequeño ya no está contigo, ya no te va a abrazar…”.
Foto: Andrés Chávez Díaz tenía 26 años, era el menor de tres hermanos y el único varón de la señora María del Refugio, ella llora en lo que contempla el rostro de su hijo, iluminado por unas velas, rodeado por flores que sus compañeros le han brindado en su memoria.
Un tigre, el presagio
Días antes, el sábado 16 de abril 2022, el primer comandante de la Agencia Estatal de Investigación (AEI), Alejandro Domínguez, su escolta, el agente Gil Manuel Malo Solano y el agente federal migratorio, Lorenzo Gabriel Pico Escobar fueron asesinados en la carretera Janos-Ascención, por Casas Grandes, ante esto estos hechos un contingente de agentes estatales fueron llamados a la zona. En ese convoy de investigadores viajaban Raúl Santiago Perera y Andrés.
El contacto del agente con su madre era ocasional, andaba muy ocupado, pero una semana antes del accidente le platicó que en el hotel donde se hospedaba había encontrado un tigre en su habitación. “El video no sé donde quedó… el animal caminó hacia a él, pero pudo cerrar la puerta muy rápido, no sé cómo se deshicieron del animal”. Me dijo al principio que nadie le creía, —oigan en mi cuarto hay un tigre—, les dijo a sus compañeros, pero lo tomaron a broma hasta que fueron a verlo. “Ya no alcanzó a contarme más detalles porque ya no lo volví a ver”.
“Lo esperaba el viernes, no llega, pero no me dicen que va a llegar el domingo, le dijo a su novia”.
Los valores
“La mejor educación que le pude haber dado fueron los valores, basados en una vida cristiana”. Como madre soltera la señora Refugio está orgullosa de haber apoyado también con la formación académica de su hijo. “Estoy muy orgullosa de él porque era el que me cuidaba, pasé por muchas cosas y él siempre estuvo al pendiente de mi”.
“El trabajaba para costear sus cosas, siempre trabajó, fue ayudante de herrero, fue pintor, cocinero, mesero… en las tardes él iba a la escuela con mucho entusiasmo porque era lo que a él le apasionaba”. Andrés estudió Criminalística en la Universidad de Durango, ahí un profesor lo invitó a trabajar e integrarse a la Academia. “Le dije que era algo muy peligroso… pero finalmente lo inscribí y le pagaba sus mensualidades”. Consiguió una plaza en la Fiscalía, en la ciudad de Chihuahua.
“Salía lo mejor que podía, sus zapatos bien boleados, bien peinado, muy bien planchado, era muy disciplinado, salía con una sonrisa de la casa y aunque regresará cansado él estaba muy orgulloso de lo que hacía”.
“En alguna ocasión, a una compañera de él, le dejaron una corona en el barandal de su casa con un mensaje, no me dijo qué decía. Le pedía mucho que se cuidará que volteará para todos lados al llegar a la casa”.
El domingo
Después de dos semanas en Casas Grandes, ya iba a regresar, después del susto del tigre, no hubo otras amenazas de las cuales se diera cuenta María del Refugio. El comandante decide la ruta por Ciudad Juárez, él iba a manejar, pero una compañera toma el volante.
“Venían unas seis trocas y se accidenta una, se voltea del lado de donde venía mi hijo, su amigo Raúl fallece ahí mismo, mi hijo sobrevive y se lo llevan al hospital, una de las agentes que es también enfermera y se va con él en la ambulancia. Le iba hablando, —no te duermas, despierta, no te duermas—. Al llegar a la clínica de Villa Ahumada, él tiene un derrame cerebral y ahí es donde fallece”.
La madre se queda pensando, “algo que desfavorece a los agentes es que no se ponen el cinturón, no se lo ponen por emergencia para salir rápido corriendo y apresar a alguien o agacharse en caso de que les disparen…”
“Fue un muchacho muy noble, era el primero en decir yo voy o yo le ayudo”, me dijo el comandante.
La despedida
“Escuché que llegó una camioneta, escuché el ruido del barandal. Salí y vi a mi hija mayor que estaba llorando… creí que había discutido con su esposo… —¡¿Andrés?! No, no me digas eso—”.
“En el funeral había mucha gente, eran filas y filas de gente para darme el pésame”. Los despidieron recordando su actuación ejemplar, un expediente limpio, fueron parte de las palabras del entonces el fiscal General, Roberto Fierro. En 2022, 26 agentes de la Fiscalía fallecieron en diferentes hechos, siete en accidentes, entre ellos Andrés y Raúl.
“Era muy pulcro, se levantaba temprano para ir al gimnasio, se bañaba y se alistaba. Cuando nos reuníamos se daba tiempo para orar con nosotras”. Sus hermanas y su madre le decían “Bebé”, fue muy querido y amado por toda su familia.
Foto: Días antes, el sábado 16 de abril 2022, el primer comandante de la Agencia Estatal de Investigación (AEI), Alejandro Domínguez, su escolta, el agente Gil Manuel Malo Solano y el agente federal migratorio, Lorenzo Gabriel Pico Escobar fueron asesinados en la carretera Janos-Ascención.
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