Torreón.- Los Bravos de Ciudad Juárez hilaron su segunda victoria seguida la noche de este domingo, cerrando el fin de semana futbolístico con una victoria 0-2 ante los Santos de la Laguna como visitantes.
Hacer como que hago algo
Era atípica la noche en la Comarca Lagunera, atípica por qué no hacía aire. La afición, enojada todavía con el futbol, dejaba vacía la grada del Santos Modelo. Así arrancaban las hostilidades entre los de Torreón y los Bravos de Ciudad Juárez.
Apenas dos minutos corriditas y los laguneros seguían en aquello de romper con lo acostumbrado. Santi Naveda ofendía primero….Con un calcetinazo que acabó en las manos de Benny Diaz.
El segundo ataque era producto de un error fronterizo, regalando la pelota y dejanado una de frente a Aldo Rodríguez. Lastimaosamente, quedó en medio la pierna de Carlos Salcedo para tapar el disparo. Ni medio minuto más tarde, se volvían a equivocar y mantenían el arco en ceros nada más por que Anthony “Choco” Lozano se enredaba con sus propias piernas.
Al cuarto de hora la euforia de la Laguna ya se había terminado y el trámite del compromiso era por demás abierto. Íbamos de aquí para acá pero sin poder finiquitar en el último tercio; Guillermo Castillo (Que no se llama así, pero así nos dijo que le dijéramos), no encontraba tino con los centros….Puros sustos para el greñudo de Carlos Acevedo. Jairo Torres estaba desaparecido en el terreno de juego.
Quince minutos más tarde los de las tierras de Juan Gabriel adelantaban la línea y robaban balones desde el tercio ofensivo. Le costaba un mundo la salida a Santos y el dominio era de Juárez. ¿Qué faltaba? Orden en el área y precisión para tejer la definición.
A eso del 35 Jairo Torres por fin aparecía para meter un centro y poner en apuros al cuadro verde. Apuros que duraron apenas 10 segundos después que Bruno Amione reventara la bocha.
Faltaban cinco para el medio tiempo y entonces si los caballos vestidos de negro se desbocaban en busca del centro perfecto, mismo que no llegaba y que acababa en puras fintas de Óscar Estupiñán y Dieter Villalpando.
Nadie quiso hacer nada en el tiempo agregado, así nos fuimos la regaderazo, con el 0-0 entre guerreros y equinos. Lo que había empezado bien terminaba sin nada que resaltar: Juárez no tenía un solo tiro al arco.
Gol(es) de cabeza para la victoria
Arrancaba la la parte complementaria y Bravos agarraba a Santos más modorro que un obrero crudo. Diego Valoyes ponía un centro a ras de pasto y Estupiñán, así como se venía cayendo alcanzo a contactar la de gajos para anotar el primer gol con la ingle (Y con lo que queda en medio de la ingle). 0-1 favor Juárez al 48.
Cinco minutos después pasaba lo impensable. Bravos ponía otro tanto en el luminoso por obra y gracia del balón parado. Guillermo Castillo mandaba un centro inmaculado en un balón parado para que Carlos Salcedo la metiera con la nuca ante la paupérrima marca lagunera. 0-2 al 53.
Llegábamos a la hora de partido y hasta Diego Campillo se animaba a pegarle al arco, era susto, tras susto, tras susto….Santos ya no la veía venir ni tampoco podía poner resistencia. Apuntaba todo para que la cosa fuera la Batalla de Stalingrado con el balón al pie.
Entrado el 65 Santos se animaba a intentar con un tiro de Anthony Lozano, mismo que retenía el guardameta mexicoamericano sin mucho problema. De ahí en más, los muchachones de Nacho Ambríz no hacían nada.
Cerquita del minuto 70 José Luis Rodríguez “El Puma” entraba de cambio y ponía su primer fierrazo recién ingresado. Acevedo hizo gala de la habilidad y descolgó una bola del mero ángulo para salvar el tercer tanto.
No todo podía ser perfecto y con todo y ventaja el cuadro de Mauricio Barbieri caía en sus errores de toda la vida: Carlos Salcedo cometía el pecado capital de barrerse con la mano extendida dentro del área, Ismael Rosario Rodríguez Peñuelas iba al VAR por sospechas de penal. Todo esto al minuto 75. Bastaron dos minutitos de angustia para el señor Chayo dijera “no mano”, “no penal”.
A todo esto, gracias a los retrasos del video arbitraje, el cronómetro marcaba el minuto 80. A todo Bravos le empezaba a doler todo y todos se caían de algún malestar. Era altamente fina el arte de ser cancheros. Con siete por jugar, el equipo santista no juntaba ni tres pases, no obstante pegaba dos balazos desde fuera del área, mismos que quedaron bloquearon por toda la humanidad del Titán Salcedo.
Se acercaba el minuto 90 y los coahuilenses empezaban a sacar todo el apuro que no enseñaron durante todo el compromiso, todavía más animados por los seis minutos del agregado.
Los 360 segundos regalados resultaron ser nada más que puro adorno digno de un árbol de navidad. Santos no hizo nada, pero nada de nada y el marcador ya no se volvió a mover. Ganaba Bravos: vencían 0-2 y ya no no eran sotaneros de la tabla general.