
Ciudad Juárez.– El calendario sigue su curso y las estaciones del año ya dieron la vuelta hasta la primavera. Con ella llega el Rey de los Deportes y la Liga Estatal de Beisbol Chihuahua en su edición 2025. Entre las 10 zonas del estado hay contendientes, hay aspirantes a contender y hay otros en el montón para los que meterse a playoffs sería milagro y mucha peripecia. Luego, muy aparte están los Algodoneros, porque el juego de este año se llama “Gánele a Delicias”.

Cinco títulos… y los que falten
Queda claro que en la Tercera Zona se cuecen aparte. No es de a gratis el mote de “sigo siendo el rey” que los Algodoneros presumen en sus redes sociales. Se manejan como pocos equipos en el estado, son un patronato, no una jurisdicción. Dicho modelo de trabajo les puso un anillo en cada dedo de la mano desde 2021 hasta el pasado 2024 cuando casi barren a los Venados de Madera en la Serie Final. Fueron mucha pieza para el astado y se remacharon la corona a la cabeza.
Hoy sin su tercera base titular, Carlos “El Pandita” Rubio, los de color naranja parecen no haber perdido mucha fuerza para esta campaña. Subsisten nombres como el de José Gutiérrez, que esté puesto para liderar a los suyos otro año arriba de la placa. Puso efectividad de 2.36 con 54 ponches y apenas 15 carreras permitidas en 57 y 1/3 de entradas lanzadas.

Por el lado del bateo, no se pueden dejar de lado a toletes como el de Aarón Sillas y sus siete cuadrangulares con 44 carreras impulsadas hasta la goma. Omar Jaramillo también puso su granito de arena con 22 RBI y la tercia la cerró César Mendoza con dos decenas de remolcadas. Como no hay que arreglar nada que no esté roto, Pablo Cadena se queda este año en la caseta para buscar la sexta corona seguida.
Son amplios favoritos, con mucha ventaja, dicho sea de paso, para repetir la acostumbrada celebración de campeonato.
Los otros contendientes
Entre las principales novenas puestas para cuando menos incomodar a la escuadra piscadora hay dos que tienen puesto el cartel de “contendientes” por el simple hecho de existir: Los Indios de Ciudad Juárez y los Mineros de Parral.
En la Zona Uno llegan estrenando directiva. Las riendas de la jurisdicción están ahora en manos de Óscar Chávez tras el año de Luis “Wero” Guerrero y en el dugout hará las labores de comandante Pablo “Pistolero” González. Hay nombres de sobra en la frontera más fabulosa del mundo: Darío Gardea, Josué Gómez y Luis Serna que regresa como cerrador, Luis Bojórquez que llega como refuerzo y Damián Mendoza, el ex Mayo de Navojoa que ocupará la plaza de profesional. El tema con los Indios es que son propensos a las indisciplinas y a los escándalos internos como sucedió el año pasado. Mientras eso no ocurra deberían como mínimo competir en la parte alta del standing.
Por su parte, los 27 veces monarcas fueron los mismos que actuaron como verdugos de los Teporacas en la primea ronda de postemporada. Para los Mineros es año de revancha, de revancha por caer en el séptimo y decisivo con los Algodoneros que les clavó una espina que se buscarán sacar sí o sí.

Los terceros en discordia y quizás los menos potentes de todos los “pesos pesados” son los Dorados de Chihuahua. Equipo que se cayó apenas metiendo las manos contra los subcampeones Venados. Son de poner espacial atención, no por su potencial para ser campeones, sino por la particularidad de que podrían alimentar en más de una ocasión a los Dorados de Liga Mexicana de Beisbol con los que comparten casa.
De los Dorados hacia abajo quedan solo quienes apuntan a llegar para playoffs por obra del complaciente formato que deja fuera a solamente dos equipos. Todos menos uno.
¿Están o no están los Venados?
A diferencia del resto de la liga, Madera es una incógnita. No propiamente por ser un equipo deficiente, sino por que resultaron capaces de pelear con rosters mucho más chicos y más austeros que el resto del circuito. No por nada tuvieron a dos líderes de picheo en efectividad durante la postemporada: El inmaculado Miguel Vázquez con efectividad en ceros durante 13 y 2/3 de entradas lanzadas y Ricardo Chapa. Este último salió más raspado con ERA de 5.40, no obstante, supo apretar la mano cuando hizo falta y salía de problemas cuando la situación más apremiaba.
Saben pelear playoffs y saben jugar pelota de postemporada y su futuro parece depender solamente de ellos. No para liderar la tabla de la liga, pero sí para meterse hasta la tierra prometida y de ahí ver que tan lejos se puede llegar.
El resto
Los cinco equipos que quedan podrán ser los de menor reflector, atraen menos miradas que los del pico y la pala, los aborígenes o la novena del socavón. Sin embargo, la otra mitad de la liga es por demás variada.
Están los Manzaneros de Cuauhtémoc que se supieron reforzar durante le temporada pasada y para sorpresa de muchos fueron segundo lugar del standing justo debajo de las astas que a la postre terminaron subcampeonas.
De ahí siguen los Rojos de Jiménez que llegaron a la postemporada nada más para pasar lista y no pudieron con Madera en las semifinales. Por otro lado, los Soles de Ojinaga aprovecharon exactamente lo mismo de los dos para este 2025.
Al final, nos quedan los Mazorqueros de Camargo y los Faraones de Nuevo Casas Grandes, metidos en el sótano y los únicos que se quedaron sin playoffs en 2024. Si bien los esmeraldas han mostrada constancia en la conformación de su roster y por lo menos deseos de mejorar, no se puede decir lo mismo de la cuna de los artistas.