Análisis. Si recientemente ha salido a la calle, seguramente ha notado que afuera se vive otra realidad. De lo que se observaba en 2020 hay poco. En ese año las personas usaban sí o sí el cubrebocas, muchos negocios estaban cerrados y no había confianza de salir a las calles. Las principales vías estaban despejadas.

Ahora, las actividades han tenido un repunte, y se debe en gran parte a la vacunación contra covid, que ahora está por iniciar una nueva etapa en el estado. La inmunización cambió por completo el panorama: resultó ser una inyección de seguridad, sobre todo para las personas en condición vulnerable.

Pero en situaciones como estas, el exceso de confianza termina por pasar factura. Los datos de Salud a nivel nacional revelan un incremento en el número de casos de coronavirus. Hasta cierto punto es entendible porque aún a estas alturas hay personas que nunca se habían enfermado, o que después de varias pruebas tienen un resultado positivo.

La ventaja ahora es que el nivel de riesgo es mucho menor en comparación con lo que se vivía en 2020, cuando todo se veía oscuro y miles de vidas terminaron dejando historias inconclusas. En 2022 se puede decir con seguridad que el panorama no es desolador, pero hay algo que se debe tomar en cuenta.

Las medidas de prevención nunca se tienen que ir, pues a pesar de la cobertura del biológico, hay casos y situaciones excepcionales. Las autoridades de salud han sido insistentes en mantener el uso de mascarillas en lugares cerrados, lavado constante de manos y la desinfección de las superficies.

Estas recomendaciones las van a reiterar en la sesión del Consejo Estatal de Salud de Chihuahua. El doctor Felipe Sandoval, titular de la Secretaría de Salud, adelantó que el encuentro será el martes y el punto central será analizar el aumento de casos en la entidad. La situación no es alarmante, pero más vale estar preparados.

Y aunque no lo sea, lo ideal es que los expertos y las autoridades revisen qué está pasando y si se deben tomar medidas extraordinarias. Entonces habrá que estar pendientes de lo que resulte tras la sesión.


Retos. Dos funcionarios tienen en puerta el primer gran reto de sus trayectorias. Por un lado, Edibray Gómez Gallegos, secretario de Turismo, tiene que impulsar el gran evento de las Jornadas Villistas; por el otro, César Peña Valles, alcalde de Parral, tiene que ser pieza clave de la organización.

Ambos estuvieron en la presentación oficial del programa que incluye artistas como Gloria Trevi y Santa Fe Klan. Esperan que el evento después de la situación más crítica de la pandemia, se desarrolle con toda la grandeza que lo caracterizó en las ediciones pasadas. Ahora les toca a ellos que brille.

El alcalde de Parral tiene el respaldo de un viejo conocido: Alfredo Lozoya Santillán, “El Caballo”, quien ha mostrado su disposición e interés en apoyar al presidente municipal actual. Su hermandad surgió en el Movimiento Ciudadano y quieren que se extienda más por todo el estado.

Para esta edición se espera que acudan unas 35 mil personas, lo que se traduce en una derrama económica de 30 millones de pesos, aproximadamente. La visita de tantas personas beneficiará al sector empresarial, artesanos locales y prestadores de servicios. Se espera pues que las Jornadas sean un éxito.


Peticiones. El viernes surgió en Juárez una postura muy fuerte por parte de los empresarios. Encabezados por Thor Salayandía, presidente de la Canacintra, pidieron a las autoridades más seguridad y resultados rápidos en la aplicación de la estrategia de seguridad. Algo similar ocurrió en Chihuahua.

Federico Baeza Mares, presidente del Consejo Coordinador Empresarial (CCE), pidió que se disminuyan los actos de violencia en la entidad con medidas fuertes que demuestren el poder de la autoridad. Los homicidios son el principal problema a atender por los tres niveles de gobierno, considera.

El líder de los empresarios expuso que si estos casos pasan y no hay temor de las leyes y las autoridades, entonces algo no está bien. La mejor señal es lo que ocurrió en el restaurante de Juárez y en una colonia de Cuauhtémoc, con los dos casos suman una decena de víctimas.

La preocupación de los empresarios es que el problema llegue a tal grado que las personas ya no quieran estar en los negocios, que las empresas decidan no invertir y que los dueños sean víctimas de delitos, de ahí la exigencia del sector hacia el gobierno federal, estatal y local en la parte que le toca a cada cual.

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