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Chihuahua: sequías, presas y tratados

Los conflictos del agua deberán solventarse bajo el marco jurídico, opinan expertos; se conmemoran 3 años de la muerte de Yessica Silva


Ruth González

Ruth González

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Fotografía: Cortesía / Gráfico: Náyade Cruz  Net Noticias

Fotografía: Cortesía / Gráfico: Náyade Cruz | Foto: Net Noticias

Ciudad Juárez.- El estado de Chihuahua enfrenta otro año seco, hasta el 15 de agosto el 89.6% de los municipios estaban entre los rangos de sequía moderada a extrema, de acuerdo con el Monitor de Sequía Nacional.

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En México las áreas con sequía de moderada a severa se incrementaron un 6.43% en agosto con respecto a julio pasado, quedando en 55.78%. Aunque se observaron algunas lluvias debidas a diversos fenómenos meteorológicos, la circulación anticiclónica sobre el noroeste, norte y noreste mantuvo un ambiente cálido, refiere este informe de la Comisión Nacional del Agua (Conagua) y el Servicio Meteorológico Nacional (SMN).

Como antecedente más cercano de estrés hídrico nacional, en 2011 se registró la sequía más severa en el norte y centro del país, afectó a mil 213 municipios de 19 entidades federativas [1]. En Chihuahua el mapa quedó establecido solo por rangos sequía excepcional y sequía extrema, fue devastadora para la agricultura y ganadería. Además, fue la más grave en un rango de 70 años atrás, tanto así, que incidió 60 por ciento del país.

Debido a este contexto hidrográfico, el uso histórico del agua en el estado, el país y la relación binacional tienen un protagonismo importante. En los peores escenarios, cuando se polarizan las políticas públicas sobre el tema y se acrecienta la sequía, el desenlace puede ocasionar un resultado bastante sombrío, como los enfrentamientos que costaron la vida a Yessica Estrella Silva Zamarripa el 8 de septiembre de 2020 en la presa La Boquilla, en el municipio de San Francisco de Conchos.

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En este complejo contexto no hay que olvidar la normatividad jurídica, las condiciones climatológicas y los tratados binacionales.

El pulso de las presas

Chihuahua cuenta con 10 presas, siete de las cuales son reconocidas como presas de uso agrícola, este año ninguna ha llegado aún a su máxima capacidad. La presa Las Lajas en Buenaventura reporta el 29% de su capacidad; El Tintero en Buenaventura 18%; Abraham González o Guadalupe en el municipio de Guadalupe 39%; presa Chihuahua  61%; El Granero o Luis L. León en Aldama 73%; Las Vírgenes o Francisco I. Madero en el municipio de Rosales 44%; La Boquilla o Lago Toronto en San Francisco de Conchos 45%; Pico de Águila en el municipio de Coronado 44% y Piedras Azules, ubicada en Allende, 72%.

Ante este panorama, se estima que el ciclo agrícola 2024 se verá afectado si no hay mayores precipitaciones, dijo en conferencia [2] Salvador Alcántar Ortega, diputado federal y presidente de la Asociación de Usuarios de Riego del Estado de Chihuahua (Aurech).

El también secretario de la Comisión de Recursos Hidráulicos, Agua Potable y Saneamiento de la Cámara de Diputados explicó que junto con la baja precipitación, las altas temperaturas, que han tenido sus mayores picos en junio y julio, podrían limitar al próximo ciclo agrícola. En el estado de Chihuahua suman 15 ciclos restringidos y 15 completos.

El Monitor de sequía

“La sequía se define como un fenómeno meteorológico que ocurre cuando la precipitación o el escurrimiento natural en un período es menor que su valor normal, y cuando esta deficiencia es prolongada para dañar las actividades humanas” [3]. Históricamente se estima que al menos la cuarta parte de México experimenta permanentemente algún grado de sequía, incluso desde tiempos prehispánicos [4].

El Monitor de Sequía consiste en una herramienta que identifica de manera espacial a escala nacional, las condiciones de déficit hídrico en el ciclo hidrológico. A nivel y cada 15 días se pueden ver los indicadores de sequía definidos en cinco rangos desde Anormalmente Seco (D0) hasta Sequía Excepcional (D4).

