
Ciudad Juárez.– Cada año, millones de personas se desplazan por aire alrededor del mundo, disfrutando de las ventajas de la globalización y el turismo accesible. Sin embargo, detrás de los viajes de larga duración se esconde un riesgo poco conocido pero potencialmente mortal: el síndrome de la clase turista.
Este término coloquial se refiere a un tipo de trombosis venosa profunda (TVP) que puede desarrollarse en personas que permanecen sentadas durante largos períodos, especialmente en espacios reducidos como los de la clase económica de los aviones.
¿Qué es el síndrome de la clase turista?
El síndrome se produce cuando se forma un coágulo de sangre, generalmente en las piernas, debido a la inmovilidad prolongada. Si ese coágulo se desprende, puede viajar hacia los pulmones y causar una embolia pulmonar, una afección que puede ser fatal.
Aunque el nombre sugiere que sólo afecta a quienes viajan en clase económica, en realidad puede presentarse en cualquier pasajero expuesto a la inactividad prolongada, sin importar la categoría del asiento.
Factores de riesgo
Según expertos médicos, los principales factores de riesgo incluyen:
- Permanecer sentado por más de cuatro horas sin moverse.
- Deshidratación.
- Uso de ropa muy ajustada.
- Edad avanzada.
- Antecedentes familiares de coágulos.
- Uso de anticonceptivos hormonales.
- Embarazo.
- Cirugías recientes.
Prevención: la clave para evitar complicaciones
Los especialistas recomiendan tomar medidas preventivas simples pero eficaces:
- Levantarse y caminar cada 1-2 horas durante el vuelo.
- Realizar ejercicios de piernas desde el asiento (como rotar tobillos o levantar los talones).
- Beber abundante agua y evitar alcohol o cafeína.
- Usar ropa cómoda y, en algunos casos, medias de compresión.
En casos de alto riesgo, es fundamental consultar a un médico antes de viajar. Algunos pacientes podrían requerir medicación anticoagulante preventiva.
Aunque los casos severos no son muy comunes, han sido documentados varios incidentes que han llevado incluso a demandas contra aerolíneas. A raíz de esto, muchas compañías aéreas ahora incluyen en sus revistas de vuelo y sistemas de entretenimiento recomendaciones para movilizarse y estirarse durante el viaje.
Viajar es una experiencia enriquecedora, pero también exige responsabilidad. Informarse sobre los riesgos del síndrome de la clase turista y adoptar medidas preventivas puede marcar la diferencia entre un viaje placentero y una emergencia médica. La prevención, en este caso, puede literalmente salvar vidas.