Ciudad Juárez.- Fue un 13 de abril de 2013, que la comunidad fronteriza estuvo atenta desde las primeras horas del día ya que las polémicas torres de la compañía Asarco serían demolidas.
Desde las 5 de la mañana de ese sábado, cientos de personas, principalmente de las colonias Anapra, Felipe Ángeles y Ladrillera, se reunieron en los techos de sus viviendas, en los cerros cercanos y en cualquier lugar que tuviera vista hacia las torres, para presenciar el derribo de las mismas.
Alrededor de las 7 de la mañana, las chimeneas fueron derribadas y una espesa nube de polvo cubrió ambos lados de la frontera, en el caso de nuestra ciudad, los residuos llegaron hasta la avenida Norzagaray, donde los guidores tuvieron que detener su marcha ante la nula visibilidad.
Las dos torres median entre 252 y 186 metros, aproximadamente.
Según archivos periodísticos, Asarco se encuentraba asentada a menos de 100 metros de la línea divisoria entre México y Estados Unidos, en Ciudad Juárez.
Fue fundada en 1899, y en 1999 el Grupo México compró la fundidora, pero en el 2005 se declaró en bancarrota.
La empresa se vio envuelta en una serie de conflictos sociales, principalmente en torno a la contaminación con plomo y zinc que ocasionó en ambos lados de la frontera.
Al respecto, organizaciones de la Sociedad Civil de Ciudad Juárez y El Paso, se opusieron a la demolición de las torres de Asarco, ya que nunca se precisó el impacto ambiental que tendrá en ambos lados de la frontera.