Como se puede apreciar en el gráfico, hasta el reporte del 15 de agosto, el estado de Chihuahua tenía entre sus indicadores a 60 de sus 67 municipios en sequía, predominando la sequía moderada y severa.

Foto: Monitor de Sequía, herramienta que identifica de manera espacial a escala nacional, las condiciones de déficit hídrico en el ciclo hidrológico. 

Agua y tratados

El agua de México también depende de una relación binacional sólida, desde 1848 el país firmó con Estados Unidos de América el Tratado de Paz, Amistad y Límites mejor conocido como el Tratado Guadalupe Hidalgo, en este se definieron las condiciones de rendición de México después de la invasión estadunidense. De este tratado se han ido ramificando acuerdos binacionales vitales para convivencia diplomática entre ambos países, el tema del agua es uno de ellos.

Desde hace 134 años los dos países han encomendado a la Comisión Internacional de Límites y Aguas (CILA) la vigilancia y aplicación de los tratados y convenciones sobre límites y aguas, también regular controversias.

Entre México y EUA hay 3 mil 175 kilómetros de frontera, de este tramo 2 mil 053 km son ocupados por el río Bravo como límite internacional y el resto son cruzados por la línea divisoria terrestre al oeste de Ciudad Juárez, excluyendo un segmento de 38 km en donde el río Colorado sirve como frontera.

El primer acuerdo fronterizo binacional sobre el manejo del agua se da en 1906, el Tratado de Agua para el Valle de Juárez (Ciudad Juárez a Fort Quitman, Texas), donde se asignó a México un volumen anual de 74 Millones de metros cúbicos (Mm3) del río Bravo.

Posteriormente, el 3 de febrero de 1944, signan el Tratado de Aguas Internacionales (el 29 de septiembre de 1945), en donde se establece que el país asigna agua a EUA del río Bravo, y EUA asigna agua a México del río Colorado. El acuerdo especifica que: “la contabilidad en la entrega de agua a los EUA se lleva por ciclos de cinco años consecutivos y, en caso de sequía extraordinaria, los faltantes que hubiere se reponen en el ciclo siguiente. El tratado también menciona que, cuando la capacidad asignada a EUA en las presas internacionales se llena con agua de su propiedad, en ese momento termina el ciclo y todos los faltantes se consideran totalmente cancelados”.

Foto: Entre México y EUA hay 3 mil 175 kilómetros de frontera, de este tramo 2 mil 053 km son ocupados por el río Bravo como límite internacional.

Bajo esa premisa

Es 1997 el referente histórico de una controversia binacional por los “faltantes de agua” referidos en el tratado. Durante el ciclo 26, México sumó mil 775 Mm3 de adeudo, lo que ocasionó negociaciones intensas entre ambos países. El país argumentó “que padecía sequía extraordinaria en la cuenca del río Bravo y que por dicha razón no podía cumplir con el tratado; en cambio Estados Unidos acusaba a México de hacer un manejo doloso en la operación de sus presas, reteniendo el agua en las mismas” [5].

Finalmente, los presidentes Fox y Bush firman el Acta 307 de la CILA el 16 de marzo de 2001, en que se recomienda un trabajo conjunto para identificar medidas de cooperación en materia de manejo de sequías.

El Tratado de 1944 estipula que la distribución de aguas del río Bravo a Estados Unidos será: “Una tercera parte del agua que llegue a la corriente principal del Río Bravo (Grande) procedente de los ríos Conchos, San Diego, San Rodrigo, Escondido, Salado y Arroyo de Las Vacas; tercera parte que no será menor en conjunto, en promedio y en ciclos de cinco años consecutivos, de 431 millones 721 mil metros cúbicos (350 mil acres pies) anuales. Los Estados Unidos no adquirirán ningún derecho por el uso de las aguas de los afluentes mencionados en este inciso en exceso de los citados 431 millones 721 mil metros cúbicos (350 mil acres pies), salvo el derecho a usar de la tercera parte del escurrimiento que llegue al río Bravo (Grande) de dichos afluentes, aunque ella exceda del volumen aludido”.

