Por: Ruth González y Joel Santillán
El guerrero maya, Kaan éek o “serpiente negra”, representa la icónica resistencia al invasor extranjero, simboliza la eterna batalla por la defensa de la tierra y sus habitantes originales, en el ring esta figura la representó otro gladiador indígena, Canek “El Gigante Maya”.
Nacido en Frontera, Tabasco, en 1952, Canek forjó su carrera en la Universal Wrestling Association (UWA), la liga mexicana de luchadores independientes la cual tuvo un gran impacto en la Lucha Libre de la década de los ochenta.
Canek fue el estandarte del luchador mexicano contra los gladiadores extranjeros, con esta fórmula se coronó 15 veces con el peso completo de la UWA, las arenas que llenó se cimbraron para el apoyo al Príncipe Maya.
Aunque su debut en 1972 fue como El Universitario, pronto su personaje se mudó al Príncipe Azul pero se consolidó en 1973 como Canek, en honor a Jacinto Canek el Guerrero Maya.
Ídolo de ayer, leyenda de hoy
Con un paso lento pero una personalidad dominante, Canek abre su paso a un pequeño ring montado en la parroquia Santa Inés en la colonia Buenos Aires de Ciudad Juárez. Baja con una maleta y un saludo cordial a sus fans que le esperan con gran respeto desde horas antes, por un apretón de manos, una máscara, un souvenir, una foto o autógrafo, cualquier detalle del legendario gladiador que levantó en peso a André “El Gigante” en la plaza Toreo de Cuatro Caminos hace cuatro décadas.
“No tuve como tal un maestro para mí, aprendí en Tabasco y la Ciudad de México de todos los deportistas y luchadores de esa época”, comparte Canek para Revista Net. Francisco Javier Mar, conocido como Sugi Sito; El Fantasma de la Quebrada; Han Lee; Shadito Cruz “Black Shadow”; Rolando Vera y El Mulato son parte de la larga lista que el luchador considera como sus primeros compañeros de entrenamiento en su carrera. “Con todos ellos me metí a entrenar, y más adelante, de manera profesional, entrené con Lou Thesz, con Billy Robinson, Karl Gotch…” y agrega el luchador, que, aunque “Canek” nace en 1973, su debut profesional lo hace dos años después.
Su máscara ha cambiado con el paso del tiempo, él considera que “ha tenido una metamorfosis constante, la primera todavía la conservo, pero no quería que fuera una máscara nada más, he luchado mucho en el extranjero por eso para mí representa un símbolo diferente de la historia, como un chac mool, un quetzalcóalt, las pirámides, la cabeza olmeca, la República Mexicana, todo eso que nos representa, para que no fuera simplemente una máscara más”.
“Debuté con los independientes, nací con ellos, en 1975, cuando ellos hacen su primera función, la estelar era René Guajardo contra Aníbal, en la semifinal eran Mil Máscaras, Solitario y Ray Mendoza para Sunny War Cloud, Dorrel Dixon y yo (Canek)”, recuerda el gladiador cuya máscara roja lleva las pirámides mayas en un azul sobre sus mejillas.
Sobre sus rivalidades, las clásicas con Mil Máscaras y Dos Caras, comenta: “antes tuve encuentros contra el Dr. Wagner, le gané el campeonato nacional de peso semicompleto en el Toreo y de ahí vienen rivalidades con El Solitario y Aníbal, después Mil Máscaras y Dos Caras, que se volvieron una rivalidad clásica”.
Pero de las rivalidades también surgen sus mejores aliados. “Después llegan El Perro Aguayo y Fishman, y de la rivalidad pasamos a ser un trío y luego hicimos una de las parejas más fuertes con Fishman”.
Con esta sólida carrera, viaja como uno de los embajadores mexicanos de la Lucha Libre a Japón, una ruta mundial obligada para los grandes. “Hice en marzo de 1978 mi primer viaje a Japón, recuerdo que antes un reportero japonés a donde quiera que iba me tomaba fotos, las enviaba y supongo que por eso me llamaron para ir”. —¿Cuál fue la diferencia de luchar allá? — “Bueno, primero el idioma, si no lo hablas debes darte a entender, con los rivales, con el público, con todos. Tenía que demostrar el porqué de toda esa publicidad que me había hecho la prensa, haciendo lo mismo que hacía en México, luchar”.
“La gente estaba ávida, me querían ver y al día siguiente que debuto allá, en los periódicos ponen ‘El sucesor de Mil Máscaras’ y todo eso, pero yo no quería ser el sucesor de nadie, en Nueva York me pasó lo mismo, yo trataba de forjar mi propia historia, sin necesidad de que hablaran de mí a través de otros luchadores. Siento que al final de tiempo lo logré, que se hablara de Canek, creo que los superé a ellos y a las personas, Mil Máscaras y Dos Caras fueron quedando atrás en el camino de Canek”, comenta el luchador mientras acomoda su espacio para colocar sus productos.
Momentos ‘gigantes’
El 12 de febrero de 1984 el Toreo de Cuatro Caminos, en la Ciudad de México, estaba con un lleno total en uno de los momentos más recordados de la Lucha Libre nacional, El Príncipe Maya levantó y azotó al gladiador más grande del mundo, el francés André “El Gigante”. El luchador galo tenía 2.24 metros de altura y 224 kilogramos de peso, mientras el gladiador mexicano tenía un peso de 110 kilos y una estatura de 1.86 metros, de acuerdo con la prensa de la época.
