Los Steelers iniciaron la campaña como un equipo con muchos signos de interrogación y aspiraciones limitadas. Dallas, por otro lado, fue etiquetado como aspirante a conquistas mayores desde el principio.

Luego de cuatro semanas, los papeles se han invertido y el motivo es claro: La actuación defensiva de cada uno de estos dos equipos.

En una liga en donde los quarterbacks tienen un peso desproporcionado, pocos pueden negar el progreso del pasador Justin Fields al frente de la ofensiva de Pittsburgh (3-1). En cambio, Dak Prescott únicamente aumentó la increíble presión que pesa sobre él después de firmar un histórico contrato por cuatro años y 240 millones de dólares.

Prescott y los Cowboys (2-2) han quedado sumidos en un mar de cuestionamientos.

La gran pregunta del domingo es si Prescott podrá demostrar que merece el contrato más grande en la historia de la liga ante una defensiva de Pittsburgh que es segunda en la NFL en puntos permitidos (13,2), cuarta en yardas y quinta con cuatro intercepciones.

Fields intenta afianzarse como el titular a largo plazo de Pittsburgh y para ello tendrá que explotar todas las carencias que ofrece una defensiva de Dallas que ha concedido 36 puntos en promedio en sus dos derrotas —16 puntos por encuentro en sus dos triunfos— y que podría sufrir la ausencia por lesiones de dos de sus mejores jugadores, el defensive end DeMarcus Lawrence y el linebacker Micah Parsons.

Esto sólo complica la tarea del entrenador Mike McCarthy, de encontrar soluciones a dos de los problemas más apremiantes de los Cowboys: su incapacidad para establecer el ataque terrestre (último de la NFL) o frenarlo en todo caso (27mo entre 32 equipos).

Un ambiente hostil, ante un Fields que transpira confianza, no parece el escenario ideal para dar concesiones.

En el caso de los Steelers, al sufrir su primera derrota de la campaña el domingo pasado, permitieron más puntos (27) que en sus primeros tres juegos combinados (26). Abrirle la puerta a Prescott, al receptor CeeDee Lamb y al cuarto mejor ataque aéreo de la NFL podría traerles problemas.

Pittsburgh es capaz de encontrar algo de consuelo en el hecho de que, ante Indianápolis, Fields y compañía encontraron la zona de anotación en tres ocasiones, una más que en sus primeros tres partidos.