Carreteras sin cobro en vacaciones
Foto: Cortesía

Es admirable —de verdad— la creatividad de nuestros representantes cuando se acercan las vacaciones. Hay quienes planifican un viaje en familia, y luego están quienes planean discursos. Esta semana, Arturo Medina, Coordinador del Grupo Parlamentario del PRI en Chihuahua, decidió ponerse el sombrero de benefactor y nos sorprendió con una propuesta que solo puede haber nacido de un momento de inspiración... o de oportunismo parlamentario: eliminar el cobro de peajes en vacaciones. Qué hermoso gesto. Qué filantrópico. Qué empático, ¡Qué bárbaro Magadan!

Según Medina, el pago de peajes es una carga que impide a las familias chihuahuenses "estrechar lazos", como si el verdadero obstáculo para la unión familiar fuera el costo de una caseta, y no, digamos, la precariedad laboral, la inseguridad o la falta de tiempo por jornadas extenuantes. Pero no, el diputado encontró el villano de esta historia: el peaje. Un malvado concreto y metálico que impide que los mexicanos abracen a sus tíos en Semana Santa.

Hay que recordar que lo que se cobra de peaje en las carreteras, una parte es un seguro vehicular para en caso de un accidente, sin cobro, muy posiblemente no habrá seguro, sin con cobro, sabrá Dios.

Lo interesante —por no decir alarmante— es cómo estas propuestas disfrazadas de justicia social son, en realidad, monumentos a la demagogia. No es que uno esté en contra de facilitar la movilidad, ni de apoyar a las familias o de ahorrarse un dinerito. Es el timing, la superficialidad y, sobre todo, la falta de conexión con las verdaderas necesidades ciudadanas lo que da risa... de esa que da coraje.

Porque mientras se hacen malabares con discursos bienintencionados y ocurrencias "progresistas", la gente sigue recibiendo llamadas fraudulentas a diario, siendo víctima de extorsiones, suplantaciones de identidad y toda una serie de delitos que crecen sin control. Pero eso no tiene glamour legislativo. Eso no se puede vender como "viajes gratis a Las Barrancas ". Eso, simplemente, no luce bien en la tribuna.

¿Y qué se necesita para combatir los diversos delitos? Regulación firme, colaboración interinstitucional, inversión en tecnología, voluntad política sostenida, verdaderas estrategias, Vaya, mucho más trabajo y menos reflectores. Así que mejor proponemos liberar peajes durante vacaciones. Total, suena bien, se tuitea mejor, y nadie va a revisar si funcionó o no, es más, ni el que la propuso va a insistir.

El punto aquí no es descalificar toda propuesta que suene linda. Es preguntarnos por qué estas ideas surgen en el vacío, por qué no se integran en políticas públicas coherentes, por qué siempre parecen respuestas improvisadas a problemas decorativos. ¿Acaso la política se ha reducido a una competencia de ocurrencias para que el legislador quede bien? ¿Es que ya nadie quiere ensuciarse las manos con los temas que realmente duelen?

Mientras tanto, sigamos soñando con carreteras sin peaje y familias más unidas gracias a un ahorro de algunos pesos. Ignoraremos el resto de problemas. Al fin y al cabo, son vacaciones y los legisladores lo saben, nada mas que esa, no es la idea…

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