Trabajan en restauración de retablos en la Catedral de la CDMX
Foto: Cortesía

Ciudad de México.– Los retablos de la Capilla de los Santos Ángeles de la Catedral Metropolitana de la Ciudad de México están en proceso de restauración por parte del Instituto Nacional de Antropología e Historia.

Se trata de la primera ocasión que el complejo catedralicio abre sus puertas al INAH, órgano de la Secretaría de Cultura del Gobierno de México, para desarrollar labores de conservación, restauración e investigación in situ en uno de sus bienes patrimoniales.

El obispo auxiliar de la Arquidiócesis Primada de México, monseñor Carlos Enrique Samariego López, expresó su satisfacción por las tareas con las que se recuperó el resplandor de cada escultura estofada y policromada del retablo central y los laterales de la Capilla de los Santos Ángeles, donde se celebran bautismos.

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Una veintena de jóvenes, la mayoría estudiantes del cuarto semestre, quienes cursan el Seminario Taller de Restauración de Escultura Policromada (STREP), así como también becarios, se distribuían en los cinco niveles de los andamios, nueve torres de 11 metros de altura, para alcanzar, con aspiradora y otros instrumentos de limpieza, hasta los más recónditos recovecos.

Con overoles y equipo de seguridad, de forma individual o por pares, los alumnos atendían un elemento en particular. Desde el banco, la franja inferior del retablo principal, algunas jóvenes limpiaban los medallones que indican el patrocinio de los retablos.

Un nivel más arriba, otro grupo retiraba, con hisopos impregnados de solventes, la suciedad incrustada en molduras y los cuerpos rollizos de serafines y querubines. Encima de ellos, se daban los últimos retoques a las vestimentas de los arcángeles Miguel, Rafael y Gabriel, al igual que a las esculturas de Jesucristo, el Espíritu Santo y Dios Padre, que aparecen de forma ascendente en la calle central del retablo.

La profesora Mercedes Murguía explica que esta capilla se concluyó hacia 1665, pero sus retablos primitivos (atribuidos a Tomás Juárez), ardieron en un incendio, en 1711. Dos años más tarde, se colocaron unos de estilo salomónico, presumiblemente de Manuel de Nava, además de obras pictóricas procedentes del taller del reconocido pintor Juan Correa, que fueron dispuestas en 1714.

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“Los objetivos de estas tareas de conservación y restauración son formativos, dado que los ejecutantes son estudiantes del STREP. Se realizó una limpieza y estabilización generales de elementos, tanto en la madera como en las policromías, para potenciar los atributos artísticos de los retablos que, en promedio, miden 12 metros de altura y casi 9 metros de ancho.

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