Miles de cristianos asistieron a celebraciones del Domingo de Ramos en el Monte de Olivos de Jerusalén, en el primer día de la Semana Santa en momentos en que arde un conflicto en la región.
Los peregrinos ondearon palmos y ramas en el aire, objetos que fueron colocados a los pies de Jesús cuando las multitudes lo aclamaban a su entrada en Jerusalén, según la Biblia. Anteriormente hubo también una ceremonia en la Iglesia del Santo Sepulcro, venerado como el lugar de la crucifixión de Jesús.
La celebración ocurre mientras arde el conflicto entre Israel y Hamás en Gaza. Sin embargo, el conflicto no pareció afectar a la procesión, que llegó a tener un tamaño similar a la del año pasado.
“Aunque hay una guerra, yo no siento ningún tipo de tensión”, expresó David Manini, un peregrino que vino desde Italia.
La celebración marca el inicio de la semana más solemne en el calendario cristiano, que conmemora la crucifixión de Jesús en el Viernes Santo y su resurrección en el Domingo Santo.
“Estoy aquí porque amo a Jesucristo”, comentó Jennifer Weedon, quien viajó desde Estados Unidos para la ocasión.
Desde el estallido de la guerra, ha disminuido mucho la cantidad de turistas en Israel. La guerra comenzó el 7 de octubre, cuando milicianos del grupo palestino Hamás atacaron a Israel, matando a unas mil 200 personas y tomando como rehenes a unas 250. Israel ha lanzado una ofensiva de represalia que ha dejado más de 32 mil palestinos muertos, según el Ministerio de Salud de Gaza, que está regido por Hamás.
Uno de los carteles en la procesión, esgrimido por un peregrino, decía: “Sálvanos Señor. La Iglesia de San Porfirio y la Sagrada Familia en Gaza”.
A fines de octubre, funcionarios de salud palestinos dijeron que un ataque israelí alcanzó a la Iglesia de San Porfirio, donde palestinos se estaban refugiando, matando a 18 personas