Conflictos y ‘guerra’

El antecedente más reciente que se tiene de estas controversias que involucran periodos de sequía y polarización social y política es el caso de la toma de la Boquilla, mediáticamente conocida como “La Guerra del Agua”.

En diciembre de 2019 inició un conflicto por el uso del agua de las presas chihuahuenses que culminó con la toma de La Boquilla por parte de agricultores, el 8 de octubre de 2020.

Las manifestaciones empezaron en la presa El Granero, en Aldama, luego se expandieron a la presa Francisco I. Madero, conocida como Las Vírgenes y finalmente desembocaron en La Boquilla.

Durante estos enfrentamientos, el 8 de septiembre, Yessica Estrella Silva Zamarripa, de 36 años, madre de 3 hijos, perdió la vida en manos de elementos de la Guardia Nacional. Iba con su esposo de regreso a casa (en Meoqui) cuando recibió impactos de bala por parte de los elementos. Los imputados por los hechos fueron el teniente de infantería José Luis F., el sargento segundo Bernabé L., el cabo conductor Omar A., el cabo Rubén L., la soldado Jaqueline R. y la soldado Nayeli S; hasta el momento no se ha dado a conocer ninguna sentencia.

Finalmente, las dos partes llegaron a un acuerdo, en octubre de 2021 se devolvió la presa a las autoridades de Conagua.

Foto: En diciembre de 2019 inició un conflicto por el uso del agua de las presas chihuahuenses que culminó con la toma de La Boquilla por parte de agricultores, el 8 de octubre de 2020.

Este 2023, la tensión por el uso de agua en las presas chihuahuenses continúa, ahora es el estado de Tamaulipas el que exige agua. De acuerdo con lo que señala Alcántar Ortega, detrás de esto y el caso previo de La Boquilla se encuentra Américo Villareal, quien ahora es el gobernador de Tamaulipas y cuando se suscitó aquel conflicto era senador.

En Tamaulipas el agua superficial concesionada es de 3 mil 340 Mm3 para la agricultura y 521 Mm3 para la industria y uso general. En Chihuahua es la mitad, es decir,  mil 996 Mm3, de los cuales mil 944 Mm3 son para la agricultura, según información de Mario Mata, titular de la Junta Central de Agua y Saneamiento (JCAS). “Por qué vamos a dar la poquita agua que tenemos, Tamaulipas consume el doble”.


En Tamaulipas el agua superficial concesionada es de 3 mil 340 Mm3 para la agricultura y 521 Mm3 para la industria y uso general. En Chihuahua es la mitad, es decir,  mil 996 Mm3, de los cuales mil 944 Mm3 son para la agricultura. 


Tamaulipas cuenta con una superficie agrícola sembrada de 280 mil hectáreas, en Chihuahua se ha reducido a solo 86 mil, debido a las sequías se han limitado los cultivos. Por ahora, Chihuahua busca la asignación de 300 Mm3 de aguas nacionales. Tamaulipas pretende un trasvase desde las presas de Chihuahua “y es algo ilegal y nada viable”, mencionó Mata, porque el Instituto Mexicano de Tecnología del Agua establece que con el trasvase se perdería el 83% del agua.

Para el diputado federal Alcántar “Tamaulipas ha interpuesto alrededor de nueve amparos y dos controversias constitucionales, ningún fallo a favor, lo que significa que no tiene la razón”.


[1] DOF 25/01/2012

[2] Conferencia del 22 de Agosto

[3] Mayet E., Sancho J. y Pérez D. Las sequías en México: historia, características y efectos. Comercio Exterior, vol. 30, núm. 7, México, julio de 1980, pp. 747-757

[4] Domínguez Judith. Revisión histórica de las sequías en México: de la explicación divina a la incorporación de la ciencia SciElo (2016).

[5] Tratado sobre aguas internacionales entre México y Estados Unidos: Definición y clasificación de sequía. Conagua (2011)

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