Indios vuelve a perder en fatídico fin de semana
Foto: Cortesía

Ciudad Juárez- Los Indios de Ciudad Juárez volvieron a caer en su tercer y último encuentro del fin de semana, en esta ocasión ante los Venados de Madera por pizarra de 8-3.

Era la propia tribu la que arrancaba la tarde con buenos ánimos gracias a un cuadrangular solitario de Óscar Sígala para el 1-0 en la parte alta de la segunda entrada. Poco duró el gusto, porque Luis Bojórquez regresó la grosería con un sencillo productor para empatar el marcador. Minutos más tarde, el receptor de Madera cruzó la goma con otro sencillo remolcador. 2-1 marcha a la cosa.

Ya en la baja de la tercera entrada Tadeo Espinoza puso su granito de arena para seguir golpeando a Juan Bravo con un panorámico cuadrangular al jardín izquierdo para el 3-1.

Pasábamos a la alta de la sexta y el que también volvía a pasar al plato era Sígala para volverse a volar toda la barda por el izquierdo y recortar la desventaja 3-2.

La parte baja de esa misma entrada salió desastrosa para los de las tierras de Juan Gabriel. Jorge Rivera se las ingenió para llegar hasta la tercera almohadilla gracias a un error circense de Yahir Gurrola que se había bolas con las costuras y dejaba anotar a Miguel Rodríguez que venía desde la primera base.

El quinto badajazo de la campana fue con Andrés Ledezma recién entrado a la lomita de las responsabilidades. Marco Antonio López lo asechaba desde la antesala y este mismo llegaba calmado y contento al plato para anotar con un wild pitch. 5-2 favor los locales acabando dos tercios de hostilidades.

Para la séptima los dueños del estadio se complicaron la cosa dejando Indios en todas las bases y equivocándose con un piconazo que le dejó el camino libre a Rodolfo Soto para timbrar la registrado dejando el asunto 5-3.

Fue la octava entrada la que puso todo fuera de alcance para los comandados por Iván Gallegos. Se hizo un desorden el asunto en el montículo y entraron tres carreras en un interminable capítulo para el cuerpo de picheo aborigen. 8-3 la pizarra y los outs se estaban acabando.

No hizo falta más que la parte alta del noveno rollo para Ricardo Chapa. El diestro tuvo la misma piedad que los soldados romanos cuando clavaron a Jesús, ponchado a Yahir Gurrola y a Giancarlo Servin para apagar la luz y colgarse el salvamento.

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