Los abuelos de la pequeña Susana poseían un rancho donde había caballos, cerdos, gallinas, conejos, gatos y varios tipos de sembradío y árboles frutales, en las temporadas que ella pasaba visitándolos, debía cumplir una serie de obligaciones que incluían el cuidado y atención de los animales y plantas, lo que le hizo aprender a tratarlos con respeto y afecto, desarrollando así su profundo amor por ellos.
Con el paso de los años, aquella niña se convirtió en el alma y corazón de Susy Cats, uno de los pocos refugios felinos de la ciudad.
“Los gatos son animales majestuosos, hermosos, elegantes y cariñosos, son como pequeños leopardos o panteras”, describe mientras sus manos imitan movimientos de esa especie.
“Toda la vida he luchado por el respeto y la defensa de la vida en general, particularmente por la de los animales, digo no a las injusticias y la violencia. Creo mucho en Dios, es el centro de mi vida, además de mi religión, me identifico con los principios budistas. Los animales de origen vienen diseñados para dar, a diferencia de los humanos, que tenemos que aprender a hacerlo. Afortunadamente yo lo aprendí desde pequeña. Los animales están conectados a la naturaleza y nosotros debemos cuidar y proteger esas vidas: es nuestro privilegio”.
“Conforme fui creciendo, siempre soñé con tener un refugio donde los animales vivieran en paz, sin violencia o inseguridad y he cumplido ese sueño en Susy Cats”.
Y vaya que Susana Rentería lo ha hecho, al morir, su padre le heredó la que fuera su casa y ella, sin pensarlo, la transformó en ese espacio anhelado, su refugio felino. Un sitio donde se promueve la adopción responsable, pero sin plazos fatales, es decir, si un gato no es llevado por alguna familia, puede quedarse toda la vida ahí, donde será tratado como parte de una manada, protegido, alimentado y recibiendo dosis de afecto de manera regular.
“Hoy amamos al plástico, al dinero, a la tecnología: ¡somos zombis! Solo importa el ‘yo’, tenemos una necesidad permanente de nuevos artefactos, dejamos de lado a otras especies y la responsabilidad que tenemos sobre ellas. Si las personas vieran a través de los ojos de los animales, entenderían que ellos se comunican con nosotros, pero se cierran a esta posibilidad. El no tener mascotas, hace que nos perdamos de las expresiones más maravillosas de amor entre maullidos y miradas”.
“Toda la vida he luchado por el respeto y la defensa de la vida en general, particularmente por la de los animales”
Abogada felina
Susana es abogada de profesión y por un tiempo se desempeñó como juez de barandilla en el Cereso de Ciudad Juárez. “He visto cosas muy tristes en mi vida, la miseria humana, el consumo de drogas e inocentes encerrados tras las rejas. Hay mucha falta de amor en las personas y desafortunadamente canalizan sus vidas a lo malo. Pasar por esta experiencia me hizo valorar más a mi familia, a mi abuela, a mi madre, a mi padre… a los animales. Me gustó pertenecer a la función pública, servir a la gente, por eso sigo litigando familiar y civil, pero en el refugio, me siento en lo mío, me siento como gato en arena”.
De pronto su semblante, hasta ahora entusiasta, se torna serio: “cuando muera, quisiera que mi legado de amor por los animales permanezca”, al concluir esa frase, inmediatamente su hija Abril, de 13 años, que se encontraba sentada a su lado, exclama: “yo estoy muy orgullosa de mi mamá, me comparte su amor por los animales, valores y las bases para crecer siendo una buena persona” y se cobija en brazos de su madre, quien enjuga lágrimas de emoción ante el gesto espontáneo de esta hermosa chica, que seguramente continuará con la labor iniciada por ella.
En Susy Cats, además de estar constituidos como refugio animal, realizan diariamente un recorrido que les toma una hora con 20 minutos, a los que llaman “Puntos de Alimentación”, que son lugares específicos en varios espacios de la ciudad, donde se provee de alimento y agua a gatos “salvajes”, con el consentimiento y apoyo de los vecinos de la zona.
