Desde el 6 de abril del año pasado se incrementó la tarifa del transporte público, por lo que pasó de ocho a 12 pesos por persona, mientras que para los estudiantes y adultos mayores sigue al 50 por ciento menos; lo anterior a petición de los propios concesionarios del transporte en Juárez, quienes argumentaban que con los ocho pesos no les alcanzaba para poder invertir en camiones mas recientes, ya no digamos nuevos, pero por lo menos apegados a la ley que establece que los vehículos de transporte público no deben pasar los 10 años de uso, cosa que en la realidad la gran mayoría de los camiones de nuestra ciudad son muchos años más viejos que eso.

Pero pasaron los meses y los camiones mas recientes no se veían llegar ni siquiera de lejos, salvo honrosas excepciones, pues ya en algunas líneas es posible ver circular sus unidades nuevas, contribuyendo a la mejora del servicio.

Lo anterior viene a cuento porque ahora resulta que los Integrantes de la Unión Nacional de Transportistas del Cambio (Untrac) denunciaron que, ante la falta de apoyos para la adquisición de camiones y el bloqueo de algunos funcionarios, es que no se ha realizado la compra de unidades para la modernización en Juárez.

Matías Prieto Torres acusó que Luis Aguirre Aguilera es uno de los funcionarios que le ha puesto trabas para impedir acercamientos con la gobernadora Maru Campos Galván, con quien, aseguran, reafirman su compromiso para ayudarle a cumplir lo prometido en campaña en la materia, nada mas que los que se comprometieron a renovar su flotilla de camiones a cambio del incremento, fueron ellos, y ahora se justifican diciendo que no tienen el apoyo necesario.

La cuestión es muy sencilla, si el transporte público no es negocio, que lo dejen y san se acabó, pero claro que eso no es así, ¿A quien se le ocurre pensar que el transporte de pasajeros en Juárez no es negocio?, claro que lo es, o que ¿los concesionarios son hermanas de la caridad?

Ya es tiempo de que los usuarios también se pongan exigentes con estos empresarios porque los 12 pesos que cobran por viaje, no son poca cosa. La verdad es que no quieren sacrificar ganancias, pues definitivamente no será lo mismo dar el servicio en un vehículo que costó 5 mil dólares hace mas de 10 años a un autobús nuevo de mas de 1 millón de pesos.

Otra cosa por la que se lloran estos empresarios del volante, es que aseguran que los camiones nuevos cuestan hasta 4 millones de pesos y si, pero no todos, vamos ni siquiera los del Juárez Bus, esos costaron 2.5 millones de pesos, cada uno.

Así que, a otro perro con ese hueso, ya los usuarios estamos cansados de que nos quieran ver la cara. Y si a los concesionarios de plano no pueden, que le dejen la oportunidad a otro emprendedor que, si quiera entrarle al transporte digno, tanto para los usuarios como para los operadores de las unidades, al menos esa es la idea…