
Ciudad Juárez.- La selección canadiense Sub-16 de baloncesto se convirtió en el último semifinalista de la AmeriCup y la última escuadra en amarrar su boleto para el Mundial de la especialidad al terminar con el sueño mexicano, venciendo por marcador de 96-73
Con la tensión agarrada de la mano y con el líder del Grupo B bien parado en la duela del Gimnasio Universitario, así arrancaban las “hostililités” entre la Selección Mexicana de Baloncesto y el combinado de Canadá con el pase al Mundial en juego.
Mucho pick y poco roll
Íbamos de pintura a pintura para arrancar los escarceos hasta que Jordan Fischer puso el estate quieto con un triple y un foul incluido. A la quinteta mexicana la superaban en tamaño pero no parecía haber miedo alguno. Ciertamente no lo hubo en Álvaro Romero cuando clavó el primer tiro detrás del arco en la noche mexicana.
A mitad del cuarto Luis Moreno ya gritaba como era la fiel costumbre. Parecía de buenas a primeras que la fórmula tricolor no era precisamente aventar el balón por los aires, más bien era el juego interno pese al poco tonelaje. Claro está que el equipo de la hoja de maple no era manco y dificultaba el trabajo.
“Just relax” le gritaban a los canadienses desde la banca. Era caso omiso el que le hacían al coach David Cheng. Relajados no estaban se les venía encima una seguidilla de seis unidades mexicanas y se recortaba lo que había sido una diferencia de 12 puntos.
De poco servía porque se ablandaban los coberturas para cerrar el periodo: 35-23 el parcial al término de primer cuarto.
Medio boleto
No perdía ritmo el menester para iniciar el segundo periodo. Eso sí, Yair Olano no se encontraba en la duela ni aunque le prestaran un GPS con 5G.
En el traslado se empezaban a perder pelotas que nadie retenía. El único que podía poner calma era Diego Licón con un doble. Por supuesto, el doble lo regresó Canadá multiplicado por cuatro. A los cinco connacionales, mientras tanto, le seguía costando un mundo convertir en la llave.
Eran 22 puntos los que sacaba el equipo del norte de las muchas pérdidas mexicanas, el déficit ya era de 23 unidades. Isaiah Hamilton mandó a sofocar al respetable al borde de la chicharra, les sacó todo el aire de las entrañas: puso un triple estilo FIBA, bien atrás de la raya para que todos se quedaran mudos.
El marcador leía 58-36 al medio tiempo. El representante de la mancomunidad británica tenía medio boleto al Mundial en la bolsa.
¿Dónde está el Swift para apagar la luz?
Yair Olano se sacudía la malaria con los primeros puntos de la segunda mitad en una bandeja. Lo anterior al compás de los gritos del coach Moreno.
Llegábamos a mitad de cuarto y el electrónico leía 69-46. Parecía no haber mañana. O cuando menos, no un mañana que incluyera jugar semifinales de la FIBA.
Aparecía un tanto más de soltura en las manos del cuadro azteca, como sabiendo que el marcador y el boleto para Turquía eran por demás inalcanzables.
Se terminaba media hora de compromiso: 77-53. Todo estaba decidido.
Por la honra
Los últimos 10 minutos empezaban con la protesta del respetable entarimado que pedía una infracción por goaltending, que dicho sea de paso no les dieron.
Canadá no quitaba el pie del acelerador. Desconocía el concepto de piedad y echaban mano de su segunda unidad para finiquitar el asunto. Empezaban a salir imprecisiones en el juego canadiense, importaba poco….El viaje a Turquía los estaba esperando.
Con distancia de tres decenas todos se mandaban guardar, ni siquiera el español corajudo del banquillo se animaba a hacer ruido. Era La Paz sepulcral de un equipo que lo había dado todo y que aun así había sido superado con claridad.
Al término de los 40 minutos que dictamina FIBA la aplazable se volvió innegable: Ganó Canadá 96-73.