“No solo tengo gatos, también perros. En el refugio tengo 130 gatos, otros 25 en mi casa y 14 perros entre ambos espacios, súmales a estos los 67 gatos que protejo en los puntos de alimentación. Realizar este recorrido diario es desgastante, pero no puedo dejar de estar ahí para ellos”.
Afirma que la relación entre ella y los animales es de doble vía, ella los protege, ellos la fortalecen. “Por supuesto que recibo algo a cambio, además del gran amor que compartimos los animales y yo, tengo un perrito Chihuahua que me curó del asma, por ejemplo”.
La labor de Susy Cats va más allá, porque el refugio no solo ha funcionado para animales, sino también para personas, ya que en algunos momentos le han dado hospedaje ahí a familias migrantes.
“Mi espacio es un santuario, hay gatos abandonados y salvajes, gatos ancianos, cachorros, animales ciegos e incluso tengo en aislamiento a uno con sida felino. Cuando un animal nuevo llega por primera vez al refugio, necesitamos no solo sanar su cuerpo, también su corazón. Los mantenemos 14 días en aislamiento de la manada en lo que llamo el Cuarto del Amor, ellos necesitan terapia de cariño, no sabemos que tanto han pasado en su vida antes de llegar con nosotros, requieren ser abrazados, acariciados, mimados, entender que su sufrimiento terminó, que están seguros. Incluso a veces solicito voluntarios para venir a dar y recibir esa terapia de amor”.
“Mi espacio es un santuario, hay gatos abandonados y salvajes, gatos ancianos, cachorros, animales ciegos e incluso tengo en aislamiento a uno con sida felino”
Adoptar y salvar
“En cuestión de adopciones, es importante cuidar que estas se den de manera responsable y respetuosa, que es más difícil con gatos que con perros, por la naturaleza propia del animal y los prejuicios que la especie tiene. Incluso hay épocas del año en que se suspenden los procesos de adopción, hay mucha maldad e ignorancia y en meses como octubre, hay personas que buscan gatos para sacrificarlos en rituales. La consciencia humana está dormida, debemos despertar a la vida, respetar la propia, la de otras personas y la de los animales”.
“Hoy en día, el trabajo me ha superado. Necesito voluntarios y donaciones, personas que asistan al refugio a ayudarnos con la limpieza y alimentación de los gatos, personas que quieran ser parte de las terapias de amor, personas que apoyen con los gastos de las esterilizaciones… Además, quienes quieran venir a tomar fotos o realizar eventos, serán bienvenidos, claro, con requisitos previos”.
“A principio de cada año, nos avocamos a apoyar albergues, enero y febrero son los meses más pesados, nadie se mueve el corazón para ayudarlos y los animales comen diariamente”.
Susana Rentería no solo protege gatos, fue también parte activa del equipo que luchó por la reubicación de la jirafa Benito, reuniendo más de 169 mil firmas para buscar un lugar digno donde pudiera convivir con otros de su especie y viviera en condiciones óptimas: y es miembro del grupo animalista que logró el cierre del antirrábico en esta frontera, convirtiendo ese espacio en un Centro de Bienestar Animal, que brinda resguardo a animales en situación de calle o maltrato y apoya esterilizaciones masivas.
“Socialmente se prefiere a los perros sobre los gatos. Muchas personas no saben que los gatos aportan paz, templanza, amor y conexión espiritual. En mi experiencia, los gatos adultos son los más rezagados en protección. Es importante trabajar en construir una sociedad más compasiva y respetuosa con otras especies. Hago un llamado a apoyar a todos los grupos animalistas que conozcan y lograr que Juárez sea reconocida como una ciudad que vive en armonía con los animales”.
“Debemos tomar conciencia que los gatos y perros en situación de calle pueden convertirse en un problema de salud pública en materia de contaminación, por ello invito a sumarse a las campañas de esterilización, ya sea con animales propios o salvajes, para lograr una disminución en la población, sobre todo felina”.
El compromiso de esta juarense debe inspirarnos a sumar esfuerzos en pro de las especies animales con las que convivimos diariamente y de las que a veces, ante su maltrato y abandono, volteamos la mirada hacia otra parte, en lugar de aportar, aunque sea un granito de arena, en lograr esa sociedad justa y responsable por la que luchan personas como Susana Rentería, la valerosa Susy Cats.