Ciudad de México.– Las causas del fallecimiento de la cantante Dulce en diciembre del año pasado provocaron una serie de especulaciones sobre las enfermedad que había estado padeciendo, y aunque en principio se dio a conocer que no se había tratado de cáncer, enfermedad que había sufrido en el pasado y logró superar, fue su hija quien salió a hablar sobre los últimos momento de la famosa y confirmó que sí se trató de una metástasis.
En una entrevista para el programa "Hoy", Romina, hija de Dulce, compartió detalles sobre los momentos finales de su madre, así como las dificultades que enfrentaron como familia durante este proceso. Estas declaraciones surgen tras las críticas y especulaciones que surgieron en torno a su hermetismo tras el fallecimiento de la artista.
“Los estudios a sus pulmones habían salido negativos de cáncer. Cuando llegó el momento de la operación del emblema pleural, descubrieron que sí había un tumor muy grande pero por fuera del pulmón. A la mera hora se descubre que hay ese tema de la metástasis muy avanzada”, expresó en charla con el famoso matutino de Televisa.
Su hija explicó que los últimos días de Dulce fueron particularmente complicados. La cantante, quien había sido sometida a estudios médicos que inicialmente descartaron la presencia de cáncer en los pulmones, finalmente fue diagnosticada con un tumor de gran tamaño fuera de este órgano. Durante una operación para tratar un emblema pleural, los médicos descubrieron que la enfermedad ya había avanzado significativamente, lo que complicó aún más su estado de salud.
La hija de Dulce aseguró que estuvo presente en el hospital hasta el último momento, acompañando a su madre hasta que dejó de respirar. “Yo tengo mucha paz por eso”, afirmó.
La hija de la cantante también habló sobre el impacto emocional que ha tenido esta pérdida en su vida. Romina mencionó que su hijo ha sido su principal motivación para seguir adelante en medio del duelo.
De acuerdo con el National Cancer Institute en Estados Unidos, la metástasis se presenta cuando las células cancerosas se desprenden del tumor original (primario), viajan por el cuerpo a través de la sangre o el sistema linfático y forman un tumor nuevo en otros órganos o tejidos.