Ciudad Juárez.– Salir de la rutina habitual implica muchas veces alterar nuestros hábitos alimenticios. Durante los viajes, especialmente los largos o con cambios de horarios, es común recurrir a comidas rápidas, saltarse horarios o consumir más calorías de lo habitual. Sin embargo, con algo de planificación y conciencia, es posible mantener una dieta saludable sin dejar de disfrutar el viaje.
1. Planea antes de salir
Uno de los pasos clave para mantener una alimentación sana en el viaje es la planeación. Investiga opciones saludables en el lugar que visitarás, desde supermercados hasta restaurantes. Llevar contigo snacks como frutas secas, barras de granola sin azúcar, nueces o galletas integrales también puede ayudarte a evitar tentaciones en aeropuertos o estaciones.
2. Hidrátate adecuadamente
Es fácil olvidar tomar agua cuando se está en movimiento, pero mantenerse hidratado es fundamental para el buen funcionamiento del cuerpo. Llevar una botella reutilizable y llenarla regularmente puede ayudarte a evitar bebidas azucaradas o gaseosas.
3. Evita los excesos en comidas de restaurantes
Comer fuera no implica renunciar a lo saludable. Opta por platillos con vegetales, proteínas magras y evita los alimentos fritos o muy procesados. Muchos menús ahora incluyen secciones “ligeras” o “saludables” que pueden ser una buena guía.
4. No te saltes comidas
Saltar comidas puede llevarte a comer en exceso más tarde. Trata de mantener una rutina de tres comidas al día y uno o dos refrigerios. Si tienes un día con actividades intensas, carga algo ligero en la mochila para evitar llegar a la cena con un hambre descontrolada.
5. Controla las porciones
Durante los viajes es común encontrarse con porciones más grandes de lo habitual. Una buena opción es compartir platillos o guardar la mitad para más tarde. Escuchar a tu cuerpo y detenerte cuando te sientas satisfecho puede marcar una gran diferencia.
6. Incluye frutas y verduras cada día
Trata de incorporar al menos una fruta y una porción de verdura en tus comidas diarias. Son fuente de fibra, vitaminas y minerales esenciales que ayudan a mantener tu energía y sistema digestivo en orden.
7. No olvides moverte
Aunque no es parte directa de la alimentación, mantenerse activo ayuda a compensar pequeños excesos. Caminar, hacer estiramientos o ejercicios breves en la habitación del hotel puede ser suficiente para mantener el equilibrio.
Viajar no tiene por qué ser sinónimo de romper con todos los hábitos saludables. Con pequeñas decisiones inteligentes, es posible cuidar de tu cuerpo sin dejar de disfrutar del trayecto. La clave está en la moderación y en escuchar las necesidades reales del organismo.
