Editorial
Foto: Net Noticias

Ayer se cumplieron 50 años, medio siglo, que un acontecimiento daba la vuelta al mundo y mantenía a millones y millones de ojos pendientes del espacio, adheridos a las pantallas de televisión que transmitían en blanco y negro.

Lo sobresaliente del acontecimiento es que los hechos, que tenían a la humanidad por testigo, estaban ocurriendo fuera de nuestro planeta, en la superficie seca y rocosa de otro cuerpo estelar: La luna. Nuestro satélite que durante milenios ha acompañado la historia con su influjo de romanticismo, magia y misterio.

Eran los tiempos de la Guerra Fría, la revolución de los sesentas, la guerra de Vietnam. Era un tiempo en que dos potencias luchaban por la supremacía del mundo, no solo en el aspecto militar, sino también, y quizá los más importante, en el camino científico y tecnológico.

Las primeras batallas fueron ganadas por la Unión Soviética, fue la primera en romper la barrera de nuestra atmosfera, poner un ser vivo en el espacio exterior. Quién no recuerda a la perrita Laika, colocar el primer satélite en órbita y poner al primer ser humano en el espacio.

Pero indudablemente la joya de la corona seria poner un hombre en la superficie lunar, y hacia allá se enfocaron todos los esfuerzos científicos y tecnológicos de la humanidad repartidos entre los dos países.

La carrera espacial estaba en su clímax. Los más grandes científicos, en uno y otro bando, trabajaban febrilmente para llegar primero a la meta. Multimillonarios presupuestos se autorizaron para lograr los fines. La humanidad estaba al pendiente cada vez que los cohetes ascendían desde la Unión Soviética o en Estados Unidos.

La misión Apollo 11 tenía en la expectativa a todo el mundo, pues Estados Unidos había anunciado que era el viaje definitivo, que al fin dos ciudadanos norteamericanos posarían sus pies en la superficie lunar Armstrong y Aldrin, mientras Collins permanecería en órbita lunar esperando el regreso.

El acontecimiento fue seguido a través de la televisión que transmitía en vivo y en directo cada detalle por más de 650 millones de espectadores en todos los rincones del mundo.

Probablemente ahí estuvo usted, asombrado, viendo aquella emisión histórica, la primera desde otra superficie, desde otro cuerpo sideral y ya pasaron 50 años y muchos otros acontecimientos increíbles.

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