Ciudad Juárez.- Los Bravos de Ciudad Juárez terminaron por complicarse la vida en su primer compromiso de liga ante el Atlas de Guadalajara por marcador de 2-2.

Quien más iba a ser….

Era fresca la noche, pegaba el aire, no había una sola nube en el cielo y a más de uno en el graderío ya le molestaba la rodilla por aquello de la humedad. Así arrancaban las hostilidades entre los Bravos de Ciudad Juárez y los Zorros Rojinegros del Atlas.

Corrían cinco minutos de partido y la cosa era algo muy parecido a un juego de ping pong, la bola iba para todos lados y nadie se acomodaba en la cancha como dios manda.

Atlas no tocaba mucho la de gajos pero ponía a sufrir a los de las tierras de Juan Gabriel. Haret Ortega recibía mal y le entregaba la posesión a un Jhon Murillo que no convirtió por gracia e intervención de Moisés Mosquera.

Ralph Orquín era el primero que se animaba a pegarle de rebote para mandar el esférico con rumbo a El Paso Texas. La primera de peligro llegó minutos más tarde con un riflazo de Jairo Torres extinguido por las manos de José Hernández que venía de suplente de Camilo Vargas.

Con casi media hora de compromiso era Dieter Villalpando el que descomprimía el asunto rompiendo la líneas de la escuadra de la torta ahogada. El gran problema de los fronterizos era que de ahí no había más, rompían sin terminar de penetrar y la reconversión defensiva era un calvario con C mayúscula.

Nos quedaban menos de 15 minutos para irnos a la regadera cuando a Mauricio Barbieri se le soltó la boca después de una falta. Algo le dijo al cantante y Óscar Macías Romo lo mandó a bañarse con la roja directa casi sin dar explicación alguna.

Juárez abrió la lata justo al 35 con tiro desde fuera del área cortesía de la pierna derecha de Ángel Zaldívar para levantar de sus asientos al respetable.

Acto seguido Jesús Venegas fue a buscar el segundo tanto de la noche con otro fierrazo, no obstante, la mandaba arriba del marco tapatío para alivio de Hugo Nervo y compañía

Así nos íbamos al entretiempo, con los caballo por encima de los zorros 1-0.

El afán de sufrir….

Arrancábamos la mitad complementaria con unos Bravos que cedían la iniciativa echados para atrás sin hacer cambios.

Esto último trajo consigo el gol visitante gracias a Edgar “El Mudo” Aguirre que agarró a toda la línea de fondo dormida y a un Jairo Torres que no quiso reventar la bola. Barriéndose puso el 1-1.

A eso se la hora ya no cuadraba nada. Dieter andaba igual de perdido que un oso polar en el desierto y a los Beñat Santa Fé ya les había gustado eso de controlar la número cinco y no soltaban el esférico.

Cinco minutos más tarde mandaban a Diego Campillo a sentarse en la banca. En su lugar entraba Avilés Hurtado en busca de retener pelotas, dejar de rotar y hacerla de ariete en el último tercio. Segundos después, el silbante marcaba penal a favor de la localía por lo que parecía un contacto totalmente incidental sobre Avilés Hurtado.

Fue el propio colombiano el que puso la pelota en el manchón penal, caminó sus 12 pasos y le pegó al centro y adentro para el desempate con poco más de 15 minutos por jugar. 2-1 el luminoso.

Del otro lado de la cancha y justo al 75 Jhon Murillo se quedaba más solo que la una en el contragolpe pero la ponía por arriba del travesaño para fortuna del entarimado.

Tal parecía que los de verde no podían estar en paz. Otra vez les empataban y otra vez era a balón parado. Esto con un córner bien rematado por Luis “El Hueso” Reyes para el 2-2 al minuto 81.

Al 90 y tantito más, el hombre del peinado inteligente, así vestido como para funeral, hacía sonar la ocarina para firmar el 2-2. Juárez se había tirado dos balazos directos al pie.

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