Chango viejo no aprende maroma nueva: Bravos deja ir triunfo ante Mazatlán 
Foto: Cortesía

Sinaloa.- Los Bravos de Ciudad Juárez no pudieron arrancar el torneo con pie derecho la noche de este viernes, dejando ir una victoria clara y conformándose con el empate 1-1 ante los Cañoneros del Mazatlán.

Frotar la lámpara

Eran 15 grados centígrados los del Pacífico Mexicano, lejos de la nieve y del hielo, pero les daba igual de frío a los costeños. Así arrancábamos las hostilidades entre los Cañoneros del Mazatlán y los Bravos de Ciudad Juárez.

Ni cinco minutos habían corrido y a Juárez ya lo asustaba Edgar Bárcenas con una volea bien rematada pero que acababa en la playa.

Era curioso el asunto para los muchachos de Víctor Manuel Vucetich. Retenían la bola, pero se dedicaban a destruir. Del otro lado de la cancha Dieter Villalpando y Oscar Estupiñán se rejuntaban sin mucho éxito.

Al cuarto de hora se empantanaba el asunto. A Juárez le tapaban las salidas. Les costaba un mundo evacuar por las bandas a Ralph Orquin y a Denzell García. Esto hasta que Jairo Torres frotó la lámpara y puso un centro para que lo rematara Dieter Villalpando para el primer tanto de la tarde. 0-1 favor los fronterizos al 17.

Siete minutos más tarde Guillermo Castillo (Que no se llama así, pero así nos dijo que le dijéramos) volvía a asustar por la banda derecha. El centro era raso, pero no lo podía rematar Óscar Estupiñán.

A la media hora de compromiso el poco respetable presente en El Encanto le coreaba los “oles” a un equipo que tocaba la número cinco en propio sector. Sí, porque el Mazatlán era igual de ofensivo que el Ejército de las Naciones Unidas.

Hugo González metía la mano al 33 por que a Jairo Torres le abrían los mares. Se le tiraban para atrás y lo dejaba tirar. Ya para el córner quedaba encimado por toda la ofensiva Brava en el área chica: más manoseado que puerta de oficina de gobierno.

A todo esto a cinco minutos del entretiempo Rodolfo Pizarro y Nico Benedetti daban señales de vida queriendo poner la bola en la olla. Era mucho el ímpetu hasta que el Puma Rodríguez metía la cabeza para acabar con todo peligro.

Ya con la hora encima Bárcenas le volvía a pegar de volea, pero la volvía a fallar. Juárez se relajaba, pero el susto no se lo quitaba nadie a Sebastián Jurado.

Duraba poco lo adormilado, Jairo también repetía la ofensiva con otro disparo cruzado que escupía el manos guangas de González. Así nos íbamos al descanso

0-1 ganaban los de las tierras de Juan Gabriel.

Chango viejo no aprende maroma nueva

Daba inicio la segunda mitad después del playback de la Banda El Recodo. Jurado se reactivaba abajo de los tres palos con un balón que tenía que engullir temprano.

Era bueno y era calmo el marcaje de los fosforescentes. Nadie se paniqueaba por Luis Amarilla y Carlos Salcedo tapaba bien el disparo. Se veía ligeramente encima, ligeramente amenazante el XI mazatleco a principios del complemento.

Cuando más peligroso se veía Mazatlán (Que tampoco es decir mucho), a Castillo se le ocurría poner un riflazo de tiro libre que obligaba a González a trabajar horas extra.

A eso del 60 los locales ganaban terreno y ahora eran ellos los que atacaban. Sin orden, sin certeza, pero atacando al fin. Pedían penal en un córner, pero el karateka Hernández los mandaba por un tubo. Siga jugando.

Martín Varini era nuevo en el jale, sin embargo, el error de Bravos era viejo y era de toda la vida. Se tiraron mucho hacia atrás, regalaron infinidad de espacio. Bryan Colula se aprovechó y remató de bote pronto para igualar el electrónico. 1-1 el marcador.

Cinco minutos después el VAR dijo lo contrario, marcó fuera de lugar (Inventado de quién sabe dónde) y los caballos seguían al frente….De puro milagro.

20 minutotes por jugar y la imagen del muchacho nuevo se diluía como thinner en pintura. No más ataque, no más intención. Puro contragolpe y que fuera lo que dios quiera. Se ahogaban los de verde dentro de la cancha.

Minuto 80, Juárez había puesto apenas un cambio y los vicios de siempre se hacían todavía más visibles. Se conformaban con un solo tanto, jugaban con fuego y dormían el encuentro.

Era mucho aguantar, mucho desgaste y mucho desacomodo de una defensa estacionada cual rutera. Mauro Lainez ahora sí no perdonó al 86 con un fierrazo al poste. El palo no tuvo compasión por Sebastián Jurado y se empataba todo: 1-1

Todo Juárez y el espíritu de Tin Tan salieron reclamar una mano inventada sin éxito alguno. No había mano, el gol valía…El Rey Midas respiraba tranquilo.

Nos íbamos nos íbamos pero nos detenían porque se armaba un bodrio en el tiempo de compensación. Castillo empujaba un balón suelto que no contaba para gol por culpa de falta.

Cumplíamos los ocho minutos de regalo y el karateka Hernández, así como venía vestido como Piolín, hacía sonar el silbato para cerrar el empate de Juárez. 1-1 el marcador final.

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