Catedral Metropolitana, una joya del norte
Foto: Net Noticias

Texto: Fernando de la Fuente Imágenes: Simón Estrada

La Catedral Metropolitana es considerada el templo más importante del estado de Chihuahua, además es la sede de la Arquidiócesis y la obra arquitectónica de estilo barroco más destacada del norte del país.

El templo es signo de unidad de la Iglesia católica en Chihuahua, donde miles de personas han dejado sus peticiones, deseos y agradecimientos. Ahí se conjugan la santificación de las personas, el culto y la gloria de Dios para los creyentes. Es evidente su valor para los religiosos, pero también para el resto de la comunidad por su historia.

La construcción de la Catedral inició en 1721 cuando el obispo de Durango, Benito Crespo y de Monroy, colocó la primera piedra, en ese entonces Chihuahua pertenecía a la diócesis de aquel estado. Originalmente el templo parroquial de la Villa de Chihuahua estuvo dedicado a San Francisco de Asís y a Nuestra Señora de la Regla.

Crespo y de Monroy al ver que las obras de la catedral avanzaban lentamente, decidió informar a las autoridades de comercio y minería para que, en consecuencia, se llevara a cabo una contribución voluntaria de comerciantes y mercaderes acelerando la construcción del recinto.

Las obras fueron dirigidas hasta el año de 1734 por el maestro de construcción José de la Cruz, quien fue también el encargado del diseño de los planos. En 1727, se le encargó una iglesia más amplia que pudiera eventualmente servir de catedral, ya estaban construidos los basamentos de los cuatro arcos torales y fijados los límites de los cruceros y del presbiterio según el plano original.

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Luego del fallecimiento de José de la Cruz, las obras continuaron a cargo de diferentes constructores, pero debido a varios contratiempos, no fue terminada hasta el año de 1826, 54 años después, por Ignacio Morín y Juan Pagaza y Nicolás. Las torres fueron levantadas por Bernardo del Carpio y sus campanas izadas y colocadas en su lugar por Melchor Guaspe, destacado personaje de la época colonial.

El templo se elevó el 23 de junio de 1891, cuando el papa León XIII erigió la Diócesis de Chihuahua con el documento Illud in Primis, un reordenamiento del mapa eclesiástico en México, así el territorio quedó separado de la Diócesis de Durango.

La Catedral pasó a ser metropolitana cuando la Diócesis fue elevada a la categoría de Arquidiócesis por el papa Juan XXIII el 22 de noviembre de 1958 con el documento Supremi Muneris. Las diócesis de Sonora (Hermosillo) y de Ciudad Juárez fueron asignadas como dependientes de la de Chihuahua a cargo del arzobispo Antonio Guízar y Valencia.

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La huella del barroco

La arquitectura de la Catedral de Chihuahua es de estilo barroco, cuenta con tres naves: la principal y dos laterales, así como con dos cruceros, una cúpula octogonal elevada en cuyas bases están las imágenes que representan a los cuatro doctores de la Iglesia: San Gregorio Magno, San Jerónimo, San Agustín y San Ambrosio.

El templo se apoya sobre un tambor con ventanas también octagonales a los lados, pero apaisadas (más anchas que altas) como las de la parroquia de San Miguel en la Ciudad de México. Como es característico de toda la construcción, las proporciones entre las partes son simples y fácilmente perceptibles: la media naranja de la cúpula tiene el mismo alto del tambor.

El retablo mayor está hecho de cantera y es de estilo barroco estípite con una abundante decoración en el copete. El altar principal está diseñado en mármol de Carrara y está ubicado frente a la calle principal del retablo mayor.

La Catedral cuenta con seis altares laterales, tres del lado izquierdo dedicados a San José, la Santísima Trinidad y Nuestra Señora de Guadalupe; tres del lado derecho dedicados a Nuestra Señora de los Dolores, a la Inmaculada Concepción y a Nuestra Señora del Carmen, todos realizados en cantera. Los dos más grandes están colocados en cada uno de los dos cruceros y otros dos en cada una de las dos naves.

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Al centro del retablo mayor está la imagen del famoso Cristo de Mapimí, una réplica que fue donada por la familia Irigoyen y llevado a la catedral desde la ciudad de Cuencamé, Durango. Es el único retablo de madera que posé la catedral y data del siglo XVIII.

La portada (entrada) principal de la catedral es de madera tallada por el escultor Antonio de Nava, quien no se basó en el proyecto original, el cual proponía una amplia portada de siete calles (espacio existente entre columna y columna), reduciéndolo a cinco, logrando una figura esbelta.

La fachada principal de la iglesia es de tres cuerpos diferenciados por cornisas y su diseño de columnas. Las columnas del primer cuerpo tienen motivos vegetales, la segunda tiene entre sus detalles guirnaldas onduladas y la tercera presenta un pedestal estriado. Dos de ellas indican la fecha de conclusión de cada una.

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Santos venerados

La calle central muestra la puerta principal, formada por un arco semioctagonal, inscrito en otro de medio punto en cuya clave se encuentran dos querubines que flotan entre follaje, la tiara papal y las llaves de San Pedro.

En el centro del tercer cuerpo de la fachada hay un nicho formado por un marco que resguarda la imagen de San Francisco de Asís (titular del templo en el momento de ser construida), con la vestimenta franciscana y cubierto con una capa. Apoya su pie derecho sobre una esfera y en la mano izquierda sostiene una calavera.

En los ángulos superiores del marco están representados dos serafines, en este tercer cuerpo se encuentran a los lados de la imagen de San Francisco dos nichos, el de la izquierda contiene la imagen de San Bartolomé portando un cuchillo y a la derecha a Santiago el Menor.

