Descubren 26 entierros prehispánicos durante trabajos del Tren Maya
Foto: Cortesía | INAH

Durante los trabajos del tramo 7 del Tren Maya se recuperaron 26 entierros humanos de época prehispánica, de los cuales una decena estaban dentro de cistas, dio a conocer el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).

El arqueólogo Gustavo Alejandro Cool Argüelles, junto con su colega Armida del Rosario Bolaños, realizó buena parte de las tareas en el llamado frente 6 del Tramo 7.

En diferentes puntos de la distancia referida se registraron entierros humanos, la mayoría individuales, dispuestos en distintas formas: decúbito dorsal y lateral, extendido, flexionado, sedente; 10 de ellos acompañados de ofrendas.

“A diferencia de frentes como el 4 y 5, que están cercanos a grandes ciudades, como Xpujil o Becán, en el primer caso, o Balamkú y Calakmul, en el segundo; en este frente no tenemos un sitio rector, solo pequeñas concentraciones de plazas, algunas terrazas y unidades habitacionales modestas, en las cuales se hallaron muchos de los entierros (...) De los 26 entierros, 59 por ciento se ubicaron en basamentos, y otro 35 por ciento en cimientos. En ciertos monumentos se recuperaron tres o cuatro contextos funerarios”, reveló el arqueólogo encargado Cool Argüelles al detallar que, con base en los tipos cerámicos recuperados, es probable que estos sitios fueron habitados entre los periodos Clásico Temprano y Tardío (250-900 d.C.).

En cuanto a las cistas, la cuales consisten en un acomodo de piedras burdas, dijo que casi todas contenían los restos óseos de individuos que fueron ofrendados a estas edificaciones, salvo una, la cual contenía un cuenco cerámico, “de ahí que estamos en la discusión sobre si el contexto pudo ser funerario o no”.

Un ejemplo singular fueron cuatro entierros –registrados en los restos de una vivienda–, dos de los cuales estaban en cistas, en posición flexionada y con objetos cerámicos dispuestos a la altura de los huesos del pie y las costillas. Los vestigios de la construcción, ubicada entre las comunidades de Centenario y Silvituc, se excavaron y deconstruyeron, es decir, se desmantelaron de forma controlada.

Otro entierro llamativo fue descubierto a 1.5 metros de profundidad, al centro de una plaza, “lo que señala la dedicación del individuo a este monumento”. Cool Argüelles indica que, en torno a este espacio, el cual forma parte de un sitio prehispánico cercano a la localidad Justicia Social, en Escárcega, hay una serie de monumentos, de los cuales se excavó el de su lado sur.

A medida que los arqueólogos bajaron en la excavación, del lado norte localizaron los muros de dos cuartos (denominados este y oeste), en cuyos accesos, y como parte de un derrumbe, descubrieron tres lápidas, de 70 por 45 centímetros, que pudieron formar parte de una fachada o servir como dinteles.

La hallada en el cuarto este representa el perfil de un personaje masculino ataviado con faldellín, quien aparece en movimiento, con el brazo izquierdo apuntando hacia algún elemento, y el derecho, flexionado. Mientras, en la lápida del cuarto oeste se observa un asiento, sobre el que debió estar representada otra figura antropomorfa. La tercera lápida también alude a un personaje masculino, del que solo se conserva el torso.

Aunque buena parte de las osamentas se encontró en malas condiciones de conservación, el investigador considera que pueden brindar información importante sobre la dieta y el origen de estas poblaciones mayas antiguas, por medio de análisis de isótopos estables y de elementos traza.

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