Aurora Reyes, vencedora del desierto
Foto: Cortesía

Para entender el muralismo en México comúnmente se recurre a exponentes masculinos: José Clemente Orozco, Diego Rivera, Rufino Tamayo y David Alfaro Siqueiros. Pocas veces se recuerda que este movimiento artístico tuvo sus orígenes también con destacadas mujeres, una de ellas Aurora Reyes Flores, considerada la primera muralista mexicana.

Aurora Reyes nació el 9 de septiembre de 1908 en Parral, Chihuahua. Parece que estaba destinada a destacar en la historia de México, pues su padre, León Reyes, fue hijo del militar y político Bernardo Reyes Ogazón. Su tío fue el poeta, periodista y narrador Alfonso Reyes. Ella se convertiría eventualmente en exponente del arte, la poesía y la actividad sindical.

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Mujer de arena

“La Cachorra”, apodo con el que fue conocida por sus amigos cercanos, vivió los primeros años de su vida en Parral. Después ella y su familia se mudaron a Jiménez, lugar del que guardó en su memoria los paisajes del desierto:

“Cuando tenía 5 años, vivíamos en Jiménez. Nuestra casa emergía, con sus blancas paredes, a las orillas mismas del desierto, sirviéndole de apéndice a la última calleja de aquel pueblo. Todos los días había que estarse defendiendo de la invasión constante de la arena que, como gris ceniza, todo lo cubría”, describió.

Reyes Flores dedicó también su obra poética a la “primera patria de infinito” (el norte de México) con “Estancias en el Desierto”:

Roza el torso del viento epidermis de arena;

ondula, danza, gira,

modela en carne viva océanos de naufragio,

abanica cristales, juega suspenso vórtice en el aire.

Este ambiente desértico detonó en la artista un sentimiento de añoranza por lugares marinos, sensación que también refleja en sus poemas, expone la investigadora Margarita Aguilar Urbán en “Aurora Reyes, Alma de Montaña”, libro publicado en 2010 por el antiguo Instituto Chihuahuense de la Cultura (Ichicult).

Aurora tuvo que salir de Chihuahua por “pertenecer a la familia de Bernardo Reyes, entonces considerada como enemiga del régimen”, explica Aguilar Urbán. Se mudaron a la Ciudad de México donde tuvieron que empezar de cero. Aurora vendía el pan que horneaba su madre, solo así pudo sobrevivir en el México inestable de la Revolución.

Maestra, artista y feminista

En la adolescencia, Aurora Reyes se integró a las filas del Partido Comunista. Entendió la confrontación ideológica y la lucha en las calles desde diferentes trincheras, el arte una de ellas. Ingresó a la Antigua Academia de San Carlos y aprendió dibujo y pintura, paralelamente se interesó en la poesía de García Lorca y Jorge Luis Borges. En ese mundo bohemio entabló amistad con Frida Kahlo y Diego Rivera.

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En 1927, Aurora Reyes recibió de la Secretaría de Educación Pública (SEP) su certificación como maestra en Artes Plásticas para trabajar en escuelas primarias. Fue maestra por 37 años hasta su jubilación en 1964. La pintora y poetisa desarrolló en esa etapa sus preocupaciones por los problemas sociales de México y compaginó la enseñanza del arte con el despertar de las conciencias.

Además, se unió a la lucha sindical por mejores condiciones de trabajo para los docentes de la época, y aunque no se declaró abiertamente feminista, “ni pareció mostrar gusto por el término”, añade Aguilar Urbán, apoyó el derecho de la mujer al voto y a ocupar puestos de elección popular.

“Creo que la mujer sabe un poco más del sufrimiento que el hombre, ya que el porcentaje mayor de su energía está destinado a las atenciones de la generación de la especie humana”, escribió Reyes en la década de los treinta.

“Atentado a las Maestras Rurales” es el primer mural de Aurora Reyes. Lo pintó en 1936 luego de ganar la convocatoria lanzada por la Liga de Escritores y Artistas Revolucionarios (LEAR). El fresco de 4x2 metros se encuentra en el Centro Escolar Revolución de la Ciudad de México.

En su mural refleja la lucha por el cambio en el sistema educativo: una maestra arrastrada y atacada por los enemigos de la patria. Además, señala la investigadora Margarita Aguilar, valora el papel de la mujer en las luchas sociales de México.

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Mural Atentado a las Maestras Rurales

“Trayectoria de la Cultura en México”, “Presencia del Maestro en los Movimientos Históricos de la Patria”, “Espacio, Objetivo Futuro” y “Constructores de la Cultura Nacional” son otros de los murales por los que Aurora Reyes es considerada la primera muralista de México. En cada uno de ellos refleja su tiempo y espacio, mientras marca la pauta para que las artistas emerjan en un ambiente dominado por hombres.

Su obra pictórica es más extensa: bocetos de murales, dibujos, acuarelas y óleos. Los manuscritos y textos inéditos se mantienen bajo resguardo familiar, de amigos cercanos y en el Centro Nacional de Investigación, Documentación e Información de Artes Plásticas (Cenidiap). Su aportación al mundo del arte y la cultura es invaluable.

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Mural Primer Encuentro

Pasó sus últimos días en su casa de la Alcaldía Coyoacán de la Ciudad de México. A este lugar le regaló el mural “Primer Encuentro”, en el que plasmó el momento de la fusión de dos culturas. Recuerda las imágenes de los códices novohispanos sobre el encuentro entre Hernán Cortés y Moctezuma. El mural quedó listo ocho años antes de su muerte el 26 de abril de 1985.

Mujer que venció el desierto, luchadora sindical y defensora del voto femenino, la parralense Aurora Reyes merece el reconocimiento que el tiempo le ha negado. Y en un aniversario más de su nacimiento, vale la pena recordar su obra poética:

Habitante desnudo de la soledad

Cuerpo compacto de la angustia.

De pie sobre su planta prisionero,

–creatura de la sed– ronda su imagen:

contorno humano ¡vertical desierto!

Fragmento de “Estancias en el Desierto” del poemario “Humanos Paisajes” (1953)

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