Arlett  Espino, la mujer al frente del IEE
Foto: Cortesía | IEE

Claudia Arlett Espino ha tomado el compromiso de defender los derechos político-electorales de las mujeres, comunidades indígenas y grupos étnicos de Chihuahua. Lo hace en medio de uno de los procesos electorales más importantes de la historia, al frente del Instituto Estatal Electoral (IEE), el organismo autónomo que debe garantizar la transparencia en las elec ciones.

Espino es licenciada y maestra en Derecho por parte de la Universidad Autónoma de Chihuahua (UACh), además tiene una especialidad en Educación para la Ciudadanía en los Derechos Humanos por la Universidad Carlos III de Madrid, España.

“Soy abogada, me he desenvuelto en los temas jurídicos, especialmente en la teoría general de los Derechos Humanos y particularmente en el derecho de las mujeres, sus derechos político-electorales”, explica la consejera presidenta del IEE.

Ella creció en el municipio de Guachochi, guiada por su madre y su abuela de origen rarámuri. Ser parte de esta comunidad la ha inspirado a buscar, estudiar e implementar iniciativas que aseguren y protejan los derechos político-electorales de las comunidades.

“Mi familia se dedica a los temas indígenas, desde las instituciones y el activismo social a los derechos de los pueblos y comunidades indígenas, entonces ha sido un tema que también he fortalecido en mi vida académica”, enfatiza.

A lo largo de su carrera profesional, también se ha desempeñado como asesora jurídica en el área de Comunicación Social, en donde aplicaba el tema de la comunicación en la política, además de adquirir el conocimiento de este modelo a nivel nacional, lo cual ha transmitido en sus clases en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UACh.

‘Tomé la presidencia en un momento de luto’

La llegada de Arlett Espino a la presidencia del IEE se dio en un momento de incertidumbre y luto. El 19 de noviembre de 2020 se convocó a una sesión extraordinaria del Consejo General del IEE para elegir a una persona encargada de dirigir los trabajos, ante el fallecimiento de Arturo Meraz a causa de Covid-19, quien perdió la batalla contra la enfermedad después de estar varios días en el hospital.

“Al tomar el cargo tuve que estabilizar el duelo, porque nosotros, en un momento crucial, en el inicio del proceso electoral, falleció nuestro presidente, el ingeniero Arturo Meraz. Por fortuna, las normas que nos rigen a los órganos electorales tienen trazados los caminos para este tipo de eventualidades”, comentó.

Los integrantes del Consejo eligieron por unanimidad a Arlett Espino. La decisión después fue ratificada por el Instituto Nacional Electoral (INE), la autoridad que elige a consejeras y consejeros y presidentes y presidentas en cada uno de los órganos públicos electorales.

“El primer reto fue dar confianza a las y los actores políticos que son nuestros primeros clientes, por llamarlo de alguna manera, en el órgano electoral”, asegura.

Al llegar a la presidencia, Espino tuvo que demostrar que el órgano se mantenía fuerte y que estaban preparados para enfrentar y continuar con el proceso electoral 2020-2021 y todo lo que eso conlleva, aún con la pena por haber perdido a un defensor de la democracia como lo fue Arturo Meraz.

“Es histórico para nuestro estado: por primera vez se permite a una mujer que lidere este proceso electoral, lo será hasta que elijan una presidencia definitiva y eso también es un reto, porque hay que entregarle, a quien venga a liderarnos, cuentas claras en todos los procesos, en todas las cadenas de seguridad que nos toca hacer”, reconoce.

La lucha por la paridad de género

Su enfoque, desde su incursión en el activismo social, y ahora en los órganos públicos, es el de garantizar la paridad de género: que las mujeres participen en los procesos electorales como candidatas a los puestos de elección más altos en Chihuahua.

“El sistema político aquí, y en todo el mundo, nace como un sistema patriarcal, es decir, es un sistema donde todas las instituciones, procedimientos y normas han sido elaboradas por los hombres y con la carencia de la visión femenina”.

“¿Qué significa ser hombre en una sociedad occidental como a la que pertenecemos nosotros? Las características que la sociedad valora como positivas, son las características del hombre. En esa medida, para las mujeres es más difícil penetrar en las mesas de toma de decisiones, nos cuesta más en razón de que hay un sistema preparado para un género en específico”.

