Estrés, ansiedad y depresión, principales causas del intestino irritable
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El estrés, la ansiedad y la depresión, aunados al consumo de alimentos ricos en grasa, condimentos, irritantes y picantes, son factores que favorecen el desarrollo del síndrome de intestino irritable (SII), padecimiento incurable que afecta la salud física y emocional y la calidad de vida de pacientes, de acuerdo con información del especialista jefe de la Clínica de Enfermedad Intestinal del Hospital General de México, Jorge Luis de León Rendón.

Para el experto, el síndrome de intestino irritable se le suele confundir con la colitis, y solo mediante estudios especializados como las biopsias es posible determinar si se trata de uno u otro padecimiento y definir el procedimiento terapéutico adecuado.

Explicó que para diagnosticar el síndrome de intestino irritable se utilizan los llamados Criterios de Roma, que implican el análisis de un conjunto de signos y síntomas entre los que se encuentran dolor abdominal, distensión, náuseas, vómito, diarrea, cambio en el patrón de evacuaciones, estreñimiento y flatulencias.

Indicó que existen tres tipos de SII; uno de ellos se caracteriza por estreñimiento, con dos o tres evacuaciones por semana; en el otro predomina la diarrea y la persona evacúa entre seis y diez veces al día; y un tercer tipo tiene un carácter mixto; es decir, que oscila entre patrones de normalidad, períodos diarreicos y etapas de estreñimiento.

Apuntó que, aun cuando esta enfermedad es incurable, existen tratamientos que contribuyen a disminuir los síntomas de manera significativa. En la mayoría de las ocasiones, es necesario esperar por lo menos 12 semanas para probar la efectividad de las medidas terapéuticas adoptadas y para, en su caso, implementar los ajustes pertinentes.

En el Servicio de Coloproctología y Gastroenterología del HGMEL se atienden cada año entre 3 mil 500 y 4 mil pacientes por esta enfermedad, y afecta más a mujeres.

Además, el consumo de alcohol y tabaco pueden predisponer al paciente a desarrollar el SII como enfermedad crónico-degenerativa que impactará de forma negativa su calidad de vida.

De ahí la importancia de que la persona con SII adopte un estilo de vida saludable que incluya la hidratación adecuada con el consumo de por lo menos dos litros de agua al día y la realización de actividad física. Estas medidas, dijo, favorecen las evacuaciones y reducen la distención abdominal.

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