Listos. 2022 es sinónimo de renovación. Este año se han pactado los cambios dentro de los partidos políticos mexicanos y eso siempre resulta interesante de analizar por los agarrones que se dan dentro de un organismo que, en teoría, debería unirlos en un objetivo sólido.

Ahora toca el turno al Partido Acción Nacional (PAN), y en Juárez se están alistando algunos personajes para registrarse como aspirantes a la presidencia del Comité Directivo Municipal. Ese puesto, entre los blanquiazules, es una máxima aspiración y una especie de catapulta hacia otras áreas.

Indican que el registró será el miércoles por la tarde y ya están haciendo fila en la puerta del partido Ulises Pacheco García, Laura Marín Franco, Isaí Arámbula y Ricardo Vega. Panistas de distintas generaciones, incluso de diferentes corrientes que se han interesado en ser líderes a nivel local.

El primero en la lista es un viejo conocido y funcionario. Pacheco fue coordinador de agentes del Ministerio Público en la Zona Norte y titular del Secretariado Ejecutivo del Sistema Estatal de Seguridad Pública en Chihuahua. Un corralista que trascendió y se sumó al equipo de transición de la entonces gobernadora electa Maru Campos Galván.

Laura Marín mostró intensiones de participar pero su inscripción no es segura. Se ha desempeñado como diputada local y recaudadora de Rentas. También formó parte de la administración de Corral Jurado. De Arámbula se sabe que es empresario y tiene buenas relaciones con el blanquiazul.

La lista la completa un joven de apellido Vega que se incorporó a la administración estatal dentro de la representación del Gobierno del Estado en la Zona Norte. Es parte de los rostros jóvenes del partido que quiere colocarse en uno de los puestos más relevantes y que la renovación sea eso.

Estos nombres son los que más han sonado entre las filas del blanquiazul y que, si todo avanza de acuerdo a lo planeado, se registrarán como aspirantes. Tendrán que formar su equipo para tratar de convencer a los militantes de que ellos son la mejor opción de cara a un proceso electoral.

Habrá que estar pendientes de los comentarios e impresiones de los aspirantes a dirigir el Comité Municipal. La cara que muestren definirá muchas cosas, aunque se piense lo contrario.


Armados. Un nuevo escándalo rodea la comunidad LeBarón de Chihuahua. El fin de semana se reportó la detención de cinco integrantes que transportaban armas de fuego, de calibre pesado, no rifles como de cacería o pequeñas pistolas. Estaban listos para accionarlas si era necesario.

¿Pero por qué estaban armados? La explicación que dieron es que estaban en peligro e intentaban defenderse de delincuentes que ponían en riesgo a su comunidad. ¿Llamaron a la Policía? No lo hicieron y decidieron hacer lo que les pareció conveniente. ¿Estuvo mal? Quizá sí, en muchas formas.

Los otros mormones que fueron a defenderlos dijeron que fueron víctimas de abuso policial. No se conocen los detalles pero aseguran que así pasó. Resulta que ahora ellos son los acusados por querer defenderse. Desde aquel fatídico 19 de noviembre de 2019 se sienten perseguidos por todas partes.

El fiscal Roberto Fierro dijo que revisan la acusación de abuso de autoridad, pero por la portación de armas no se pueden ocupar, es asunto federal. La FGR determinará qué sucede, y lo más lógico es que permanezcan en detención por tener las armas en su poder sin permiso.

La comunidad LeBarón hará y dirá lo que sea por sus integrantes. Se defienden a morir, literalmente. Con el Gobierno del Estado han tenido buena relación y diálogo, pero el tema de las armas está fuera de sus manos, y aunque estuviera, no se hubieran zafado. Es algo delicado. Habrá que estar pendientes del caso.


Tortillazo. En NET dimos cuenta de cómo el incremento de la tortilla ha afectado a taquerías y cómo las tortillerías tratan de mantener las ventas aún con precios elevados. Para quienes casi no consumen este alimento parece una realidad lejana, pero para otros representa un verdadero problema.

La tortilla es fundamental para la dieta de los mexicanos, más allá de los tacos o de antojitos que tienen como base la masa de maíz. Los esfuerzos por detener el encarecimiento del producto no han sido suficientes y las quejas entre los comensales se incrementan. ¿Qué se puede hacer?

Una propuesta ha surgido en el Congreso: que se fijen precios máximos a la tortilla en las ciudades, como sucede con el gas licuado de petróleo y que varía algunos centavos cada semana. La diputada Georgina Zapata considera que es una buena idea para proteger los bolsillos de los chihuahuenses.

La iniciativa es interesante considerando que el control del precio no ha servido del todo y que algunos lugares se quieren aprovechar de los consumidores, incluyendo la venta de tortillas pirata, sí, preparaciones que no están hechas con los insumos y calidad necesarios. Hay que tomar acciones.

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