Y agrega: “¿A quién se le ha dado privilegios de gobernar, mandar y tomar decisiones? A los hombres. Eso por supuesto dificulta que las mujeres lleguen a las mesas de decisiones, ocupen puestos públicos, además que no se les vea como autoridad o se les tenga credibilidad para la gobernanza, bajo ese espectro es muy difícil la situación”.

A lo largo de su carrera ha impulsado las reformas que se han aplicado en el país. En 2014, promovió que se incluyera un principio de paridad en la reforma político-electoral que permite a las mujeres ser postuladas en igual porcentaje que los hombres.

“Esto no fue suficiente, hubo por supuesto las fuerzas políticas que vieron cómo saltar la regla y la saltaron. Se tuvo que hacer otro tipo de reformas para llegar al 2019 en donde se pudiese establecer ese principio de paridad, ya no solo era de candidatearse, si no también de que las mujeres integraran paritariamente los órganos electorales. Tuvieron que pasar siglos para que se concretara”, explica Arlett Espino.

La consejera presidenta rescata la historia que ha tenido el feminismo en las calles, en donde inclusive ella ha participado en marchas, y ahora ha dado un paso más al institucionalizar el feminismo. Con mujeres formadas, con estudios de género, con análisis en los contextos, llegan a posiciones como la que ella ostenta y se puedan generar los cambios desde los frentes que sean necesarios.

“México está en la punta del triángulo en donde instauramos la paridad que no tiene ningún otro país, constitucionalmente y en las normas, ya en la realidad nos es difícil, porque luego hacer realidad la norma cuesta, porque son cambios culturales, de mentalidad y estamos hablando de un país que es sumamente machista, inclusive misógino”, reitera.
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Cortesía | IEE

Propuestas indígenas en el proceso electoral

El proceso electoral 2020-2021 quedará para la historia como uno de los más grandes, por la cantidad de puestos a elegir y la participación inclusiva de mujeres y representantes de las comunidades indígenas y grupos étnicos, para romper con el sistema patriarcal y excluyente.

“En Chihuahua, hace dos años se forma la Comisión de Grupos Étnicos y Pueblos Indígenas, que tuve yo por primera vez que presidir. Avanzamos en el tema, formamos una mesa interinstitucional, porque había que sentarse con las instituciones que veían el tema indígena para trabajar juntos, unir esfuerzos, eso provocó que hoy en día, y a través también de una sentencia del Tribunal Estatal Electoral (TEE), se tenga por primera vez en la historia de Chihuahua la obligación por parte de los partidos políticos a postular a personas indígenas".

“De manera paritaria, hombres y mujeres indígenas, en donde exista más del 50 por ciento de población indígena, en aquellos municipios que así sea, al menos deberán tener dos espacios municipales, ya sea presidencia, sindicatura, regidurías para personas indígenas, y en donde existan menos del 50 por ciento, al menos una candidatura”.

Este tipo de acciones, considera Arlett Espino, son el resultado de al menos 10 años de sentencias en tribunales electorales. Uno de esos cambios fue la implementación de urnas electrónicas en lengua rarámuri en dos de sus variantes, el rarámuri de la alta y baja Tarahumara. También se incluyó el inglés para los mormones y el bajo alemán de los menonitas, con la intención de quien usara la urna electrónica en aquellas poblaciones, tuviera la oportunidad de escuchar y entender las instrucciones con claridad.

Gracias a la sentencia que emitió el TEE de Chihuahua el 4 de mayo del 2020, el Distrito 22 local será el primero en que su representante en el Congreso del Estado tenga que ser de origen indígena.
“Mi pueblo Guachochi, que es parte del Distrito 22, debe tener una candidatura indígena. Los partidos políticos de ahí no tienen de otra más que tener candidaturas indígenas, eso permitirá que órganos colegiados encuentren también las voces de los pueblos indígenas y que esto ayude a una mayor pluralidad en el estado de Chihuahua”, comenta con orgullo.

Como responsable del Instituto Estatal Electoral, el propósito profesional y personal de Arlett Espino es que se respeten las normas y se cumplan a cabalidad, ya que si la población se rige por estos preceptos, la democracia se fortalecerá.

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