“Estando en Pakistán vi un programa inglés, que convocaban a quien pudiera mover o cargar André ‘El Gigante’, le iban a dar un premio… y yo pensé —yo puedo hacer eso, lo puedo lograr—. Entrenaba mucho en el gimnasio, y sí, lo logré, cargué ese peso… dije —sí puedo hacerlo—”.
Recuerda, “en el Toreo, todo mundo se caía de la impresión. Estaba Arnold Schwarzenegger en el lugar, entró al vestidor y me dijo ‘porque lo vi, lo creo, eres muy fuerte, si me lo hubieran contado no lo creería’… fueron cosas inolvidables para mí”.
El enfrentamiento fue por el campeonato de peso completo de la UWA, aunque el luchador mexicano ya tenía destrozada parte su máscara, durante el encuentro en donde pudo alzar al gigante en un par de ocasiones, finalmente tras una falta del francés logra el triunfo, que más tarde le costó una lesión permanente en sus rodillas.
Pero al gigante no fue al único rival mundial que enfrentó en el ring, Hulk Hogan, quien más tarde repitiera la hazaña de Canek con André, también confrontó al Guerrero Maya. La máxima estrella de la WWF en Estados Unidos logró un empate con Canek el 2 de septiembre de 1984, al quedar los dos fuera del ring sin hacer caso del conteo del réferi, por lo que Hogan retuvo el campeonato de peso mundial de la WWF.
Otra gran lucha de Canek fue contra el canadiense Owen Hart, quien vino a México en 1991 como Blue Blazer, tras el reto de máscara contra máscara el menor de la dinastía Hart perdió ante el mexicano.
La leyenda japonesa, Antonio Inoki, enfrentó a Canek, cuando la UWA hizo un acuerdo comercial con New Japan Pro Wrestling (NJPW), otro de los apuntes memorables en la lista del mexicano.
El Gigante Maya se dio a la labor de defender el honor de la lucha mexicana contra distintos gladiadores de otros países como el medallista olímpico Allen Coage “Bad News Allen”, Stan Hansen, Fujinami, Abdullah The Butcher, Lou Thesz, Gran Hamada, Tiger Mask y Bam Bam Bigelow, solo para nombrar algunos.
Profeta en su tierra
Pero en México, Canek, no duda en compartir que El Santo y Blue Demon eran sus ídolos, por lo que luchar con y en contra de ellos fue una experiencia única. Sobre todo, al conocer al Enmascarado de Plata cuando emigró de Villahermosa, donde empezó a entrenar, a la Ciudad de México, donde consagró su carrera.
En 1978 obtuvo el triunfo de su primer campeonato venció al Dr. Wagner en peso ligero. Así nació su rivalidad con Dos Caras, quien competía por este título. Después de perder dicho título, se enfocó en el peso completo para enfrentar a Lou Thesz. En total Canek ha obtenido 15 campeonatos en su carrera.
La UWA desapareció en 1995, por lo que tuvo que mudarse al Consejo Mundial de Lucha Libre (CMLL), donde se coronó junto a Dr. Wagner Jr. como los primeros campeones en parejas y desenmascaró a Universo 2000. Canek continuó su carrera como parte de las filas de Triple A y después como luchador independiente.
De la frontera y sus estrellas
Durante su más reciente visita a Juárez, en una lucha de exhibición (13 de noviembre de 2021) Canek recuerda con gran cariño a su afición, pero también a sus colegas, a luchadores como Flama Roja y el Legionario, comenta “entrañables amigos, Flama Roja era una leyenda, Baby Sharon, todos ellos, cómo olvidar a todos ellos grandes luchadores de aquí”.
El ring nostalgia
—¿Y cómo ve la Lucha Libre de hoy en día?— “La Lucha Libre es como un gran edificio, no le puedes quitar sus cimientos, ahora la adornan, la falta de peso de los muchachos la suplen con la acrobacia, eso es lo que ha cambiado, como cuando la lucha de ‘Tarzán López’ cuando vino ‘El Santo’, después del Santo viene otro cambio con ‘El Solitario’ y después vino otro cambio con nosotros, así es la Lucha Libre, los cambios, a veces, son buenos, ahora con tanta acrobacia las lesiones pueden hacer que los luchadores se lastimen y retiren más pronto, solo eso”.
Canek no duda en agregar que es importante impulsar a las nuevas generaciones, ve en su legado “ayudar a la gente que lo necesita y que no tiene las posibilidades para poder lograrlo”.
“Todo lo que he vivido en mi carrera y lo que sigo viviendo —como esto—, (lo dice al referirse a su visita a Juárez) son mis grandes momentos, lo disfrutó de la misma manera, porque el deporte me lo ha dado y me lo sigue dando todavía”.
El Gigante Maya despliega su sonrisa a quien le pide una foto, acomoda sus artículos y atiende una larga fila de fans que llegaron a conocerlo y recordar su gloria, él concluye con un mensaje a los jóvenes: “que todas las metas que se propongan traten de cumplirlas, con amor, para que lleguen a hacerlas”.