Fibrosis quística, la enfermedad detectable desde la etapa neonatal
Foto: Pixabay

La fibrosis quística es una enfermedad hereditaria caracterizada por la producción de mucosidad muy espesa y pegajosa que afecta los pulmones, páncreas y otros órganos. Esto impide a niñas y niños absorber nutrientes, por lo que padecen enfermedades pulmonares como neumonía y tos, tienen movimientos de vientre voluminosos y evacuaciones fétidas con gran cantidad de grasa, explicó José Luis Lezana Fernández, responsable de la Clínica de Fibrosis Quística del Hospital Infantil de México.

La falta de información es una de las causas principales por las que se haga un diagnóstico tardío, ya que gracias a pruebas como el tamiz naonatal (primeros tres meses de vida del bebé) se puede detectar de forma oportuna para recibir tratamiento.

Lezana Fernández detalló que las y los recién nacidos con pruebas positivas a fibrosis quística en el tamiz neonatal, o con síntomas, se someten a examen de recolección del sudor de una zona de la piel para medir la cantidad de cloruro, ya que uno de los signos de la enfermedad es la producción de sudor con altas cantidades de este químico.

Según datos de la Secretaría de Salud, cada año nacen aproximadamente 300 niñas y niños con el padecimiento; las madres y los padres son portadores del gen y existe 25 por ciento de probabilidad de heredarlo.

La detección fuera de tiempo se debe, en algunos casos, a que las madres y los padres no regresaron por el resultado del examen de tamiz neonatal; en otros, porque solicitan atención médica seis meses o años después, cuando la niña o el niño tiene síntomas muy avanzados, y sólo se les puede prescribir tratamiento paliativo.

Un indicativo del deterioro irreversible de la función pulmonar son las infecciones respiratorias cada vez más graves que acortan la expectativa de vida de pacientes.

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