También se encuentra un reloj cuya carátula ocupa el lugar donde originalmente estaban las armas reales de España. A la derecha del reloj hay una leyenda que dice “NABA”, la firma del autor de la portada. Todo es coronado por la escultura de un ángel neoclásico, colocado en el siglo XIX: San Miguel Arcángel, reconocible por las palabras en latín Tas com Deus (Quién como Dios), el significado de su nombre traducido al hebreo.

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Las esculturas que lucen en la portada corresponden a San Pedro, en la primera calle a la izquierda portando en la mano derecha un libro y sus llaves; en el segundo cuerpo la imagen corresponde a San Judas Tadeo, quien lleva en la mano derecha una maza; sobre el tercer cuerpo está San Felipe con una cruz. En la siguiente calle el nicho es ocupado por San Juan que porta un cáliz, símbolo de la eucaristía y en el segundo cuerpo se encuentra Santo Tomás.

En la primera calle inmediata a la izquierda de la puerta principal el nicho es ocupado por la imagen de Simón el Zelote, quien lleva un libro abierto, sobre él, San Pablo con el atributo de su espada y en el tercer cuerpo San Andrés porta una antorcha encendida.

Finalmente, en la calle del extremo derecho en el primer cuerpo está Santiago el Mayor con su bastón de peregrino y en el segundo cuerpo a San Mateo llevando en su mano derecha un hacha. Sobre la clave del arco de la puerta se encuentra la imagen de San José con Jesús en sus brazos y sobre ellos Dios Padre.

El reloj que actualmente ostenta la catedral es el segundo con el que ha contado. Fue donado por Félix Francisco Maceyra y los señores Ignacio y Epigmenio Rascón Enríquez, quienes en 1872 se trasladaron a la ciudad de Londres y compraron el artefacto. Sobre este hecho existe una placa de bronce expedida por la casa denominada Dent & Company, con siglos de tradición en la fabricación de relojes.

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Entre columnas, torres y campanas

La catedral tiene dos portadas laterales que enmarcan las correspondientes puertas de acceso a la misma, al norte y al sur, su diseño y decoración es idéntica en ambos casos, solo se diferencian por las estatuas de santos que las adornan.

Dichas fachadas están formadas por dos cuerpos, el primero enmarca las puertas laterales en un arco de medio punto, rodeado de cantera. A cada lado de la puerta se encuentran dos columnas pegadas a los muros con grandes pedestales decorados en la base con follaje y con el resto de su cuerpo acanalado con los ángulos matados, los capiteles que las coronan son corintios.

El segundo cuerpo es un copete que corona el primero y del cual se separa mediante una cornisa. Las dos columnas situadas en los extremos externos del primer cuerpo continúan al segundo para formar un remate piramidal, pero las dos situadas a los costados de la puerta se prolongan en dos nuevas columnas, en la base forman canales que dan la apariencia de movimiento.

En la portada que mira al sur, es decir la que se encuentra sobre la calle Cuarta, está la capilla dedicada a Nuestra Señora del Rosario. Tradicionalmente el arcángel que la corona es San Gabriel, aunque a diferencia de la fachada norte, el medallón sobre el que se encuentra no tiene inscripción.

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Las torres cuentan con una altura de 40 metros sobre el nivel del suelo y son consideradas únicas entre todas las obras barrocas novohispanas por su originalidad y esbeltez. Formadas por tres cuerpos que decrecen hacia arriba, cada uno de los cuerpos consta de un zócalo sobre el que se levanta la estructura y en cada uno de sus cuatro lados cuenta con dos luces formadas por arcos de medio punto. Las doce luces del primer cuerpo de las dos torres cuentan además con un tipo de balcón.

Las torres contienen 22 campanas, del total de 24 con que cuenta la catedral, 13 están ubicadas en la torre norte (seis de ellas esquilas), y son las más antiguas. Fueron colocadas por Melchor Guaspe.

En esta torre se encuentra la campana perforada por una bala de cañón el 25 de marzo de 1866.

La mayor parte de las nueve campanas que alberga la torre sur fueron colocadas en 1941 como parte de las celebraciones del Primer Congreso Eucarístico Diocesano que conmemoraba el 50 aniversario de la Diócesis de Chihuahua. También alberga la más reciente campana, elevada el 2 de agosto de 1991, para celebrar el centenario de la Diócesis.

Lugar de fe

Por todo esto es que la Catedral de Chihuahua es el templo más imponente y relevante en el estado, aunado a que tiene casi 200 años de historia desde que finalizó su construcción. Actualmente está rodeada por la actividad comercial del Centro Histórico, quienes pasan de día pueden admirarla desde las bancas de la Plaza de Armas que se encuentra justo enfrente o quienes frecuentan salir de noche a divertirse y disfrutar de la magia con la que luce iluminada.

Incluso desde el ámbito político también destaca, ya que la Torre Legislativa está a su izquierda, el Palacio Municipal enfrente y fue construida de manera simétrica con el Palacio de Gobierno que se encuentra a una cuadra.

Para los fieles, la Catedral es signo del magisterio y de la potestad del pastor de la diócesis. Es el lugar propio para la celebración de aquellos actos que por su índole manifiestan la vida de la Iglesia católica.

Uno de los símbolos más importantes es que la puerta principal del recinto está directamente ubicada con la estatua de Antonio Deza y Ulloa, fundador de la ciudad de Chihuahua, es entonces que podríamos reflexionar que frente a quien inició la construcción de esta gran ciudad se encuentra el corazón de la capital, la Catedral Metropolitana de Chihuahua, ambos han sido testigos del crecimiento, desarrollo y avance del estado.

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