
Londres.- Un tribunal británico rechazó el viernes los recursos de apelación de la mayor parte de un grupo de activistas ambientales encarcelados por cometer actos como detener el tráfico, bloquear una instalación petrolera y salpicar con sopa una pintura de Vincent van Gogh.
Los manifestantes de Just Stop Oil impugnaron lo que, en su opinión, eran penas de prisión “manifiestamente excesivas” de entre 15 meses y cinco años por acciones disruptivas pero pacíficas. El grupo argumentó que los manifestantes encarcelados son presos políticos que “actuaban en defensa propia y para proteger a nuestras familias y comunidades”.
Tres jueces del Tribunal de Apelación rechazaron los reclamos de diez de los activistas, pero redujeron las penas de otros seis que fueron encarcelados por las manifestaciones de 2022, en las que los manifestantes escalaron estructuras sobre una carretera muy transitada. Entre ellos se encuentra Roger Hallam, cofundador de la organización ecologista Extinction Rebellion y del grupo derivado Just Stop Oil, cuya pena de cinco años fue reducida a cuatro.
“No se discute que cada uno de los apelantes actuó motivado por un deseo consciente de comunicar sus opiniones sobre la respuesta adecuada a los problemas del cambio climático”, dijeron los jueces en su fallo. Sin embargo, añadieron, “la motivación consciente no excluyó la posibilidad de que la culpabilidad de cualquier apelante siguiera siendo alta”.
Raj Chada, abogado de los demandantes, dijo que “la pequeña reducción en el caso de Roger Hallam reconoce las penas extraordinariamente excesivas que siguen imponiéndose a los manifestantes en Inglaterra. Sin embargo, es extremadamente decepcionante que muchas de las otras penas se mantuvieran”.
“Ningún país de Europa impone penas tan draconianas por protestas pacíficas, lo que demuestra que estamos desajustados con el resto del mundo civilizado”, dijo, y añadió que el grupo consideraba la posibilidad de llevar el caso ante la Corte Suprema del Reino Unido.
Entre los diez manifestantes cuyos recursos de apelación fueron rechazados están varios que fueron condenados por cavar túneles bajo la carretera que conduce a una terminal petrolera en el sureste de Inglaterra y por arrojar sopa sobre el cristal protector de la pintura “Girasoles” de Van Gogh en la National Gallery de Londres.
Los activistas realizaron una protesta dentro de la misma galería tras el fallo. Imágenes de video mostraron a una manifestante sentada en el suelo frente a “Girasoles” hablando en voz alta sobre el impacto del cambio climático. Llevaba una camiseta con una imagen de la pintura salpicada de naranja.
Mientras la presidenta del tribunal, Sue Carr, leía el fallo, varios activistas en la sala se pusieron de pie y dieron la espalda, vistiendo camisetas que decían “Corrupción en el tribunal”.
El anterior gobierno conservador de Reino Unido endureció las leyes contra las protestas en respuesta a los ecologistas que bloquearon carreteras y puentes, se pegaron a trenes, salpicaron obras de arte con pintura, rociaron edificios con sangre falsa y empaparon a atletas con polvo naranja para llamar la atención sobre el cambio climático. Señaló que las leyes evitaban que activistas extremistas perjudicaran la economía e interrumpieran la vida cotidiana.
Los grupos de libertades civiles, que argumentaron que la medida afectaba el derecho a protestar pacíficamente, instaron al nuevo gobierno del Partido Laborista a suavizar las restricciones a las protestas impuestas por su predecesor.
“A pesar de algunas modestas reducciones, estas penas siguen sin tener precedentes y no tienen cabida en una democracia que defiende el derecho a protestar”, dijo Areeba Hamid, codirectora ejecutiva de Greenpeace Reino Unido, que apoyó los recursos de apelación.
“Si te importa algo que cualquier corporación o cualquier persona en una posición de poder haga, o debería estar haciendo, deberías estar increíblemente preocupado por tu libertad de expresión”.
Dave Pares, portavoz del primer ministro Keir Starmer, dijo que las decisiones sobre las penas eran un asunto que corresponde a los jueces y que en los casos en que las protestas eran extremadamente disruptivas “que la policía y los tribunales actúen cuando sea necesario es, obviamente, lo correcto”.